-¿Quieres dejar de cambiar de canción? Me tienes harto.
Louis miró mal a Sean entrecerrando sus ojos azules y dejó la canción que había empezado a sonar.
Los dos estaban en casa del castaño, Louis tirado en su cama cambiando de canción cada dos por tres y Sean en el suelo con la cabeza apoyada en la cama, pensando demasiado en los últimos días, los cuales habían sido muy frustrantes para él. Su relación con Cristian no iba demasiado bien aquellas últimas semanas. Lo primero que notó fue que Cristian no se dejaba de besar tanto como cuando eran principios de enero, y eso le molestó mucho. Y aunque él se consideraba una persona independiente, necesitaba que Cristian le prestara atención de vez en cuando, algunos besos, algo. Pero él estaba demasiado ocupado haciendo cosas como para hacerlo, y eso le molestaba. Hasta que un día explotó y se lo dijo.
-Oye, ¿te pasa algo conmigo o qué? ¿Ya no te gusto?
Cristian se giró a mirarlo con los ojos bien abiertos y negó con la cabeza, sorprendido por la forma tan directa de ser del rubio.
-Claro que sí.
-Nunca me lo has dicho.-se cruzó de brazos Sean, cambiando el peso del cuerpo de una pierna a otra.
Cristian rodó los ojos.
-¿Tengo que decirlo?-suspiró y Sean asintió. Cogió al rubio de las caderas y estuvo a punto de meter las manos en los bolsillos traseros de su pantalón, pero no lo hizo-. Me gustas, imbécil. No te acostumbres a que te lo diga todos los días.
Sean se conformó con aquellas palabras y con el beso que se dieron después. Se conformó porque Cristian le había mirado a los ojos mientras que lo decía, y porque el beso parecía sincero, aunque Cristian también podría haber sido un gran mentiroso y decirlo porque sentía pena por él.
-Tío, no te comas más la cabeza.-le dijo Louis sentándose como un indio en la cama.
Sean suspiró y se levantó del duro suelo para luego sentarse junto a su amigo en la cama.
-Es que no sé qué hacer. Y sé que en un momento le gusté, Lou. Me metía la lengua hasta la garganta y me tocaba el culo. Aunque eso no tiene porqué significar que yo le gustara...-se mordió una uña de un dedo tatuado.
Louis cogió una libreta que había sobre la cama y con ella le pegó en la cabeza al rubio, que lo miró ofendido.
-Tú quieres que te meta una paliza.-entrecerró los ojos azules, señalándolo con un dedo.
-¡Sean, deja de decir tonterías! ¡Claro que le gustas a Cris! Y mira que ese chico es una persona súper cerrada, pues tú has conseguido que contigo no lo sea, así que deja de decir tonterías y ve a su casa a meterle la lengua en la garganta.-le iba a pegar de nuevo con la libreta, pero Sean fue más rápido y evitó que lo hiciera.
-Pensaba que ibas a decir que le metiera la lengua en otro sitio.-rio, echándose hacia atrás en la cama.
Louis rodó los ojos, pero igualmente rio.
-Eres increíble, Sean.
Pero Sean no fue a casa de Cristian a meterle la lengua en la garganta (ni en otro sitio), simplemente pasó la tarde junto a Louis, hablando de cualquier cosa que no fueran relaciones. En realidad, temía que hubiera hecho algo mal con Cristian, porque de verdad le gustaba y él era propenso a fastidiar las cosas.
-Venga Cris, diles al tito Thomas y al tito Elliot qué te pasa en esa cabecita tuya para que ya no te líes con Sean en cualquier lugar.
Cristian miró mal primero a Thomas, que giraba en la silla de su escritorio, y luego miró mal a Elliot, que sostenía un lazo sobre la cabeza de Beer, haciendo que el gato se levantara sobre sus patas traseras para alcanzarlo con sus zarpas.
-Sois los dos unos inútiles y unos estúpidos.-espetó tumbándose en la cama, dándole la espalda a ambos chicos.
Oyó que Thomas suspiraba y seguía dando vueltas con la silla.
-A ti es que siempre hay que sacártelo todo con sacacorchos, Cristian.-esta vez el que habló fue Elliot, que luego soltó una maldición porque Beer le había arañado.
