Narrado por Jazz:
—Esto demorará en curarse, unas muletas al menos por dos semanas no te vendrían mal —dijo Agramon mientras una enfermera de la fortaleza me colocaba un yeso en mi pie izquierdo—. Hablo en serio, jamás volveré a dejarte ir así.
—¿Sabías qué estaba saliendo? —pregunté aún sin poder creermelo. La enfermera regulo algo en el circuito que habían colocado en mi brazo y salió de mi habitación con una leve sonrisa que devolví.
Agramon acercó el sofá a la cama y se sentó allí, totalmente relajado y divertido por la pregunta.
¿Cómo no había pensado en eso? Ni siquiera me había preguntado donde estaba Agramon.
—No es por arruinarte tu ilusión de ser espía pero te has olvidado de las cámaras de seguridad —respondió pero ¿cómo diablos me había olvidado de eso?—. Y también olvidaste lo predecible que es tu curiosidad.
El que me dijera predecible lograba dañar un poco mi orgullo y el ego que iba obteniendo de a poco. Yo me sentía rebelde, impredecible, incontrolable y ellos me veían como un pequeño gatito. Un pequeño gatito herido.
Que decepción.
—Al menos Bastian no lo noto.
Vi a Agramon reírse por lo bajo antes de que apoyara sus pies sobre la cama pero en ningún momento cerca de mi, podía notar que no quería hacerme daño bajo ninguna circunstancia.
—Bastian pensó que lo odiabas lo suficiente como para perder el completo interés en él y por ende, en lo que él hiciera.
Resople mientras me contenía lo suficiente como para no arrancar el circuito de mi brazo. Había llegado una hora atrás y habían revolucionado a todos cuando vieron mi estado. El chequeo medico había servido para que varios vinieran a regañarme por mi mala alimentación y principalmente, por pararme al borde de un acantilado pero yo me encontraba orgullosa de lo que había hecho. Gracias a eso Abaddon era el mismo de siempre o aún mejor y eso valía cualquier mal que en un futuro desaparecería por completo.
—Bastian puede venir y besarme el trasero, jamás podré odiar a ese hombre. —Agramon sonrió mientras ladeaba la cabeza muy divertido de mi vocabulario—. Ya que hablamos de él, ¿donde esta?
—Con Gideon y Achilles, salieron a buscar a la chica tal como pediste.
—Él debería estar descansando.
—Él quiere enmendar el daño que hizo de alguna manera —respondió—. Estoy seguro que en un rato regresa y por cierto, me alegra mucho que hayas llegado a tiempo.
—¿Por qué no me lo contaste antes? Él no podía prohibirte eso, también tú lo haces ¿no es así?
Asintió con su cabeza mientras suspiraba. Lo vi incomodo por el tema pero no me importaba demasiado, Agramon siempre respondía lo que yo preguntaba y eso me ayudaba a sentirme bastante segura.
—Supongo que también me apeno de eso cuando me comparo contigo. Tú eres, no lo sé, arriesgas tu vida para salvar a alguien y si no lo haces enloqueces pero no lo haces tan solo porque tu naturaleza así lo dice. Si tu enloqueces es porque das todo por alguien, por mantenerlo con vida porque así fuiste criada, esta dentro de tus valores como persona y nosotros somos lo contrario —dijo, sus ojos oscuros conectaron con los míos mientras hablaba pero en ningún momento fueron duros, sino completamente sinceros—. Tenemos la necesidad de llevar a la persona a nuestro bando y si no podemos simplemente tenemos que deshacernos de ella. No tan solo suena cruel, sabemos que lo es pero es estar de nuestro lado o dejar de existir. Ustedes a su manera hacen lo mismo, ¿acaso no encierran o asesinan a una persona oscura?
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Oculto
FantasyTan curiosa e ingenua que el irse de casa para buscar sus origenes suena increíblemente sencillo. Inmersa en un viaje repleto de vueltas que parecen no acabar jamás, chicos que conoce en la carretera, padres preocupados, cualidades encontradas y pes...