:crisean:

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por qué no comentáis nunca nada? os odio mucho

-Pero... Entonces... ¿Te la ha chupado?

Sean soltó una carcajada, al igual que Vannesa, mientras que Leslie solo se encogía de hombros. Eso era una pregunta bastante normal si nos basamos en todas las preguntas extrañas que había hecho la chica a lo largo de su vida.

-¡Eres una loca!-empujó la morena a su amiga, que comenzó a reírse también.

-Ah, no me jodas. Sesenta y nueve y todo. Me apuesto mi peluche de unicornio a que lo habéis hecho.

Sean negó divertido y metió las manos en los bolsillos de la chaqueta. No estaba dispuesto a responder aquella pregunta por muchas ganas que tuviera. Quería que su prima y Vannesa, (que aunque no lo decía quería enterarse de todo) se quedaran con la duda.

-Anda, voy a entrar a comprar algo. Thomas es un puto vago y ni ha comprado algo para beber.

En efecto, los tres se dirigían a la casa del castaño para pasar allí la noche. En total estarían diez personas en la casa de Thomas, y Sean quería ir pero a la vez no quería ir, ya que por ejemplo evidentemente Elliot iba a ir, y no tenía ganas de tener ninguna discusión tonta con él. Y Logan no iba a ir, y en realidad su amigo le daba pena, pero él solo se lo había buscado. Por otro lado, sabía que se lo iba a pasar bien porque Cristian iba a estar, añadiendo a Leslie y Vannesa...

Salió de la pequeña tienda con un par de botellas de cerveza en una bolsa y se unió a la conversación que tenían Leslie y Vannesa, que estaban apoyadas en la acera de enfrente. Juntos retomaron el camino y cuando llegaron, Cristian, Elliot, Claire y Alec ya habían llegado. Al menos no habían llegado los último, como la mayoría de las veces, Louis llegaba el último.

Soltó las bolsas con las cervezas en la encimera de la cocina y le dio un gran beso en la mejilla a Thomas, que reía de algo con Alec y Elliot.

-Feliz cumpleaños, calvo.

Thomas se limpió los restos de saliva de la mejilla y Alec solo rio, mientras que Elliot enseñó una leve sonrisa.

-No me estoy quedando calvo.

-Háblame dentro de cinco años.

Y dicho esto, salió de la cocina y se dirigió al salón, donde escuchaba las voces de su novio, Claire, Leslie y Vannesa, riendo de algo. Al ver a Cristian sentado en el sofá, se sentó en sus piernas y le dejó un gran beso al igual que a Thomas, solo que este fue en los labios. El beso pilló desprevenido al castaño y por eso al principio se lo siguió de forma torpe, y si no fuera sido por los pequeños chillidos que salían de las gargantas de las tres chicas sentadas a su lado, el beso hubiera sido más largo y mejor, pero Cristian simplemente se separó de su novio y sonrió torpemente.

-Aaaaaw. ¡Se ha puesto rojito!-chilló Vannesa.

-Ay joder, callaros ya.-se quejó Cristian, que apoyó la frente en el hombro de Sean, que reía.

-¡Oh joder! ¡Se me ha ocurrido una cosa GENIAL!

Leslie se levantó del sofá y tirando de la pelirroja y la morena, hizo que se pusieran de pie a su lado. Las atrajo hacia su cuerpo y empezaron a cuchichear entre ellas, mientras que reían y seguían con lo suyo, Cristian acomodó mejor a Sean encima suyo y le dejó un rápido beso en el brazo.

-Me ponen nervioso.

-Lo he notado cuando no has sido capaz de seguirme el beso.-rio bajito, dejando pequeños besos en la sien de Cristian, que rodó los ojos.

-Si dejáis de ser adorables y nos prestáis atención, mejor. Gracias chicos por vuestra colaboración.-pegó varias palmadas Leslie.

-Ahora atención.-saltó entusiasmada Claire, haciendo rebotar sus rizos pelirrojos.

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