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HEEEEY

cuándo es vuestro cumple?
el mío fue el diez de enero lol 



Miró la pantalla del móvil con el ceño fruncido y tras hacer una mueca de disgusto, lo guardó en el bolsillo pequeño de la mochila. Sean le había dejado en visto el mensaje que le había enviado la noche anterior, donde le decía que un colibrí le había recordado a él porque para él Sean era alegría, belleza y amor. O sea, le había mandado un mensaje de lo más cursi sacado de las entrañas asquerosas de su corazón y él ni se dignaba a contestar. Sabiendo que él nunca le escribía cosas así. Cómo se atrevía.

-Pero será imbécil.

Elliot y Claire aparecieron a su lado y Cristian paseó los ojos disimuladamente entre los adolescentes que iban entrando sin ganas al instituto. Era raro que Sean aún no hubiera llegado. Removió inquieto los pies y Elliot se fijó en aquel pequeño gesto.

-¿Qué te pasa? ¿Es porque el rubio teñido no ha venido todavía o es porque te estás meando?

Cristian lo miró mal y el pelinegro se encogió de hombros, mientras que Claire solo los miraba divertida.

-Es por Sean, estúpido. Y es rubio natural.

-Quizá se ha puesto malo.-dijo Claire.

-Me lo habría dicho... Además, ¡me ha dejado en visto!

La indignación se palpaba en el tono de voz de Cristian y eso les hizo gracia a sus dos amigos.

-A ver, enséñame lo que le dijiste. Yo soy experta en estos casos.

Cristian dudó unos segundos, pero finalmente le acabó dando el móvil. Se arrepintió inmediatamente cuando Claire puso esa cara tan suya en la que se aguantaba las lágrimas.

-A que lloro.

-A ver, yo también quiero verlo.

Y antes de que pudiera evitarlo, Elliot tenía el móvil en la mano y leía con los ojos verdes bien abiertos, con una pequeña sonrisa ladeada en los labios.

-Los colibrís también van de flor en flor.

-Igual que tú ahora, estúpido.

Elliot entrecerró los ojos y Cristian le imitó, para luego quitarle el móvil y entrar en el instituto. Estaba harto de esperar a Thomas y sabía que Sean no iba a llegar. Y tampoco tenía ganas de hablar en ese momento con Elliot. Sabía que seguían sin llevarse bien, pero lo que había dicho había sido un golpe bajo, sobre todo sabiendo que Sean y él se querían. Había sido la pareja más duradera de Sean y Sean había sido la suya. Lo máximo que estuvo fue dos meses con una chica, aunque ni sabía bien por qué lo intentaron si quiera. Él con quince años no tenía interés en estar con nadie, y menos con aquella chica, que era como un chicle pegajoso. Y que Sean nunca hubiera tenido una pareja fija tampoco era taaaan raro.

Llegó a la clase y se sentó en su sitio de siempre. Y el sitio de Sean estuvo vacío el resto de clases.

*

*

*

Había llamado a Sean como dos veces, y le había enviado cerca de diez mensajes. Pero los mensajes no le llegaban y no cogía las llamadas. Estaba haciendo un gran esfuerzo por ignorarle, se dijo. Y se estaba comenzando a enfadar. ¿Qué había hecho para que ahora pasara de él por la cara? Porque la última vez que lo había visto había sido el domingo y se lo habían pasado bastante bien en su cama. Y luego, nada. No habían vuelto a hablar. Les había preguntado a Alec, Logan y Louis si ellos sabían algo, pero ninguno sabía nada. Lo único que consiguió al preguntarles fue preocuparlos y que el buzón de Sean se llenara de más llamadas. Sacó un cigarrillo y se lo encendió. Hasta que su madre le recogiera le daba tiempo a fumarse uno, y lo necesitaba. Elliot se había ido nada más salir porque tenía que hacer algo en casa, decía, y Claire y Thomas iban a ir a estudiar a casa del castaño (follar), así que se había quedado solo esperando a su madre en el muro. En verdad le venía bien, así podía pensar con claridad. Aunque no lograba desviar los pensamientos a otra cosa que no fuera que Sean estaba pasando de todo el mundo. Entrecerró los ojos cuando vio un coche que él conocía aparcar en la acera de enfrente. Expulsó el humo por la boca cuando vio a la madre de Sean bajarse del asiento del conductor. Lo peor de todo es que se dirigía a él y Cristian solo quería huir.

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