Incierto: capitulo cinco

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Narrado por Bastian:

Me sentí de la manera más erguida que mi cuerpo me permitía mientras sentía el pitido que indicaba aquella llamada como finalizada. De un momento a otro el frío parecía abrazar mi piel mientras el dolor se volvía algo de segundo plano, la adrenalina del momento era mi única protección y era infinitamente consciente de que cuando todo pasara yo no podría ni moverme de manera correcta.

Mi mente trabajaba con velocidad pero aún no era capaz de moverme, parecía que todos los acontecimientos habían saturado cada aspecto de mi, incluso mis instintos más trabajados. Observé el teléfono en mi mano para ver como el tiempo corría y aún estaba dentro de aquella bañera, a diez minutos de ser atrapado cuando ni siquiera habia comenzado. ¿Qué decía aquello de mi? Habia sido un soldado, un jodido soldado de los más importantes y en aquel momento estaba paralizado, sin poder reaccionar.

Lo único que podía pensar era: ¿Qué pensará Jazzlyn de mi?

Sabía que el teléfono podía ser rastreado si habían conseguido mi número así que lo deje caer al agua caliente mientras salía de la bañera y comenzaba a colocarme la ropa aún cuando esta parecía pegarse insistentemente a mi piel. No había tiempo para nada más, tenía que llevarme lo más importante de aquella casa y salir.

Me fui del baño en cuanto el teléfono estuvo destruido por completo y me apresuré al despacho principal de Belial donde habíamos comenzado a trabajar con los planos y la información que poseíamos de aquel cuartel general. Tomé un bolso cercano que habíamos usado antes para transportar los materiales necesarios para aquella osadía y me apresuré a enrollar todos los papeles que teníamos dispersos. Tenía que deshacerme de cualquier cosa que pudiera dejarnos en evidencia.

La puerta se abrió y me encargué de que el bolso fuera directo al coche mientras yo corría de una habitación a la otra buscando otro bolso, o algo donde pudiera llevar lo que nos quedaba. Encontré una bolsa de nylon demasiado grande, las cuales supuse que se utilizaban para la basura, y comencé a llenarla con cosas que consideraba importantes. Papeles, libros, tarjetas de memoria, todo aquello que tuviera una información invaluable.

Cuatro minutos restantes y yo estaba dentro del coche, con tres bolsos y una bolsa de basura en el asiento trasero. Aceleré todo lo que me fue posible mientras mi mano iba a la guantera y comenzaba a revisar en busca del teléfono que había dejado allí como repuesto. Agramon se había encargado de hacerme llegar ese teléfono y había dicho que contaba con datos importantes por lo que de alguna manera esperaba que cuando hablaba de "importantes" no haya colocado solo el suyo.

Encendí el móvil mientras me aseguraba de no ser seguido por nadie. No sabía quien había llamado, ni siquiera podía diferenciar si me había hablado un hombre o una mujer pero lo que sabía con seguridad, es que no planeaba matarme o una advertencia no hubiera sido una opción.

¿Por qué me avisarían que alguien iría por mi? No tenía sentido, era un desertor. Había abandonado aquello que había conocido toda mi vida cuando tenía ordenes especificas. Debía guiar a la elegida en dirección contraria, no permitir que conociera quien era o cual era su propósito pero yo había hecho todo lo contrario. Me había enamorado de ella cuando jamás había sentido siquiera un aprecio por alguien. No me permitió familiarizarme con el sentimiento, tan solo apareció y alteró mi vida o al menos eso creía al comienzo.

Algunas personas no alteran tu vida, tan solo le dan un nuevo orden a las cosas.

Jazz cambiaba todo a su alrededor sin siquiera proponérselo. Te mostraba el mundo que sus ojos veían pero ella jamás veía el caos que la humanidad era, ella veía la bondad que aún quedaba. Ante sus ojos, el mundo no estaba perdido, la humanidad no lo estaba. Ella veía esperanza, futuro. Ella veía lo bueno y lo malo pero su corazón le decía firmemente que todo podía mejorar si ella aportaba todo de si misma. Era imposible no quererla, no enamorarme de ella.

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