Capítulo 35

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Jessica Jackson.
Domingo 12 de Marzo. 9.00
°
Siento unas manos sostener mi cintura mientras un dulce aliento me acaricia el cuello, sonrio dulce al ver su rostro dormido y mi cuerpo semidesnudo junto el suyo. No hicimos nada pero decidí quitarme parte de la ropa me negaba a dormir con ese body tan ajustado.
Noto su abdomen lleno de marcas, de manchas, de algo que no consigo averiguar que es y por qué no me deja tocar. Lo acaricio con suavidad sonriendo y beso su hombro.
~
-Poco a poco mi hombrecito. -murmuro sonriendo.
~
Me levanto suavemente, miro las estanterías extrañada pues no veo fotos, recuerdos... Simplemente sus anillos, cartera... Pero algo. Me sorprende al girar el rostro viendo una foto mía sobre su mesita de noche. La agarro y sonrio dulce. Yo, sonriendo como una niña pequeña haciendome un selfie con su móvil ¿tanto me ama?
~
-Mmm... ¿Angel del cielo? -bromea.
-Buenos días cariño. -me siento sobre él a horcajadas.
-¿Qué haces aquí? -pregunta sin recordar.
-Anoche el señorito el señor volvió a emborrachar pero yo, como buena amiga le llevé hasta su casa y tras la suplica de mi sexy y borracho amigo me quedé con él durmiendo. -le resumo.
-Joder ¿dije estupideces? -pregunta.
-Nada nuevo. -murmuro.
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Lo beso con suavidsd haciendo que sonria, desliza su mano por mi trasero y lo estrujar contra su mano.
~
-Enséñame tu casa. -suplico.
-Me acabo de despertar. -protesta.
-¡Me da igual! ¡Vamos! -digo riendo bajandome de la cama.
~
Se pone una camiseta pues no se siente cómodo mostrando su abdomen y bajo tirando de su brazo.
~
-Es enorme, joder. -susurro.
-Vamos a desayunar. -me dice.
~
Me abraza por la espalda, busca mis labios con los suyos y me besa con suavidad.
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-Te amo Jessica. -susurra.
-Te amo. -lo beso. -Pero como vuelvas a llamarme Jessica te mataré. -amenazo en broma.
-¿Qué pasa? -rie.
-Odio mi nombre completo. -murmuro.
-Es precioso. -desliza sus manos por mi cadera.
-Vamos a tener que desayunar en la cama. -lo provocó.
-No hace falta irse han lejos. -me coje.
~
Me sienta sobre su mesa de la cocina y rio entre sus labios.
~
-Vente conmigo aquí, para siempre. -suplica pegado a mis labios.
-Es muy pronto. -me asusto.
-Te necesito todos los días aquí. -cierra los ojos.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora