Capítulo 4

6.8K 210 2
                                    

Jesus Oviedo.
Miercoles 5 de enero. 23.00
°
Entro en mi prostíbulo viendo a mis chicas bailar, paso por su lado dandoles un golpecito en el trasero y ellas rien.
~
-¿Por qué él sí? -pregunta uno al guardia.
-Soy el dueño de esto, ellas son mias y hago con ellas lo que quiero. -respondo dejando que una se restriegue sobre mi miembro.
~
El hombre asiente frunciendo el ceño, golpeo el trasero de mi chica indicando que me siga y ella camina detrás mia.
Entro en mi despacho, se sienta sobre mis piernas a horcajadas dandome un masaje y recibo una llamada.
~
-Dejadme vivir. -digo serio.
~
Ella besa mi cuello quitandome la camisa y sonrio.
~
-Hijo. -mi madre habla.
-Señora, dejeme en paz, no soy su hijo, no existo para usted. -advierto.
-Necesito hablar contigo. -suplica.
-Dejé de ser tu hijo hace años. -digo serio.
-Porfavor. -suplica.
~
La chica desabrocha mi pantalón llevandose un golpecito de nuevo en esa zona que tanto me gusta y rie coqueta.
~
-¿Estás con una mujer? -pregunta.
-No te interesa. -respondo.
~
Les cuelgo, la chica sonrie y mando a mi guarda en busca de Eli, la chica de esta mañana.
~
-Señor. -entra en mi despacho.
~
La chica se arrodilla frente a mi y niego.
~
-Marchate cariño. -le digo.
~
La chica se pone en pie, azoto su trasero y se marcha dejandome solo con ella.
~
-Tu amiga ¿sabe algo de esto? -pregunto.
-No y señor, no quiero que sepa que trabajo aquí, se lo suplico. -dice nerviosa.
-Quiero que tu amiga trabaje aquí. -aseguro.
-No la veo aquí. -dice segura.
-Eso lo decidiré yo. -digo serio.
-De acuerdo, señor. -baja la cabeza.
-Ven aquí preciosa, tú acabarás esto. -digo sonriendo.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora