;san valentín;

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-¿Sabéis? Tanto amor me da cierta... repulsión.

Sean rio de la mueca que hizo Alec con la boca y Louis no dijo nada, Logan solo se encogió de hombros. Los cuatro estaban en un centro comercial cualquiera, y los escaparates de las tiendas estaban repletos de corazones rojos pegados en los cristales, las pastelerías tenían en exposición pasteles en su mayoría de color rosa y la gente se mostraba más empalagosa de lo habitual. Y eso que ni siquiera era catorce de febrero, aún quedaba un día.

-Eso es porque no has encontrado a alguien que de verdad te guste.-dijo Louis jugando con su móvil entre los dedos.- Sean, ¿vas a hacer algo con Cris?

-Yo quiero follar.

Todos rieron y Logan dejó caer un brazo por el respaldo de la silla.

-¿Y él querrá?

-Oh, claro que quiere. El muy hijo de puta me ha dejado varias veces con unas erecciones del demonio, pero ah, al final nunca pasamos del manoseo.-rodó los ojos, haciendo reír a sus amigos. Los miró mal con los ojos entrecerrados-. A mí no me hace gracia, que lo sepáis.

En aquellas dos semanas que llevaban como novios oficiales, había habido momentos en los que de verdad Sean se había calentado por culpa de Cristian, pero él siempre encontraba una excusa para no llegar a más. Sean al principio llegó a pensar que era porque Cristian (al ser su primera vez con un tío) pues no estaba muy seguro. Luego llegó a la conclusión de que era un calientapollas.

-Mañana es San Valentín, podrías usar esa excusa para hacerlo.-se encogió de hombros Alec.

Una sonrisa perversa se extendió por el rostro de Sean, imaginándose un par de cosas.

-Podría ser...



-Hola, mi precioso pillín.

Sean se sentó a su lado en la mesa de la biblioteca y Cristian giró la cabeza para mirarle y sonreírle y se dieron un pequeño pico. La gente ya se había acostumbrado a verlos juntos, pero igualmente a Cristian no le gustaban demasiado las muestras de cariño en público, y Sean lo entendía.

-¿Ahora soy precioso? Antes era bonito.

-Evolucionas como los Pokémons.

Cristian recordó las veces que los dos habían salido a buscar Pokémons por las calles y cuando hicieron algunos de ellos con nieve en aquel parque a las tantas de la madrugada. Sonrió y dio un par de golpecitos con la punta del lápiz en la mesa.

-¿Qué pasa?

-¿Te vienes mañana a mi casa a ver una peli?

Ah, este quiere follar.

Guardó los lápices y los bolígrafos en el estuche y notó que Sean lo miraba esperando una respuesta. Llevaban solo dos semanas juntos, pero eh, que se conocían desde septiembre y se morreaban desde enero. Y le tenía ganas, para qué negarlo. Suspiró y lo miró por encima de las gafas.

-Claro.

Sean sonrió enseñando los dientes y estirazó el cuello para darle un beso corto en los labios.

-Te encantará.

Y lo dijo con doble intención, y Cristian captó la doble intención.

-Seguro que sí.

Y eso también fue con doble intención.

Sonrieron cómplices y Cristian terminó de recoger sus cosas bajo la mirada azulada de Sean. Se había pasado la tarde encerrado en la biblioteca del instituto porque sus padres habían decidido hacer limpieza en toda la casa y él se había ido para no tener que ayudar. Se podría haber ido a cualquier otra parte, como a casa de Thomas o Elliot, o quedar con Sean, pero prefirió pasar la tarde solo. Y Sean había estado toda la tarde con sus amigos por ahí, y ninguno de los dos querían convertir la relación en algo demasiado empalagoso, y los dos odiaban eso de estar siempre juntos.

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