Incierto: Capitulo once

12.7K 769 55
                                    

Narrado por Bastian:

Mi cuerpo reaccionaba fuera de tiempo y parecía ser mucho más débil que de costumbre pero eso no me impidió tirar de las cadenas que envolvían mis extremidades en cuanto aquel chico rebosante de pureza dio un paso en mi dirección.

El tenerlo tan cerca y estar tan vulnerable me hacía sentir abofeteado porque no necesitaba mirarlo demasiado para saber que aquel chico no tenía ningún tipo de anormalidad aún, pero de todas maneras, él parecía más sano y fuerte que yo.

Intenté bajo cualquier medio ignorar su presencia incluso cuando su insignificante cercanía volvía aquel lugar mucho más aceptable, como si con él no pudieran existir los entornos negativos o en aquel caso, completamente oscuros.

¿Acaso tendríamos en el escuadrón a una estúpida lampara humana y nadie nos había contado? El solo pensamiento me hizo sonreír un poco burlón aunque el movimiento pareció quemar mi rostro, aquel momento me estaba dando unos minutos de noción y me estaba aferrando a aquello con desesperación.

Desesperación que bajo ninguna circunstancia iba a demostrar.

—No vine a hacerte daño, oscuro —dijo en un bajo susurro cauteloso que logró sacarme de mis casillas.

¿Realmente aquel vil humano de mierda creía que podía hacerme daño? ¿Cuan mal me veía para que creyera que podía sentirme amenazado por alguien como él? Ni aunque tuviera un arma apuntando directo a mi cabeza podría sentirme amenazado o bajo peligro frente a algo tan insignificante en la existencia, como él.

Insignificante o no, él era el chico puro y no tenía ninguna duda.

¿Cómo era que aquel jodido hijo de puta había aparecido allí? Deje aquella pregunta para analizarla cuando tuviera privacidad porque aunque sabía que no era correcto solo podía pensar: ¿Cómo nos dejaba eso cuando él era la nueva carta maestra? ¿Cómo reaccionaría Jazzlyn? No quería ni imaginármelo.

Por un momento todas las conversaciones que habíamos tenido con anterioridad sobre aquel chico parecieron caer sobre mi. Sabía con certeza que ella lo estaba buscando y sabía que el destino no demoraría en llevarlo frente a ella de la misma forma que lo había llevado a mi.

—¿Crees que puedes hacerme daño, imbécil? —solté entre dientes para ver como, para mi sorpresa, el chico sonreía toscamente y caminaba en mi dirección—. ¡No pienses en dar un paso más! ¿Qué diablos crees que estas haciendo? ¡Vete de aquí!

Cuanto más tiempo aquel tipo estuviera en la celda, más tiempo tendría que guardar las apariencias y aunque no me pasara todo el día quejándome el tener que retener gemidos de dolor puro cuando hacía movimientos tan bruscos podía volverse algo demasiado insoportable.

¿Cuánto llevaba allí? ¿Horas? ¿Días? Había perdido cualquier noción del tiempo con la inconsciencia que me había envuelto en sus brazos tan seguido.

—¿No era que no podía hacerte daño? Si eso es cierto, ¿por qué diablos te sientes tan amenazado? —En cuanto la leve luz que entraba por la ventana dejó su rostro más visible para mi solo solté un resoplido. Sus ojos estúpidamente claros me demostraban que estaba frente al chico correcto porque jamás había visto un oscuro con aquel color tan intenso—. ¿Viendo cuan atractivo soy?

Aparte de tener un coeficiente intelectual prácticamente nulo, tenía algo llamado "egocentrismo" saliendo de cada uno de sus poros.

—¿Acaso me has tildado de gay o qué, condenado hijo de tu re putisima madre? —Solté un siseo bajo ante el dolor que comenzaba a experimentar. Sabía que no faltaba demasiado para que mis horas de inconsciencia comenzaran a aumentar notoriamente pero no estaba dispuesto a dejarlo ir así como así—. ¿Quién diablos eres y por qué has venido?

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora