:niño perdido:

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-¿Por qué no tocamos una que tenga piano?

Logan se ganó una mala mirada por parte de sus tres amigos.

-Acabo de sentir cómo me clavaban un puñal en el riñón, en el páncreas y otro en el esternón.

-Apuesto cinco libras a que no sabes dónde está el páncreas.

Logan le sacó la lengua a Louis y siguió con su tarea de ordenar las partituras del piano. Sean se recostó mejor en el sillón parcheado del garaje de Alec y se entretuvo intentando quitar uno de los parches que tenía un hilo suelto. Soltó un suspiro lastimero. Cuando sus amigos comenzaron a hablar de canciones con piano se acordó de aquella vez que vio en el desordenado escritorio de Cristian un par de partituras de piano y él le dijo que lo más probable es que las tirara porque le ocupaban espacio y él de todas formas ya no tocaba.

Cristian puede dibujar, puede tocar el piano, puede dormir con Beer sobre la cabeza, puede morirse de las cosquillas con solo una caricia, puede meterse toda mi polla entera en...

Dejó de lado aquellos pensamientos cuando Louis le dio un pequeño golpecito en la cabeza con uno de los dedos. Sean lo miró desde abajo y le sonrió un poco. Su mejor amigo masticaba un chicle y tenía los rizos despeinados.

-Estás en las nubes.

Louis se sentó a su lado y Sean notó que el ambiente se enrareció un poco. Logan seguía ordenando las partituras, aunque también estaba escribiéndose con alguien con el móvil, y Alec jugaba con las baquetas de la batería entre sus dedos, pero lo hacía mirándole. Eso le dio mal rollito. Por no hablar de que hacía calor ahí dentro.

-¿Qué pasa?

Justo en ese momento llamaron a la puerta del garaje y Logan guardó las partituras restantes de cualquier forma en una caja que tapó de mala forma.

-Son Thomas y Claire, he quedado con ellos. Luego hablamos.

No dio tiempo a que ninguno dijera nada, aunque Louis y Alec le dedicaron una mala mirada al rubio. Desde la puerta se escucharon las voces de Claire y Thomas, que querían entrar a saludar, pero literalmente Logan los empujó fuera de la casa y cerró la puerta tras ellos.

Louis resopló.

-Es un traidor.

Sean sacudió la cabeza y el pelo le tapó los ojos. Pensó que sería buena idea cortárselo ya un poco.

-¿Qué acaba de pasar?

Louis y Alec compartieron una mirada y Alec se sentó en el brazo del sofá en el que estaban Louis y Sean. Le dio un pequeño codazo a su amigo para que hablara y Louis jugueteó con sus dedos.

-¿Qué tal vas con Cris?

Suficiente. Ya sabía por dónde iba a seguir la conversación y no quería que siguiera.

-No quiero hablar del tema.

Se recostó mejor contra el sofá y sacó el móvil del bolsillo del pantalón. No tenía ninguna notificación, pero se metió en Instagram y vio que su novio estaba en la playa con unos primos o unos amigos o lo que fueran. Siguió mirando las historias de la red social, aunque seguía sintiendo los ojos de sus amigos clavados en él. Cristian llevaba cerca de dos semanas en España con sus familiares y amigos de allí, y la verdad es que lo echaba de menos. Y sus amigos estaban aprovechando el momento justo para hablar sobre su relación que tenía los días contados, y él simplemente no quería.

-Sean, ¿estáis seguros de lo que hacéis?

-Claro que estamos seguros.

Ninguno de los dos lograban entenderlo, ni a él ni a Cristian. A Cristian lo entendían menos todavía porque ni siquiera lo conocían bien del todo. Es decir, los dos estaban juntos desde enero, y sabían que Sean se iba a ir a Gales desde el principio, y aún así seguían siendo una pareja. Una pareja rara y diferente, los dos siendo muy distintos el uno del otro, con alguna pelea que otra de por medio, pero se respetaban y se querían y eso lo que importaba.

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