-¡Cris, juega con nosotros al juego de la botella!
Si Leslie lo hubiera arrastrado con algo de más fuerza, la cerveza que tenía en el vaso hubiera acabado sobre su camisa blanca. Se giró para ver por última vez a Claire y Alec, con los que hablaba antes de que Leslie apareciera y lo metiera entre la gente que bailaba en la pista. En un movimiento que hizo Leslie, aflojó el agarre sobre la muñeca de Cristian y este aprovechó para soltarse. Se quedó quieto en el sitio y la rubia se giró a mirarlo.
-¿Qué pasa?
-No quiero jugar a la botella.-se negó, cruzándose de brazos.
En ese momento pensó que estar parado en mitad de un salón repleto de gente bailando no era el mejor lugar para discutir sobre qué quería o no hacer.
-Joder, Cris. Nos faltan personas.
Cristian se lo pensó. Eran cerca de las dos de la mañana y estaba cansado. Había conocido a bastante gente allí, pero eso no le hacía tener ganas para besarse con quien señalara una botella.
Y ese instante de reflexión de Cristian, Leslie lo aprovechó y lo volvió a agarrar de la muñeca, arrastrándole hacia la cocina.
En la cocina había unas diez personas, entre ellas Sean, que estaba sentado en la encimera bebiendo de una botella de vino a morro. Por la marca del vino supo que si sus padres se llegaran a enterar de que él se la había bebido, estaría en problemas. Hablaba con un chico que no conocía y que tenía una enorme dilatación en la oreja. Ninguno de los dos se dieron cuenta de que Leslie y él habían llegado. El resto, eran Miles uno y Miles dos, un chico del equipo de baloncesto, Sarah y un par de chicas más, que tampoco parecía que se habían dado cuenta de que ellos dos habían aparecido en la cocina.
Al ver que nadie les prestaba atención y que Cristian estaba a punto de irse de nuevo, dio unas palmadas, llamando la atención a todos los que había allí. Sean dejó de beber de la botella de vino y no pudo evitar sonreír cuando vio a Cristian.
-¿Jugamos ya?
Habían echado la mesa de la cocina a un lado para que así pudieran hacer un círculo en el suelo. Habían puesto una botella de cerveza vacía en el centro y a Leslie se le había ocurrido una nueva forma de jugar. En vez de que se besaran los que señalara el culo y la boca de la botella (ya que se serían siempre las mismas parejas) había dicho de que se tiraría dos veces la botella, y a los que señalara con la boca, serían los que se tenían que besar.
En la media hora que llevaban jugando, Leslie se había besado con el chico de la gran dilatación en la oreja, Sarah se había besado con una chica, Sean con una chica de pelo negro (un pico más bien) y Cristian le dio también un pico a Sarah.
En realidad, Cristian se estaba comenzando a aburrir un poco. En ese momento, dos chicos del equipo de baloncesto se estaban dando un súper mega mini beso y de reojo vio a Sean. Estaba sentado como un indio, con la botella de vino a un lado. Tenía el codo apoyado en la rodilla y la cabeza le descansaba sobre el puño de la mano. Estaba sonriente y en la comisura de los labios tenía un hilillo de vino seco, como si fuera un vampiro que acababa de morder a alguien.
Cuando los jugadores de baloncesto volvieron a sentarse, Leslie miró de reojo a su primo y a Cristian. Cogió con cuidado la botella de cerveza y cerró los ojos antes de girarla. Señaló a Sean, que nada ver que le había tocado a él, se recompuso y se pasó una mano por los labios. En realidad no sabía muy bien por qué estaba jugando a aquel juego, ya que había chicas. Y encima estaba su prima. Quizá estaba demasiado borracho.
Leslie sonrió al ver que le había tocado a su primo y luego miró de reojo a Cristian, que parecía que en cualquier momento iba a dejar el juego.
Si tengo en cuenta la presión atmosférica, el viento, la Luna sobre la marea y las vibraciones del suelo por la música del salón, puede caer en Cris.
Hizo un movimiento de muñeca y la botella giró sobre la baldosa. A los pocos segundos, fue yendo a menor velocidad. Leslie tenía los puños apretados, tanto, que estaban más pálidos de lo normal. Y Sean sabía lo que su prima estaba pensando. Y él también quería que cayera en Cristian. Y justo cuando la boca de la botella se paró en el adormilado Cristian, en la cocina irrumpieron Logan y Alec con serpentinas y una gran caja con un lazo en la tapadera, seguidos del resto de invitados. Sean maldijo su suerte y en menos de lo que pensó, en la cocina había más de veinte personas pendientes de él.
Y Cristian no sabía cómo debía sentirse. Si Logan y Alec no hubieran entrado en la cocina, en se momento se estaría besando con Sean. Y sabía que el rubio no iba a permitir que fuera solo un pico. Claro que lo sabía.
Los que jugaban a la botella se levantaron y Leslie apretó la botella contra su cuerpo, apunto de tirársela a Logan y a Alec en la cabeza.
-¡Tu regalo de cumpleaños!
Sean sonrió agradecido y se acercó a sus amigos. Louis también había llegado y se dedicaba a echar fotos con el móvil. Quitó la tapadera y una gran sonrisa apareció cuando vio la guitarra eléctrica dentro de la caja.
-¡Oh Dios mío!
Y Leslie pensó que necesitaría tener más cosas en cuenta aparte de la presión atmosférica, el viento, la Luna sobre la marea y las vibraciones del suelo por la música del salón, para que Sean y Cristian se besaran.
está sin revisar bc tengo sueño
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No
Teen FictionDonde Cristian le contesta "no" a todo lo que le dice Sean. Donde Sean no se da por vencido aunque todo lo que le responde Cristian es "no". Cristian es de ese tipo de chicos que cuanta menos gente le hable, mejor. Sean le hablaba a todo el mundo...