;no te alejes;

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os sigue gustando la historia? bc cada vez hay menos votos y comentarios :D

Pulsó tres veces el timbre de la casa de Cristian y miró la hora en la pantalla de su móvil. En aquellas dos semanas en las que había estado viviendo en su casa, sabía un poco sobre los horarios de los padres de Cristian. Los jueves Laura se iba a casa de una amiga a cotillear y Sergio trabajaba hasta tarde, así que Cristian estaba solo en casa. Y le venía perfecto que fuera un jueves y que no hubiera nadie aparte de Cristian. 

Suspiró harto y se movió de un lado a otro, intentando entrar un poco en calor. Las luces de la segunda planta estaban encendidas, así que tenía que haber alguien. Y si se agudizaba el oído, se podía oír música. Volvió a llamar tres veces más y dio un pequeño saltito de alegría cuando escuchó la voz de Cristian al otro lado de la puerta quejándose. Cuando abrió la puerta, un Cristian con el pelo húmedo y despeinado le abrió la puerta. Lo miró con los ojos verdes entrecerrados tras las gafas y Sean se fijó en las clavículas del castaño, que se veían por el ancho cuello de la camiseta que llevaba.

Pero qué sexy. Grr.

-¿Qué haces aquí?-lo miró-. No llevas abrigo y hace frío.

Sean no le respondió, simplemente no se pudo resistir y tras dar un par de pasos, borró los pocos centímetros que separaban sus labios con los de Cristian. Aquel beso pilló bastante sorprendido a Cristian, pero sentir las manos de Sean en su trasero fue suficiente como para dejar de pensar y seguirle el beso. Sus labios estaban secos y fríos. Y había echado de menos aquellos labios a los que apenas había rozado en las semanas anteriores. Por su parte, Sean se sentía demasiado feliz al besar de nuevo a Cristian. Se regañó a sí mismo por no haberlo hecho antes. Si no hubiera hablado con Elliot estaba seguro de que no estaría besando a Cristian.

Cuando se separaron, Cristian se llevó una mano a los labios, sintiéndolos hinchados y calientes. Aún estaban muy juntos y Cristian se volvió a sorprender cuando Sean lo abrazó por la cintura y apoyó la frente en su hombro.

-No te alejes de mí, Cristian.

El castaño sentía las mejillas arder y el corazón demasiado deprisa. Sentía los dedos de los pies entumecidos por el frío que entraba por la puerta abierta, aunque los brazos de Sean se sentían cálidos, y eso era suficiente. Cerró los ojos y apoyó la mejilla en el hueco del cuello de Sean, poniendo una mano en su nuca y la otra en su espalda. La voz de Sean había sonado tan triste, que se le había encogido un poco el corazón por un segundo, y se sintió mal. Muy mal. Y también se sintió estúpido al haber supuesto que Sean ya se había hartado de él.

-No lo haré, Sean.



-Uff.

Sean miró de reojo a Cristian. Los dos estaban apoyados en el muro del instituto antes de entrar. Hacía un frío horrible y estaba nublado, pero Cristian necesitaba fumarse un cigarrillo y como lo que querían hacer era cosa de dos, Sean lo tuvo que esperar congelándose a su lado, aunque Cristian le había dicho que podía entrar sin él, pero en realidad agradecía que lo acompañara. Y no es que no hubiera más alumnos fumando a los alrededores del instituto antes de comenzar las clases, pero con Sean al lado se sentía mejor.

Sean vio que Cristian expulsaba el humo en dos columnas por la nariz, con el pelo castaño revuelto y las gafas medio caídas. Y le dio un orgasmo mental.

-Se me están congelando los huevos.-dijo después de unos minutos.

Cristian lo miró mientras que le daba otra calada al cigarrillo.

-Te he dicho que entres.

-Quiero entrar contigo. Eres mi novio.-y tras decir eso, le quitó el cigarrillo a Cristian y le dio una calada.

Y los dos se sintieron felices al oír aquello. Porque la palabra novio sonaba demasiado bien saliendo de los labios de Sean y porque al fin lo eran. Solo llevaban un día, pero eh, ya era más que ningún día. Y no es que alguno de ellos hubiera cogido de las manos al otro y le preguntara que si quería ser su novio. Simplemente con lo que se dijeron en el portal de la casa de Cristian había quedado claro que estaban juntos. Y no solo juntos para liarse de vez en cuando y ya. Juntos de verdad.

