Incierto: capitulo cuatro

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Narrado por Jazzlyn:

—Te estresas fácilmente —dijo Achilles mientras ambos estabamos sentados en el mismo techo que, semanas atrás, me había parecido la caida más horrenda. Claro, en ese momento no sabía que por poco me caería de un acantilado solo un montón de horas después—. Debes rejalarte un poco, Jazz.

Miré mi reloj viendo que eran las dos de la mañana y me encogí de hombros. Hacía un frío que con facilidad te helaba los huesos pero yo estaba bien, necesitaba aire fresco después de un entrenamiento de nueve horas.

Moví mi tobillo de forma circular y pude sentir como una molestia se adueñaba del mismo. Llevaba pocos días sin el yeso y mi pie aún dolía, demasiado. Sabía que tenía que mantener reposo pero no había tiempo para reposos cuando el lider del lugar se va y tu no sabes cuando unos tipos que quieren matarte aparecerán en acción.

—No puedo, Achilles —respondí con un suspiro—. Alexander se fue, no se donde estan actualmente mis padres, extraño a mi familia como el infierno y ni hablar de mi novio. Quiero a Bastian aquí, no en la otra punta del mundo, y hablo de manera literal. Por lo que sé anda por sus comienzos, y no son en Grecia.

Achilles asintió como si comprendiera mi situación y miro en dirección al mar, jamás conectando sus ojos con los míos.

No había manera de comprender porque él me transmitía confianza pero si lo hacía a tal punto, que ya ni me molestaba en ver sus colores. Estaba cansada después de tanto entrenamiento y lo que menos quería, era mantener la guardia con cada persona que respiraba a mi alrededor.

—Sé lo que es extrañar a tu familia con locura, yo perdí a la mía hace mucho tiempo —dijo en voz baja—. No diré que sé lo que es extrañar a tu pareja, porque no estoy en ese rollo pero puedo decir que no suena nada bien.

—En si no volvimos a formalizar pero es mio, siempre será mío —dije, una leve sonrisa se adueño de mi—. ¿Qué paso con tu familia?

—¿Por qué preguntas como si no pudieras verlo?

Él tenía razón cuando decía aquello pero ya no me resultaba adecuado husmear en vidas ajenas. Todo se volvía aburrido, y al final, practicamente no tenía temas de conversación si leía por completo a una persona. Achilles jamás me había mentido y estaba segura de aquello por lo cual le estaba dando el beneficio de la duda.

—No te estoy leyendo ahora mismo, me parece más interesante que tú me cuentes tu versión de la historia y aparte, estoy muy cansada.

Quería ir a mi dormitorio el cual, en aquel momento, compartía con Aria y Sophia para solo hablar con ellas unos minutos y quedarme dormida pero la compañía de Achilles no era mala y en ese momento comenzaba a valorar a cualquier persona que quisiera tener una conversación conmigo.

—Mis padres tenían planes distintos para mi, ya sabes, son autoritarios —respondió—. Querían a su hijo perfecto. Aquel que era capitan del equipo de fútbol, aquel que era popular y tenía buenas notas. Querían que fuera quien les llevara chicas hermosas y las presentara como mis novias justo antes de entrar a la universidad dispuesto a estudiar economía y salí todo lo contrario.

—¿Qué sucedió? —Me animé a preguntar después de unos segundos de silencio.

—No me gusta el fútbol, era el chico de la biblioteca y ninguna chica se me acercaba. —Se rió levemente pero se notaba el dolor que el simple recuerdo le causaba—. Se defraudaron, no pude vivir más allí viendo eso.

No me podía imaginar la presión que podías sentir cuando todos esperaban algo de ti que no eras capaz de hacer si eso significaba abandonarte a ti mismo.

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