Narrado por Jazzlyn:
Miré al chico o mejor dicho hombre frente a mi mientras me cruzaba de brazos intentando mantener la compostura sin importar que me sintiera sofocada dentro de esa pequeña sala. Sabía que debía mostrarme serena frente a él ya que tenía la suerte de ser totalmente ajeno a la situación.
No me molestaría en lo más mínimo cambiar lugares con él.
—¿Estas seguro que eso es lo que dijo? —Volví a preguntar aunque sabía que si estaba en la CIA era porque su coeficiente intelectual era superior al de muchos, incluyéndome.
Vi al pelirrojo frente a mi quitarse las gafas de lectura y mirarme como si fuera estúpida algo que es realmente posible si termine en la CIA con un terrorista sujetando mi cuello entre sus manos y no porque fuera a besarme.
—Me has dicho que te dijo Somniator, ¿no es así? —Hablaba de una forma lenta y exageradamente clara que me provocaba solo querer golpearlo para ver si su inteligencia le servía de algo, como por ejemplo, notar que no soy imbécil.
—Sé perfectamente que no soy tan inteligente como tú pero no soy idiota así que comienza a tratarme como tratarías a cualquier otra persona o cortaré tus pelotas y quien se vera como un idiota seras tú.
El pensamiento que la mayoría de las personas tendrían si les contara de un pelirrojo traductor de más de setenta idiomas de la CIA esta jodidamente bueno sería que soy una vil mentirosa ¿por qué lo digo? Porque las personas son tan idiotas que asocian alguien inteligente con alguien que según los estándares de la sociedad no son tan atractivos como una persona que ejercita más su cuerpo que su cerebro.
La sociedad cada vez me decepcionaba más porque para mi es mejor una persona que pueda hablar de una forma coherente a una persona que simplemente te hablará de cuantas horas de gimnasio dedico para tener ese abdomen de muerte.
El chico frente a mi parecía tener un combo bastante ganador por el que varías morirían. Tez blanca, pecas tan pequeñas que parecían no estar allí aunque podrías ver la gran cantidad si prestabas atención y esta no se perdía al ver esos ojos claros que parecían robar los suspiros de cualquier mujer y más de un hombre. Cabellos pelirrojos que aunque parecía ser bastante rizados se encontraban cortados de una forma que en los costados estuvieran mucho más cortos que en el frente.
Por ese toque despeinado que llevaba podía asegurar que solía revolver su cabello con frecuencia.
Hubiera seguido admirando su rostro si el no me interrumpía.
—Él te dijo somniator y eso significa soñador en latín. —Mordí mi labio mientras pensaba en alguna conexión que llevara a que Abdel supiera de mi—. ¿Por qué eso te pone nerviosa? ¿Hay algo que yo no sepa?
Él tenía la suerte de ignorar más de lo que creía posible y era mejor mantenerlo así. Tal vez la situación requería ayuda de alguien que tuviera la inteligencia suficiente para lograr mantener todo en orden mientras armaba el gran puzzle que estaba frente a mi pero no sabía que tan lejos nos llevaría eso y justamente incluir más personas solo las pondría en peligro.
Quería salir de esa sala y decirle al mundo quien era y las responsabilidades que cargaba conmigo incluso desde antes de nacer. Quería reclamar por no poder cerrar mis ojos y relajarme porque sé que soñare algo que si sucederá. Quería reclamar por no ser normal.
Quería reclamar por no saber que hacer con mi vida pero no había nadie a quien culpar.
—Sabes todo lo que debes saber, no te preocupes por eso.
No había soltado la lengua y eso era algo realmente sorprendente viniendo de mi. Solía ser impulsiva cuando me encontraba en una situación asfixiante y esa era claramente una.
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Oculto
FantasíaTan curiosa e ingenua que el irse de casa para buscar sus origenes suena increíblemente sencillo. Inmersa en un viaje repleto de vueltas que parecen no acabar jamás, chicos que conoce en la carretera, padres preocupados, cualidades encontradas y pes...