Abrió ambos ojos con pereza, acostumbrándose a la luz que entraba por la ventana y daba directamente en la cara. Se pasó el dorso de la mano por los ojos, y se tapó con la colcha hasta la nariz, suspirando tranquilamente. El simple tacto de las sábanas de aquella cama le hizo recordar que no estaba en su casa, sino en la de Cristian. Una gran sonrisa se plantó en su rostro, aunque de todas formas no abrió los ojos. Era genial estar allí y molestar a Cristian con insinuaciones y comentarios fuera de lugar.
Solo quería seguir durmiendo, pero alguien abrió la puerta del dormitorio, provocando que volviera a abrir sus ojos azules.
-Sean, son las once de la mañana.
El rubio le dio la espalda a su hermano pequeño, el cual soltó un resoplido.
-Déjame dormir, Mark.
El niño bufó y se acercó hasta su hermano, para luego pegarle con una de las muletas en la cabeza. Al recibir el golpe, Sean pegó un brinco de susto y se llevó ambas manos a la zona dolorida.
-¡¿Qué coño haces?!
El pequeño rubio se encogió de hombros y se apoyó en sus muletas con pegatinas de superhéroes.
-Cristian me dijo que si no me hacías caso, te pegara.-explicó dejándose caer en la que sería su cama por un mes.
Sean entrecerró los ojos y se quitó las mantas de encima.
-¿Cristian te ha dicho eso?
-¿Acaso estás sordo o tu cerebro todavía no ha procesado la información?
Decidió ignorar a su borde hermano y sin cambiarse de ropa ni peinarse un poco, bajó por las escaleras. Llegó a la cocina, donde Cristian estaba terminando de recoger la cocina. Llevaba unos pantalones sueltos de chándal y una camiseta negra pegada al cuerpo, haciendo que se le marcaran los músculos de la espalda. Sean se quedó hipnotizado por la imagen y con cuidado de que Cristian no lo oyera, se fue sentando en una de las sillas, pero estaba tan concentrado en su espalda, que sin querer tiró uno de los vasos al suelo, haciendo que Cristian se diera la vuelta para mirarlo y se llevara una mano al corazón.
-Qué susto me has dado, por el amor de Dios.
Sean le enseñó una sonrisa inocente, pero lo único que recibió a cambio fue una mirada de desaprobación por parte del otro chico.
-Ha sido sin querer.
-El cepillo y el recogedor están en el salón. Yo recogeré los trozos más grandes.
Y dicho esto, comenzó a coger con cuidado los trozos de cristal. Sean le hizo caso y volvió con lo que le había pedido. Cuando todo estuvo como antes, Cristian se sentó en una de las sillas mientras que jugaba con su móvil entre los dedos, y Sean se sentó a su lado.
-Mi hermano me ha dicho que le has dicho que me pegara con las muletas.
El chico de ojos verdes sonrió y miró al rubio por encima de las gafas.
-¿Entonces lo ha hecho, no? Es un buen aprendiz. -dijo orgulloso.
-Pues que sepas, que aún me duele la cabeza.-se quejó sobando la zona donde todavía dolía.
-¿Y qué le hago yo?-se encogió de hombros.
-Si me dieras un beso, seguro que me dolería menos.-hizo temblar su labio inferior.
Cristian rodó los ojos, para luego darse un beso en su propia mano, con la cual le pegó en la zona donde antes había señalado el rubio, haciendo que se quejara de dolor. Sean se llevó de nuevo las manos a aquella zona de la cabeza y miró mal a Cristian, que estaba saliendo de la cocina bastante satisfecho.
-Eres cruel.
Cristian se paró y se giró para mirarlo por encima del cristal de las gafas, con una sonrisa socarrona en el rostro.
-Cruel es bueno.
Y dicho esto, lo dejó solo.
este es el cap más corto hasta ahora, bueeeeh
si hay fallos tontos es bc wattpad en el portátil me va como el culo y he tenido que escribirlo en el móvil. todo mal
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No
Teen FictionDonde Cristian le contesta "no" a todo lo que le dice Sean. Donde Sean no se da por vencido aunque todo lo que le responde Cristian es "no". Cristian es de ese tipo de chicos que cuanta menos gente le hable, mejor. Sean le hablaba a todo el mundo...