:corrillo de tristeza:

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Era diecisiete de agosto. Era el mismo día en el que habían estado todos en la cafetería del centro comercial. Todos menos Logan. Al menos, él no había estado cuando estaban también Cristian y Claire. Y parecía ser que aunque se había parado en la cafetería a saludar a sus amigos, no se había quedado con ellos y simplemente se fue a los dos minutos. 

Thomas estaba tirado en la silla giratoria como si fuera un trapo viejo, impulsándose con los pies para hacer que la silla girara con lentitud, mientras que miraba el techo y pensaba que su vida era una mierda. Cerca, Elliot estaba tirado en el suelo jugando con Beer y se quejaba de los arañazos que le estaba dejando el gato sin querer. Y Cristian estaba tumbado en su cama, pensando en lo triste que era su vida (mejor dicho, lo triste que iba a ser dentro de unos pocos de días). Sin duda, era un grupo muy animado y divertido de chicos de dieciocho años.

-Me quiero morir.

-Same.

-Le hablaba al gato.

-Igualmente, same.

Elliot rodó los ojos y le siguió haciendo monerías al gato, que estaba panza arriba con sus patitas alzadas, intentando agarrar un lazo que le tendía el pelinegro sobre la cabeza.

Eran como las ocho de la tarde, estaba nublado y los tres llevaban allí cerca de una hora. Cristian no podía dejar de darle vueltas a la cabeza. No se podía quitar la imagen de la cara triste de Claire, y por el amor de Dios, tanto ella como Thomas estaban muy raros. Cristian temía que fueran a romper, porque además de que no quería ver sufrir a ninguno de sus amigos, probablemente todo se iría a la mierda. Además, por favor, los que tenían que romper eran él y Sean, no el extraño trío de Logan, Claire y Thomas.

Un pequeño puñal imaginario se clavó en el corazón de Cristian cuando pensó eso.

Dios me odio aaaaaah.

Vale, sin duda, se odiaba a sí mismo, y sin duda, le tenía que preguntar a Thomas qué coño estaba pasando PORQUE NECESITABA SABER. La cosa, es que no sabía cómo sacar el tema sin sonar demasiado brusco.

-Thomas, tío, ¿qué coño pasa con tu trío raro?

Gracias Elliot, por existir y hacerme la vida más fácil.

Thomas dejó de dar vueltas con la silla y simplemente se quedó mirando el techo. Sus dos amigos se quedaron mirándole esperando una respuesta y después de un suspiro lastimero, Thomas se puso el antebrazo sobre los ojos y Cristian temió que se pusiera a llorar porque era horrible consolando a las personas.

-Claire va a romper conmigo.

Bueno, Elliot y Cristian se esperaban algo como eso.

-¿Te lo ha dicho?

-¿Pero solo contigo?

Thomas resopló y los miró con mala cara.

-No me lo ha dicho, pero lo sé. Y no, va a romper con los dos.

Elliot obligó a que Thomas se bajara de la silla para que así se sentara en el suelo a su lado, y Cristian pues se sentó con ellos también y formaron un corrillo de tristeza.

-Dios, es que ninguno nos merecemos a Claire.-murmuró tapándose la cara con ambas manos.

Beer vio que iba a haber drama, así que hizo sonar su cascabel mientras que salía por la puerta.

Elliot se acercó más a Thomas y pasó uno de sus brazos por sus hombros, acercándolo a su cuerpo. Thomas dejó caer la cabeza sobre el cuello de su amigo y Cristian tuvo ganas de echarles una foto.

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