:hogar:

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perdón si tiene errores pero la pereza es real



Sintió los brazos de Sean apretarle en la cintura y pequeños besos detrás de la oreja. Apretó los párpados y se acurrucó más contra el cuerpo cálido de Sean. La noche anterior después de haber estado hablando sobre mil cosas, se había quedado dormido con Sean sobre su pecho. Al sentir los labios de Sean sobre su hombro desnudo se dio cuenta de que no llevaba la camiseta puesta. Y ya de paso el pantalón y zapatillas tampoco. Supuso que Sean se había encargado personalmente de quitarle la ropa, y no estaba muy seguro de cómo no había acabado desnudo del todo siendo Sean el que le había desnudado. 

Se dio la vuelta y se encontró con la sonrisa somnolienta de Sean. Y lo maldijo por estar tan guapo hasta recién levantado. Para él las mañanas eran un infierno, y no se convertía en persona hasta que llevaba bebido la mitad de un café. Pero ahí estaba Sean, sonriendo como solo él podía hacer y con el pelo rubio revuelto, haciéndole ver adorable. Aunque él nunca admitiría que lo veía adorable. Ja, no.

-Anoche te quedaste dormido y me dejaste hablando solo.

Cristian frotó el dorso de la mano con uno de sus ojos y le enseñó una pequeña sonrisa.

-Fue sin querer.

Sean volvió a sonreír y le acarició medio ido la mejilla con una mano, mientras que la otra la pasó con rapidez desde el ombligo hasta las clavículas de Cristian, haciendo que se estremeciera y soltara una pequeña carcajada.

-No me hagas cosquillas. Por favor.

Si Cristian pedía las cosas por favor es que iba en serio, pero bueno, Sean en vez de seguir con sus cosquillas, se encaramó encima de él y apoyó los codos a ambos lados de su cuerpo, apoyando la barbilla en ambas manos.

-Son las diez y media.

Dies y media. Instituto. Clases. Estudios. Responsabilidades. Su madre enfadada.

Se pegó un cabezazo contra la frente de Sean cuando se quiso levantar de la cama.

-Me cago en mi vida.-masculló llevándose una mano a la frente.

Sean le imitaba y lo miró mal aún desde su posición.

-Si lo sé no te digo nada.

-Sean, quita de encima. Tenemos que ir al instituto.

Y Sean no tuvo nada mejor que hacer que tumbarse por completo encima de Cristian, apoyando la cabeza en el pecho, haciendo de peso muerto. Cristian suspiró y pasó distraídamente la mano por su pelo rubio, sabiendo que no había muchas esperanzas de que fuera a clases aquel día.

-Yo hoy no voy. Quédate aquí conmigo.

Y de nuevo empezó a dejarle pequeños besos por las clavículas y la base del cuello, pero Cristian lo apartó un poco.

-¿Por qué no me has despertado antes?

-Tengo que ir a mi casa a recoger algunas cosas que me hacen falta y quería que me acompañaras. Mañana voy. Lo prometo.

-Ah, y por eso tantos besos y caricias. Para convencerme.-entrecerró los ojos.

-Si quieres te hago una mamada.-elevó y bajó ambas cejas mientras que sonreía.

Cristian soltó una carcajada y pasó las manos por el cuello de Sean, jugando con el pelo de la nuca. Y antes de que pudiera responderle, se escuchó la voz de Pet al otro lado de la puerta.

-¡Nada de sexo mientras yo esté aquí!

Sean rodó los ojos y Cristian sonrió tontamente. Se removió bajo el cuerpo de Sean, que se quitó de encima de él y se puso a su lado, aunque aún seguía con la cabeza sobre su pecho.

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