Capitulo veinticinco:

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Narra Jazzlyn:

Lo cierto es que si yo creía que esa noche sería un infierno estaba muy equivocada porque hasta el infierno parecía ser un lugar cálido cuando hablábamos de Roger y Bastian en una misma habitación, específicamente en una misma cama.

Jamás volvería a proponer lo mismo, no si quería dormir tranquila.

Lo cierto es que parecían dos niños intentando ignorarse mientras soltaban resoplidos y alguna queja pero no aguantaron demasiado así cuando comenzaron los insultos y empujones algo que me provocaba ganas de matarlos ya que, cada vez que estaba a punto de dormirme, alguno de los dos golpeaba escandalosamente el suelo.

No quería ni imaginar lo que pensaba la señora de la recepción cuando escuchaba tanto ruido y tanto quejido proveniente de nuestra habitación.

No podría asegurar hasta que hora estuvieron así ya que me dormí escuchando como discutían y por eso mismo esperaba encontrarme con la misma escena al despertar pero lo cierto es que estaban todo tan silencioso que me preocupe pensando que se habían asesinado entre ellos y tendría dos cadáveres de los cuales deshacerme.

Me coloque de pie para poder observar de una forma más directa a la cama frente a mi y no pude controlar la risa cuando vi que, en el centro de la cama, estaban los dos muy abrazados con sus piernas enredadas como si aquello les proporcionara más seguridad.

Y se supone que esas dos damiselas tenían que cuidarme.

Tal vez fuera más cruel de lo necesario pero al ver que los llamaba varias veces y estos ni se movían me tome la libertad de tomar mi móvil y sacarles una foto que, tal vez, en un futuro me serviría como chantaje.

—¡Eh! ¡Niñas! —grite pero viendo que ninguno despertaba me decidí a lanzarme a la cama para caer sobre ambos provocando que se soltaran de inmediato y me dejarán caer en medio—. Hasta que despiertan, mis bellas durmientes.

—¿Qué diablos dices? —Bastian se levanto mientras se acomodaba la ropa como si nada hubiera sucedido pero los tres sabíamos que ellos si había ocurrido—. Deja de verme así.

—Jamás creí que me cambiarías por Roger. Es decir, se que es muy agradable de abrazar y tiene una forma de dormir que no es incomoda pero creía que me querías lo suficiente para no cambiarme tan rápido, menos por un chico. 

—Ya calla —dijo entre dientes mientras iba a la ventana más cercana de la habitación y corría la cortina con cautela para observar las afueras del lugar—. Al menos no hay nadie sospechoso afuera.

—Podrían haberme asesinado y tu solo dormías aferrado a Roger —respondí antes de voltear a ver a mi amigo el cual me sonreía divertido—. Esta situación me parece indignante Roger, no me causa gracia. Creí que mi novio y mi mejor amigo eran totalmente heterosexuales pero me duermo un par de horas y me despierto con semejante sorpresa.

—Sabes que eres nuestra favorita de todas formas —respondió Roger en broma y lo entendí enseguida pero parecía que Bastian no en cuanto volteo a vernos como si quisiera matarnos—. Tu novio no tiene sentido del humor.

—Tiene envidia de que me prefieras antes que a él. 

Me gustaba bromear con Roger y ver a Bastian enfadado, era gratificante después de la peculiar noche que el me había hecho pasar.

—Ya levanten sus traseros de esa cama, debemos irnos. 

Le guiñe un ojo a Roger mientras me levantaba de la cama con su ayuda porque sabía que Bastian estaba mirándome y eso le daba más diversión a la situación. No quería ser cruel pero no podía mantener mi mente todo el tiempo en aquello que nos rodeaba porque, como le había dicho a Bastian, terminaría enloqueciendo.

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