;te pillé pillín;

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Cristian se sentó en su mesa, que estaba en la segunda fila. Sean aún no había llegado a clase, por lo que se dio la vuelta para así hablar con sus compañeros de las mesas de detrás. Lo quisiera admitir o no, a él le gustaba las historias que contaba Sean. Si por él fuera, hablaría con él, pero siempre que el rubio se decidía a contarle una historia nueva, lo hacía en clase, cuando tenía que prestar atención, y como que no.

El profesor llegó a la clase, cerrando la puerta tras de sí. Cristian miró la silla vacía a su lado. ¿Qué le habría pasado a Sean? ¿Por qué había faltado a clases? Se removió incómodo en su asiento y sacó los libros y el estuche. El profesor comenzó su clase y Cristian intentó concentrarse en lo que explicaba el hombre, pero le faltaba Sean a su lado hablándole sobre cualquier cosa.

*

*

*


Sonó la alarma que indicaba que el final del día había llegado. Se colgó la mochila en ambos hombros y acompañado de Thomas y Elliot, salió del instituto. Como siempre, se apoyaron en el muro del instituto, esperando a que la madre de Cristian llegara con su coche para recogerlo. Estuvieron charlando sobre tonterías hasta que llegó su madre. Se subió en el coche, no sin antes despedirse de sus dos amigos, y su madre puso el motor en marcha. Se abrochó el cinturón de seguridad y miró a su madre, que tenía los ojos verdes fijos en la carretera.

-¿Cómo te ha ido hoy? Te veo un poco desanimado.

-Bah, lo de siempre.

Y esa fue la única y corta conversación que hubo en el coche camino a casa. No es que la relación con su madre fuera mala, en realidad era bastante buena, pero ese día no se sentía con ánimo de hablar demasiado, Y Laura se daba cuenta de aquellas cosas que hacía su hijo, por lo que no insistió.

 Cristian se bajó del coche y con la mochila colgada en los hombros, se metió en casa, dejando a su madre tecleando con su móvil y subió corriendo a su habitación. Soltó la mochila por ahí y cogió el móvil, que lo había dejado cargando. No se sorprendió al ver que apenas tenía alguna notificación. Se metió en WhatsApp y leyó de reojo los mensajes que habían puesto sus compañeros de clase por la mañana, los pocos que se llevaron el móvil a clase. Leyó algunos mensajes de Sean, pero lo único que ponía era emoticonos riéndose, se metió en su perfil y leyó de nuevo cómo lo tenía agregado. Simple y llanamente "Sean clase". Antes lo iba a llamar como "Sean el lenguas largas" pero vio que sonaba terriblemente mal y decidió que mejor que no. Le escribió un mensaje para preguntarle que qué le había pasado, sin sonar demasiado obvio de que había pensado en él por la mañana. Iba a dejar el móvil sobre la cama, pero este pitó antes de que pudiera hacerlo. Efectivamente, un mensaje de Sean.

sean clase: te preocupas por mí, cris? 7u7

El chico rodó los ojos.

cristian: no me preocupo por ti, imbécil. solo te escribo para decirte la tarea. o no la vas a hacer?

sean clase: paul me ha dicho que no hay tarea, mentiroso

sean clase: te pillé pillín

Notó las mejillas enrojecerse un poco. Cerró la aplicación y se quitó el polo del instituto y se puso una sudadera vieja, mientras que pensaba una respuesta inteligente para Sean. Volvió a encender el móvil.

cristian: y te vas a fíar de paul? pfffffff

sean clase: va, dejemos el tema, cris

cristian: antes no te lo he dicho, pero no me llames cris

sean clase: pero si todo el mundo te llama cris

cristian: pues tú no por feo

sean clase: ok eso me ha llegado al fondo de mi corazón

cristian: entonces, por qué has faltado?

sean clase: HAHAHAHAHAHA como cambia de tema el cabrón

sean clase: te mando audios

Y entre unos cuantos audios, el rubio le explicó que la calefacción de la casa se había roto esa misma mañana, su hermano se había caído por las escaleras y se había roto el pie. Y encima, el coche de su padre se había estropeado, y entre una cosa y otra, faltó a clase, aunque a él no le había pasado nada.

sean clase: aunque no sé dónde nos vamos a quedar hasta que se arregle la calefacción

sean clase: pq ya hace frrío y el viejo dice que hasta dentro de un mes no la pueden arreglar

sean clase: y yo como LOOOOL NOS MORIREMOS DE FRÍO GRACIAS DIOS

Cristian sonrió un poco al ver el último mensaje, pero no supo bien qué decir, así con lo primero que se le ocurrió, terminó la conversación con Sean, que no parecía querer parar de hablar. Se quitó los pantalones del instituto y se puso unos de chándal. Pensó maneras de ayudar a Sean y a su familia, pero lo único que se le ocurrió fue decirle que se fueran a su casa por aquel mes, ya que habia dos habitaciones de sobra; la de su hermano, que estaba vacía porque se fue a la universidad, y la de invitados, así que Sean y su hermano se podrían quedar en una, y sus padres en otra. Pero para eso, sus padres tenían que estar de acuerdo, al igual que los del rubio. No sería una tarea muy complicada ya que ambas parejas se conocían porque el padre de Sean y el de Cristian trabajaban juntos. Aunque si la familia se llegaba a quedar en la casa estaría pegado a Sean la mayoría del día y eso le llegaría a estresar. Sean era estresante.

Sacudió la cabeza cuando pensó demasiado y apoyó la cabeza en la almohada, cerrando los ojos. Solo eran las cinco de la tarde, pero tenía sueño, y no tardó demasiado en quedarse dormido.

Cuando despertó, tenía los pies entumecidos por el frío. Ni su padre ni su madre se habían dignado en acordarse de él. Si lo hubieran hecho, habrían entrado en su cuarto y lo hubieran tapado con una manta, o eso pensaba él. Bajó las escaleras y se encontró con sus padres hablando tranquilamente en el salón, cada uno en un sofá.

-Oye Cris, ¿sabes que a un chico de tu clase se ha quedado sin calefacción en su casa por un mes?-preguntó su padre.

Su hijo se sentó en uno de los sofás y se pasó una mano por el pelo castaño, despeinándolo más.

-Sí, Sean Turner.

-Pues bueno, su padre y yo somos buenos amigos, ¿qué te parece si se vienen?

Él se encogió de hombros, como quitándole importancia al asunto. De todas formas sabía que sus padres no iban a tener su opinión muy en cuenta, le preguntaban por cumplir, ya que Cristian se enfadaba mucho cuando alguien hacía algo que le incumbía y no le decían nada. Y cuando Cristian se enfadaba lo hacía de verdad.

-Me da igual.

-Voy a llamar a los Turner entonces.-sentenció su madre con una sonrisa, desapareciendo del salón.

Cristian se recostó en el incómodo sofá y vio por encima de sus gafas a su madre ir a por el teléfono.

Eso le parecía tan cliché como en una de las tantas historias que uno se puede encontrar por internet, donde un chico y una chica se odian y por equis razón uno se va a la casa del otro. Pero en su situación era un poco diferente, ya que ninguno de los dos se odiaban, aunque pareciera que uno de ellos sí odiaba al otro.





qué os va pareciendo la historia??

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