:oro, luz, amanecer:

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Abrió los ojos cuando sintió que le estaban pegando con un martillo en la cabeza. En realidad, nadie le estaba pegando con un martillo en la cabeza. Se incorporó con cuidado en la cama y se pasó una mano por los ojos cansados. Dirigió su mirada al reloj despertador que había en la mesita de noche, pero como no llevaba las gafas puestas, no veía una mierda. Se las colocó y vio que eran las tres de la tarde. Gruñó un poco y ahí fue cuando se dio cuenta de que era un día demasiado soleado. Un día demasiado soleado de verano. Verano. A finales de verano está septiembre. 

El sol entraba con fuerza por la ventana y daba justo sobre su cuerpo. Su cuerpo y el de Sean, que seguía dormido a su lado. Aunque en realidad parecía que el que desprendía luz era Sean, no el sol. Sean podía dar más luz que el sol. Sacudió la cabeza un poco para despejarse y observó a su novio, que estaba tumbado boca abajo. El pelo rubio lo tenía despeinado en cualquier dirección, y las sábanas se arremolinaban a sus pies. Tenía una mano debajo de la almohada y la otra debajo de su propio cuerpo, y los bóxers se le ajustaban al culo estupendamente. Los llevaba puestos por petición de Cristian, más que nada. Y se veía tan bonito así, dormido de espaldas, enseñando sus lunares, sus pecas y sus hoyuelos que le dio miedo tocarle, así que no lo hizo. Se sentó al borde de la cama y un coche pasó por la calle, indicándole que el dolor de cabeza seguía ahí.

-Vaya puta mierda.

Cogió el móvil y vio que tenía varios mensajes de Claire de hacía poco rato.

loca: heeeey

loca: estás despierto??

loca: me aburro

loca: vente a mi casa

Cristian apenas se lo pensó. No quería despertar a Sean y no tenía nada mejor que hacer. Ya no tenía nada que estudiar. Ya era verano. Ya había vacaciones. Ya estaban graduados. Quedaban tres meses. Tres.

Con sufrimiento se puso unos pantalones cortos de deporte y una camiseta de manga corta. Parecía que aquel día de verdad iba a hacer calor. Metió en un bolsillo del pantalón el paquete de tabaco y el mechero y en el otro metió el móvil después de escribirle a Claire que ya iba a su casa. Se agachó, le apartó el pelo rubio de la frente a su novio y dejó un pequeño beso.

-Bebé, voy a casa de Claire.

Sean solo soltó un "mmmm" y giró la cabeza hacia el otro lado. Cristian sonrió tontamente y salió de su habitación cerrando la puerta con cuidado. En las escaleras se encontró con el gato, pero este lo ignoró olímpicamente, así que Cristian hizo lo mismo. Salió de su casa y vio que Claire estaba sentada en las escaleras de su casa. Cristian cruzó la calle y le sonrió al verla de más cerca.

-Hey.

Claire le sonrió desde abajo y el castaño se sentó a su lado. Llevaba una camiseta negra de Nirvana que parecía de imitación, unos pantalones de pijama a cuadros rojos, amarillos, verdes y azules, y unas chanclas con corazones rosas. En definitiva, Claire seguía en pijama.

-Eres la chica más Tumblr que he conocido en toda mi vida.

Claire rio y le pegó de forma juguetona en el hombro.

-Estoy divina.-y movió la cabeza de un lado a otro, haciendo que el moño que llevaba mal hecho se cayera un poco más.

Cristian la miró a los ojos y le sonrió. Alrededor de los ojos azules de la pelirroja seguía habiendo rastros de maquillaje de la noche anterior. Claire con aquel bonito vestido lila bailando y riendo con Thomas, Logan y sus amigos.

-¿Pasa algo?

-¿Qué hicisteis tú y Sean cuando os fuisteis de la piscina?

Cristian sonrió y sacó el paquete de tabaco del bolsillo junto al mechero.

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