:deshacer:

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El cuerpo de Sean se arqueó debajo de él y sintió los dedos de una mano agarrando con fuerza su nalga izquierda, mientras que los de la otra mano apretaban con fuerza su espalda baja. El rubio gimió bajito cuando Cristian gimió en su oído y sus dedos dejaron de apretarse tan fuerte al cuerpo sudoroso de Cristian, aunque eso no significaba que lo fuera a dejar separse de él. No por el momento. Cristian escondió la cara en el cuello de su novio y dejó pequeños besos por ahí, sintiendo que el cuerpo de Sean se relajaba totalmente debajo de él y que sus manos subieron hacia su pelo para acariciarlo con cariño. El castaño levantó la cabeza y miró a Sean desde arriba con una pequeña sonrisa. Le apartó el pelo de la frente con una mano y le dejó un beso.

-Bebé...

Sean apoyó los talones en las nalgas de su novio, evitando que saliera de él y le sonrió inocentemente.

-¿Qué?

-Tengo toda la mano llena de tu semen y me quiero limpiar.

-Pues lámelo, duh.

-Lámelo tú.-le colocó la mano pringosa cerca de la boca, pero Sean hizo a un lado su cara y cerró fuertemente sus labios, haciendo que Cristian riera un poco.

Sean rodó los ojos y pasó de acariciar el pelo de su novio para poner ambas manos en su nuca para así besarlo, y Cristian se dejó hacer hasta que necesitaron tomar aire de nuevo.

-Bebé.

-¿Mmm?

-El semen.

-¡Cristian, eres un mata pasiones de mierda!

-¡Yo solo me quiero limpiar la mano! ¡Y deja de apretar mi polla con tu culo!

-¡Deja tú de apretar tu polla en mi culo!

-¿¿Y eso cómo se supone que lo voy a hacer??

-¡Y yo que sé!

Beer ladeó la cabeza hacia un lado al entrar en la habitación de su dueño y no se sorprendió lo más mínimo cuando vio a aquellos dos subidos en la cama, desnudos y en una posición tan extraña. Simplemente se subió al escritorio de un salto y comenzó a lamerse las patas. Los dos chicos giraron la cabeza al escuchar el cascabel de Beer y Cristian suspiró resignado, dejando caer su cuerpo sobre el de su novio, que con las piernas y los brazos lo apretó más contra él.

-Me matas.-masculló contra su hombro.

-Te he echado mucho de menos.

-Esa no es razón para no querer sacarte mi polla del culo. Y como no te quites te voy a tirar del piercing del pezón y sé que te sigue doliendo.

-AAAAH VALE. TE LIBERO.

Dejó caer ambas piernas sobre el colchón y Cristian con cuidado salió de su novio, que se cruzó de brazos y miró con el ceño fruncido hacia otro lado en la habitación, haciendo que Cristian sonriera y negara divertido. Se quitó el condón, se limpió la mano con un pañuelo que sacó de la mesita de noche y se colocó la ropa interior antes de levantarse de la cama y dirigirse hacia la papelera para tirarlo. Volvió a tumbarse junto a su novio y este le intentó quitar la ropa interior con una mano.

-¿Quieres follar de nuevo?

-Aunque no me importaría, todavía no. Es que no entiendo por qué te da tanta vergüenza estar desnudo a mi lado. Yo también lo estoy. Y nos mide lo mismo.

Cristian elevó una ceja y se sentó para que así Sean no pudiera quitarle la ropa.

-¿Y eso qué tiene que ver?

-¡Pues que si los dos la tenemos igual de grande, no sé por qué estás tan acomplejado! Vale que la mía es un poco más gruesa, sí, pero la tuya como es más delgada, hace un efecto óptico y eso hace que parezca más grande y...

-Sh. Suficiente. Efecto óptico dices.-se rio.

Sean le hizo un pucherito y se sentó en frente de él. Le pasó una mano por el pelo despeinado y le dejó un pequeño beso en la nariz, haciendo que la arrugara por un segundo.

-Eres precioso.

Cristian sonrió tímido y acercó una mano para apartarle el pelo de los ojos, pero Sean fue más rápido y le cogió de la muñeca.

-¿Te has hecho un tatuaje?

Sean trazó el contorno del tatuaje con un dedo tatuado, y vio cómo el vello de los brazos de Cristian se erizaba.

-Seh.

-¿Y cómo no me he dado cuenta?

-No es que las muñecas sean la zona donde más me miras cuando lo hacemos.

Sean asintió dándole la razón sin apartar los ojos del tatuaje. Era un corazón, y por la punta que debería terminar de forma puntiaguda, se deshacía en cenizas. Y mientras que el corazón no estaba coloreado, las cenizas eran grises y negras.

-¿Qué significa?

Cristian hizo que Sean le soltara la muñeca y se inclinó para darle un pico en los labios.

-Tengo algo para ti.

Vale, Cristian no quiere hablar del tema.

Y él tampoco le iba a forzar si su novio no quería hablar del tema.

-¿El qué?

Cristian se levantó de un salto Sean se tumbó de lado y obervó a su novio desde la cama, que ahora parecía que buscaba algo en una mochila.

-Es una tontería.-le contestó sin mirarle.

El rubio se apoyó sobre sus antebrazos para así poder ver mejor lo que buscaba su novio, pero desde su posición no podía ver mucho, así que simplemente esperó a que Cristian volviera con él a la cama. El castaño volvió con Sean y se sentó a su lado, enseñándole lo que tenía en las manos. Sean imitó a su novio, se sentó a su lado, y cogió la pulsera con una pequeña sonrisa.

-Nos la ha hecho una prima mía, dice que cuando vio la foto que subí a Instagram no se pudo resistir.

Omitió la parte en la que su prima dijo que le gustaría conocer a Sean algún día, porque sabía que eso no iba a pasar.

-Pónmela tú, en la izquierda.

Cristian le hizo caso y después de anudarla, pasó un dedo por los hilos que formaban la colorida pulsera. Tenía los colores de la bandera lgbt y Sean no podía dejar de mirarla.

-Dame tu muñeca, yo te la pongo.

Cristian le tendió un brazo y Sean pensó que quedaba rara aquella pulsera junto al tatuaje de su novio. Quedaba rara pero a la vez le gustaba.

-Decía que para mí quería hacer la de la bandera bisexual, pero también quería que las dos fueran iguales, así que...

Sean se tumbó de golpe cobre la cama y alzó un brazo, viendo la pulsera en su brazo desde abajo.

-Cristian, ¿cómo te sentiste cuando te empecé a gustar?

El castaño se quedó un momento en silencio, sin saber muy bien cómo explicarse. Cogió las gafas de la mesita de noche para colocárselas y luego se tumbó junto a su novio.

-Me sentía raro. Yo solo había estado con chicas, ya sabes. Al principio no estaba muy seguro, pero luego solo quería besarte. Y eh... Eso.

Vale, eso sonaba mejor en su cabeza.

Sean rio un poco y se tumbó de lado, pasó un brazo por debajo de la cabeza de Cristian sirviéndole de almohada y con la otra mano le acarició el costado, pasó por su espalda baja y se metió debajo de su ropa interior, apretándole una nalga.

-Yo quiero besarte toda la vida.

Y Cristian fue el que comenzó el beso porque sabía que como lo siguiera mirando a los ojos se echaría a llorar.

Y Sean se sintió como si él solo estuviera deshaciendo el corazón de Cristian.




y si borro la novela qué

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