Oculto

Incierto: capitulo final.

Narrado por Jazzlyn:

Sentí la presión en mi garganta mientras corría entrando a lo que parecía ser un predio abandonado. No comprendía porque mis ropas estaban sucias o llenas de sangre pero si sabía que debía seguir corriendo si quería sobrevivir.

Sobrevivir, ¿toda mi existencia se había tratado de eso?

Me vi inmersa en una niebla espesa que parecía dificultar mi respiración pero no importaban las limitaciones, mis pies se movían por si solo sin importar cuantas alertas mandara mi cerebro. Debía dar la vuelta, sabía que meterme allí era entrar en terreno delicado, un terreno para el cual no me sentía lista.

Ya nada importaba, había dado más de un paso dentro de aquella propiedad. 

Mi cabello estaba sucio y logré reconocerlo cuando un mechón del mismo entró en mis ojos cegandome por un momento. Pestañee repetidas veces, aparté mi cabello y entre lágrimas traicioneras intenté ubicarme otra vez pero era demasiado tarde porque mis pies se habían enredado con una rama vieja de alguno de los árboles de aquel bosque y caí de manera brusca, brutal y dolorosa.

El primer instinto había solo colocar mis manos en frente de mi queriendo evitar el golpe pero no logré sostener el peso y todo mi cuerpo cayó sobre las hojas secas y la diversa vegetación de aquel sitio.

Todo parecía tan apagado, tan muerto que la parte racional de mi mente me gritaba con fervor que retrocediera porque lo que encontraría si seguía por aquel camino, seria aún peor.

—Somniatore, ¿qué tan lejos crees que irás?

Desperté mientras el grito que había efectuado en aquel sueño me transportaba a una realidad donde también me encontraba gritando. Sabía que estaba despierta pero no me sentía así, aún era capaz de sentir mi cuerpo golpeado, la sangre seca de mi ropa pegándose a mi piel, el barro en mi cabello. 

Toqué mi rostro queriendo asegurarme de que estaba despierta, de que había salido de aquella tortura y de que, aunque pareciera ilógico, estaba limpia. No comprendía que me sucedía, mi cuerpo estaba cubierto de sudor, mis manos temblaban y mis ojos retenían lágrimas. ¿Qué había pasado que me había llevado a ese estado de desesperación? Era un sueño y sabía que me estaba preparando para lo que venía, pero esa desesperación no tenía preparación.

La puerta se abrió de un golpe mientras yo llevaba una mano a mi pecho y sentía mi corazón desbocado, que me aseguraba como un extra, que ese sueño me había perturbado y que me perseguiría cada vez que cerrara los ojos.

¿Qué era lo que estaba tan mal en ese momento?

—Jazzlyn. —Levanté mi vista hasta Alex y pude verlo acercarse en rápidas zancadas hasta mi cama—. ¿Qué sucede? ¿Qué es lo que esta mal?

—No lo sé, tío. —Lo vi suspirar aliviado y pude ver en sus emociones que temía que hubieran ido por mi porque era él quien desde ese momento estaba a cargo de mi seguridad—. ¿Dónde esta Bastian?

Miré a mi alrededor aunque sabía que él no estaría cerca o ya hubiera encontrado la calma que ese sueño me había arrebatado. Eso sucedía con Bastian. No importaba cuanto intentara esconder su presencia de mi, no me era necesario sentir sus emociones o pensamientos para saber que estaba cerca, algo dentro de mi tiraba hacía él como si fuera un hilo que quería indicarme donde estaba, hacía donde debía ir. 

Sabía cuando Bastian estaba cerca porque mis piernas temblaban, pero mi ser completo encontraba la calma.

—Estaba abajo, con Agramon y Corban. —Asentí mientras jugaba con mis manos queriendo ocultar por completo la manera en la que seguían temblando—.  Hey, ¿hablarás conmigo?