Capítulo 22

5.2K 140 1
                                    

Elisabeth Gómez
Martes 7 de Marzo. 17.00
°
Salgo de mi casa caminando al bar donde he quedado con el gemelo del señor Oviedo, llego viendole con unas gafas de sol y me doy cuenta de lo sexy que es ese hombre.
~
-Preciosa. -alaga poniendose en pie.
-Gracias. -sonrio.
~
Me siento frente a él, pido un café solo y él, tras mirarme, pide uno con leche.
~
-¿Solo? Tan amargada eres. -bromea.
-Me gustan las cosas fuertes. -le guiño el ojo.
~
Rie ante mi descaro, muerdo mi labio y saca su cartera.
~
-¿Qué sabes de él? -pregunta.
-No sé mucho, se lo advertí, simplemente que es dueño del prostíbulo, es arquitecto y poco más. -exolico.
-Algo es algo. -murmura suspirando.
-De verdad, disculpa que no puedo decirte nada de tu hermano, simplemente es que él no habla nada más allá del trabajo con nosotras. -digo dulce.
-¿Os trata bien? -pregunta.
-Genial. -sonrio. -Aunque, recordando, cuando mantenemos relaciones, ya sea coin otra o conmigo, jamás muestra su abdomen, nunc se ha quitado la camiseta. -digo.
-Lo sabía. -murmura dolido.
~
Nos ponen el café, él bebe y me mira.
~
-Como se entere que te conozco me meto en un lio. -digo seria.
-Él jamás sabrá que te conozco. -asegura.
~
Él mira la infinidad de anillos que tiene en sus dedos, bebo de mi taz y rie.
~
-¿Te puedo invitar a cenar? -pregunta de la nada.
-¿Yo? -me extraño.
-¿A quién si no? -muerde su labio.
~
Ese jodido gesto moja mi sexo de inmediato, cruzo las piernas excitada y toso aclarando mi voz.
~
-Trabajo por la noche. -comento.
-Pues la invito a almorzar. -dice seguro.
-Tengo instituto. -digo riendo.
~
-
Se rie a carcajadas junto a mi y scude su csbeza sin remedio.
~
-Llamame cuando tengas un hueco. -dice mirandome.
-Solo soy puta dentro del prostíbulo. -murmuro.
-Te encantará tanto que me querrás pagr tú a mi. -susurra.
-Soy puta, nose que decirte. -le guiño un ojo.
~
Se ech hacia atrás, me mira poniendose las gafas y me termino el café.
~
-Vamos, te llevo. -come ta dejando el dinero sobre la mesa.
~
Me lleva hasta la puerta de mi bloque, baja junto a mi y me pega contra su coche mordiendo su labio.
~
-Eres un extraño. -murmuro.
-Llevo soñando con tus curvas días y días... - suspira.
~
Su lengua y la mia chocan haciendo que ambos nos dejemos llevar por este fuego que nos arde, muerdo su labio tirando de su nuca y sonrie al mirarme desde una corta distancia.
~
-Llamame preciosa. -susurra.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora