Narra Jazzlyn:
—Aún no me puedo creer semejante idiotez —proteste mientras dejaba el mando de la televisión a un lado junto con un resoplido y volvía a apoyar mi espalda en el pecho de Bastian—. Las películas de terror son racistas.
Ni siquiera estaba mirando cuando una palomita de maíz me cayo en la cara y no sentí ninguna duda de que era Agramon quien me había lanzado aquel misil.
Si, tenía mi derecho de ser dramática cuando el chico me caía tan mal. Es decir, no podía hacerle porras cuando a minutos de conocerme dijo que me mataría y que, vaya curiosidad, me había apuntado con un arma sin siquiera presentarse primero.
Alguien le debía decir que la educación iba ante todo.
—Vuelve a lanzarme algún mínimo misil y patearé tu trasero. —Sonrió de una forma burlona porque ambos sabíamos que lo único que yo podría hacer para causarle algún daño era pedirle a Bastian que le hiciera algo o si no estaba más que frita.
—¿Qué tienes contra los racistas? —Era una pregunta tan estúpida que no pude soportar la risa aunque por alguna razón supe que el no lo era.
—Esa película es racista o al menos ese director porque he visto varias de él y siempre, absolutamente siempre, muere primero el negro. —Vi a Roger hacer una mueca.
¿Qué estaba...?
—Pobre papá, seria el primero en morir.
Me reí mientras intentaba que ninguna lágrima se me saltara. Era obvio que Roger se aprovechaba porque no tenía la piel morena como su padre y, aunque nadie más que Alex sabía quien era la madre de Roger, se podía deducir que tenía la piel más clara que Alex.
De alguna forma siempre había sentido curiosidad por la madre de Roger pero jamás habíamos hablado libremente del tema. Ni siquiera mamá me decía cosas sobre eso porque decía que si Alex quería mantenerlo bajo sombras así debía ser por lo cual no me quedaba de otra que respetarlo y contenerme para no invadir su mente.
—Eh, te estoy hablando —susurró Bastian sobre mi hombro—. Aún me sorprende esta forma tan extraña en la que tus pensamientos se van por las ramas.
A mi también me sorprendía. Comenzaba con un pequeño tema que quería razonar para encontrar respuestas y al final, cuando decía ponerle fin a mis pensamientos, me encontraba cuestionándome hasta la creación del universo.
—Soy curiosa así que supongo que todo logra captar mi atención.
Sonrió mientras sus dientes capturaban el lóbulo de mi oreja.
No podía estarme torturando de esa manera cuando sentía dos miradas sobre nosotros sin ningún tipo de disimulo.
—Espero captar tu atención más que cualquier persona. —Claramente lograba captar mi atención.
Necesitaba salir de aquella situación o las cosas no terminarían para nada bien.
—Voy a cocinar —dije con la voz más fina de lo normal por lo que carraspee la garganta—. Veré que puedo hacer según lo que haya en la casa.
—Alguien se puso nerviosa ¿eh? —Me jodía la forma en la que esos dos podían leer mis pensamientos.
Me resultaba injusto. Yo ni siquiera podía pensar algo sobre mi novio cuando ellos se enteraban pero claro, yo no era consciente cuando ellos pensaban en pornografía o la mayor perversión pura del mundo.
—Agradece que no puedes ver esos pensamientos —dijo Agramon mientras me guiñaba el ojo—. Porque los pensamientos de Abaddon no son nada inocentes, al menos no si estas implicada.
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Oculto
FantasyTan curiosa e ingenua que el irse de casa para buscar sus origenes suena increíblemente sencillo. Inmersa en un viaje repleto de vueltas que parecen no acabar jamás, chicos que conoce en la carretera, padres preocupados, cualidades encontradas y pes...