Sean le devolvió el cigarrillo a Cristian, aunque ya no quedaba casi nada, así que lo tiró al suelo y cayó en un charco, apagándose inmediatamente. Se miraron a los ojos y ambos sonrieron. Cristian extendió la mano derecha y Sean entrelazó sus dedos tatuados con los de Cristian. Y tras aquel pequeño gesto, notaron que todas las personas que estaban por allí fumando y hablando, se callaban y sintieron sus miradas encima suya, aunque ninguno de los dos prestó mucha atención a aquello.

-Venga, que llego tarde a lenguaje y tengo frío.

Comenzaron a caminar y entraron en el recinto. Allí las miradas aumentaron y Cristian sintió cómo Sean le apretaba la mano en una muestra de ánimo. Él sabía que Cristian odiaba que lo miraran demasiado y aquel era un gesto demasiado grande para él. Pero bueno, eran novios, y las parejas hacían eso. Y Cristian quería demostrar que Sean era suyo.

-Si quieres yo puedo hacer que entres en calor.-le susurró al oído.

Cristian rio y por un momento se le olvidó que estaban andando por un pasillo infectado de gente curiosa. Aunque en menos de lo que esperaba, dejó de sentirse inseguro y a cada persona que los miraba con una mueca que él consideraba "rara", lo fulminaba con la mirada y dejaban de mirar. Eso nunca le fallaba.

Por su parte, Sean se entretenía sonriéndole orgulloso a todo el mundo que se les quedaba mirándolos con cara "rara". Vio a Justin cerrando la puerta de su taquilla y cuando les miró, no pudo evitar sonreírle. Pero era una sonrisa enorme. Justin abrió la boca de par en par y sus dientes brillaron por el metal de los brackets. Sean rio y de repente sintió que Cristian le soltaba la mano. Y fue por una razón: una pelirroja bastante loca había corrido a abrazarle y estaba tremendamente feliz.

-¡No me lo creo! ¡Al fin! ¡Tengo que ponerlo en Twitter!-exclamó sacando el móvil del bolsillo pequeño de la mochila.

-Por favor, Cynthia, que llamas más la atención que nosotros dos.-se quejó Sean.

Pero Claire no le oía.

-Hum, me voy a lenguaje. Luego nos vemos.

Cristian pensó en darle un pico a Sean, pero el cerebro se le trabó a la hora de pensar en si era una buena idea besarse con el pasillo lleno de gente y en lo que quería hacer. Así que se quedó a mitad de camino y al final solo le dedicó una tonta sonrisa al rubio antes de irse.

Estúpido cerebro.



Sean se sentó junto a Alec, y Louis y Logan se sentaron detrás de ellos. A Sean le tocaba educación física, y a sus amigos historia, pero como ninguno de los dos profesores habían ido, juntaron a las dos clases en el salón de actos y... allí estaban todos. Sean y Alec les dieron la vuelta a las sillas y se sentaron a horcajas para así poder hablar mejor con sus otros dos amigos. Sean apoyó la barbilla en el respaldo y se entretuvo paseando sus ojos azules por los tatuajes de sus dedos.

-Me han dicho por ahí que has llegado de la mano con Cris.

Sean miró a Logan y sonrió ampliamente. Alec le palmeó la espalda.

-¡ESE SEAN CÓMO MOLA SE MERECE UNA OLA!

Y tras gritar aquello, Alec se levantó un poco de la silla y alzó los brazos, haciendo reír a sus amigos.

-¡WEEEEEEH!-se levantaron también Louis y Logan riendo.

El resto de la clase se quedó mirando al grupo de chicos en silencio, mientras que ellos reían. Logan se puso de pie en la silla y todas las miradas se clavaron en él.

-¡ESE SEAN CÓMO MOLA SE MERECE UNA OLA!

-¡WEEEEEEH!-todos hicieron la ola.

Fue una clase de historia y educación física productiva.



el fin de semana que viene me voy a Portugal= sero wifi=sero capítulos

NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora