:amigos:

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NO ESTÁ REVISADOOOOOOOOOOO

Afuera estaba lloviendo, Pet estaba en la habitación de los tatuajes con un cliente, y aunque tenía la puerta cerrada, podía escuchar la música que su amigo tenía puesta, Lana del Rey. A Sean no le gustaba Lana del Rey, por eso tenía la puerta cerrada. Por eso y porque estaba hablando con su prima Leslie por teléfono, y no quería que su prima escuchara los alaridos que "cantaba" aquella mujer -según él-.

De todas formas, Leslie estaba muy ocupada a la otra línea del teléfono haciéndose un sándwich mientras que escuchaba hablar a su primo como para prestarle atención a los alaridos de Lana del Rey.

-¿Le devolviste el dinero?

Sean se tumbó en la cama boca arriba y se quedó mirando el techo. ¿Qué eran aquellas manchas grises de allí arriba? Hizo una mueca de asco y se pasó una mano por el flequillo que le caía sobre los ojos. Se estaba empezando a hartar.

-A ver, le tiré los billetes casi a la cara. No me los dio de nuevo. Pero no fue porque se sintiera resentido por haberle hecho eso, fue porque me entendió.

Escuchó a su prima hacer un ruido extraño a través del teléfono.

-Pues yo no te habría dado el dinero por dos razones: porque eres un cabezón de mierda y me habría hartado de ti y porque me pareces un niño pequeño que no puede aceptar la ayuda de los demás.

Sean rodó los ojos y se sentó en la cama. Leslie podía ser una chica divertida, alocada y despreocupada, pero también podía hacerte llorar solo con lo que decía. Todo dependía de lo harta que estuviera de un tema, y lo cierto es que ella estaba ya un poco cansada de todo aquel rollo de Cristian y su primo, no porque no le pareciera adorables ni nada de eso, sino porque creía que estaban llevando la relación hacia un callejón sin salida. Según ella, tendrían que haber cortado antes, porque es que como ahora se querían tanto, iban a sufrir mucho más.

Pero Sean ya era inmune a las palabras de Leslie. Y puede que por aquellos días se había quedado ya con pocas lágrimas.

-No es eso. Dios, ¿cómo te lo explico?-se rio sin gana alguna y puso el móvil en altavoz. Le había entrado ganas de fumar.

-Tienes todo el tiempo del mundo-supuso que su prima también lo había puesto en altavoz, ya que escuchó la nevera abrirse y cerrarse con demasiada claridad-. Bueno, en realidad no, tienes... dos horas. He quedado con Sam.

Sam era el nuevo novio de su prima, un chico con cara de aniñado y que siempre usaba ropa holgada, y al que solo había visto por las fotos que ponía su prima de perfil, porque el chaval parecía que no tenía Instagram.

Pero tenía cara de simpático.

-A ver, yo no quería que Cristian me diera el dinero porque siento que le debo una buena relación, y no quería deberle también dinero. Ya está. Si estuviéramos en otras condiciones, estaríamos de puta madre y yo no estaría tan mal. Y Cristian tampoco. Siento como si por mi culpa está sufriendo muchísimo. Es más, está sufriendo muchísimo. Le he jodido durante nueve meses.

La línea se quedó en silencio y Sean aprovechó para sacar un cigarrillo del cajón de la mesita de noche y el mechero. Se lo encendió y con el móvil en la otra mano, se fue hacia la ventana, la cual abrió un poco para que el humo saliera. Le quitó el altavoz al móvil y se lo puso en la oreja.

-¿Sigues ahí?

-Sean, ¿tú te escuchas cuando hablas? Y estaba comiendo.

-Joder, Les, ¿qué he dicho ahora?

-Sean, si Cristian ha estado contigo hasta ahora, es porque él ha querido, no creo que tú le hayas jodido nada. Aparte del culo, claro está -soltó una risita.- Además, me parece súper egocéntrico que pienses que le has jodido la vida o algo.

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