Cristian rodó los ojos y se volvió para mirar a los dos chicos. Se sentó y apoyó la barbilla en sus rodillas, suspirando.
-Es que siento que en cualquier momento se aburrirá de mí. Cosa que vería normal, ya sabéis. No somos nada. Solo nos besamos de vez en cuando y ya. Y me tiene cansado. Solo quiero algo estable...
Sentía las mejillas calientes y el corazón le iba demasiado deprisa. No estaba acostumbrado a decir lo que sentía o pensaba. Casi nunca lo hacía, y cuando lo hacía, lo decía de tal forma que pareciera que le importaba poco. Se sentía inseguro, sobre todo los últimos días. Le había dado vueltas a la cabeza y pensó que conociendo a Sean, este era capaz de hartarse de él en cualquier momento, y él se estaba hartando de solo ser alguien al que Sean morreaba.
Thomas dio una última vuelta con la silla y miró de reojo a Elliot, que ahora tenía a Beer sobre el regazo.
-Así que... Tú lo único que quieres es tener algo definido con él...
-Interesante...
-Básicamente eso. Aunque yo no se lo voy a pedir. Bastante he tenido con decir toda esta mierda que siento. Por el amor de Dios.
Era el último día de enero y Sean llevaba toda la mañana mal porque Cristian no había aparecido en el instituto. Le iba a preguntar a Thomas (ya que le caía mejor que Elliot), pero él tampoco fue, así que no tuvo más remedio que preguntarle al pelinegro. Este le dijo que los dos se habían puesto con dolor de cabeza. No preguntó nada más, ya que sabía que Elliot no quería seguir hablando más con él, pero en la clase de matemáticas estuvo pensando y llegó a la conclusión de que si hablaba con alguno de los amigos de Cristian, a lo mejor sabría qué seguía sintiendo el castaño por él. Así que a la hora del almuerzo, puso la bandeja sobre la mesa vacía en la que estaba sentado Elliot y se sentó enfrente de él. Elliot frunció el ceño y lo miró mal con sus ojos verdes grisáceos.
-¿Qué haces sentándote aquí?
-No tengo tiempo para hablar mucho, Elliot. Candy ya mismo vendrá a la mesa y necesito hablar contigo.
Elliot se giró y vio a Claire hablando con un par de amigas mientras que hacían cola para la comida. Volvió a mirar a Sean y lo miró con desconfianza.
-¿Qué te pasa?
Elliot se dio cuenta que había varias personas en el comedor que se habían dado cuenta de que estaban sentados juntos y se comenzaba a sentir incómodo. Él no quería hablar con Sean, claro que no quería.
-¿Cristian te ha dicho qué siente por mí?
Elliot suspiró y maldijo el estar como intermediario para que aquel par de estúpidos resolvieran sus problemas amorosos.
-Te ignora porque se siente inseguro. Piensa que te aburrirás de él en cualquier momento, así que te está alejando.-dijo son simpleza.
Y ya todo tuvo sentido en su cabeza. Por eso cada vez que se intentaba acercar a él, lo único que recibía eran excusas tontas. Era normal que Cristian se sintiera inseguro a su lado, no es que Sean fuera sido de un chico de relaciones largas y estables.
A Sean se le desencajó la mandíbula y se quedó unos segundos en silencio. Elliot rodó los ojos y comenzó a sentirse aún más molesto por la presencia del rubio.
-Yo no me aburriré de él. Joder. ¿Por qué piensa eso? Llevo meses enamorado de él.
Elliot se encogió de hombros, no muy seguro. Al ver que Sean estaba realmente mal, su expresión se suavizó un poco y suspiró.
-Solo... hazle saber que no lo abandonarás, Sean.
hey
aparte de crisean, shippeais alguna pareja más en la historia? 7u7
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No
Teen FictionDonde Cristian le contesta "no" a todo lo que le dice Sean. Donde Sean no se da por vencido aunque todo lo que le responde Cristian es "no". Cristian es de ese tipo de chicos que cuanta menos gente le hable, mejor. Sean le hablaba a todo el mundo...