Capítulo 18

5.7K 164 3
                                    

Jessica Jackson.
Viernes 3 de Marzo. 12.00
°
Enciendo un cigarrillo sentandome en un banco que hay en una calle proxima a la mia, suspiro expulsando el humo y muerdo mi labio recordando las palabras de Oviedo ¿estará enamorado de mi? ¿Qué siento por él?
Realmente estoy echa un lio, él me vuelve loca pero no se de que manera, el otro día sentí cosas que jamás he sentido pero él... Tan oscuro, misterioso, excitante pero dulce... No entiendo nada de lo que está sucediendo en mi vida.
El casero de mi nuevo piso me llama, sonrio escuchando como me explica cuando y donde firmaremos el contrato, agradezco todo para después colgar.
~
-¿Qué haces aqui? -pregunta mi madre furiosa.
-Déjame, ve con tus drogas. -espeto.
-¡No me drogo! -grita.
-Déjame vivir. -me pongo en pie.
-Soy tu madre. -acusa.
-Por desgracia. -ataco.
~
Ella me mira ofendida, rie enciendose un porro y rio irónica.
~
-Solo sabes drogarte y fumar. -digo realmente molesta.
-Todo esto es tu culpa. -me ataca.
-Yo no hago nada, tú eres la causante de mandar todo a la mierda: mi educación, mi salud mental, mi felicidad... Destruiste todo. -un nudo se cruza en mi garganta.
-¡Yo no quería tenerte! -grita.
-Podrías haber abortado. -le grito llorando.
~
Ella me alza la mano pero Oviedo la agarra totalmente serio.
~
-No le pongas la mano encima. -dice serio.
~
Mis lágrimas salen solas, un dolor aparece en mi pecho haciendo que me sienta insignificante ante él, no soy suficiente, ni mi madre quería traerme al mundo.
~
-Suéltame. -gruñe mi madre emporrada.
-Suéltala Oviedo, no importa. -murmuro.
~
Suelta el brazo de mi madre y yo corro hacia otro lado haciendo que me siga.
~
-Jessica, porfavor. -tira de mi brazo.
~
Me pega a su pecho parando el reloj, mis lágrimas cesan y mis brazos rodean el musculado cuerpo de este apuesto moreno.
~
-Necesito estar sola, Oviedo. -murmuro con la voz rota.
-Verte llorar me parte el alma. -susurra.
-No importo, vete, tus trabajos son más importantes que yo. -murmuro
-En mi vida nada es más importante que tú. -susurra.
~
Miro sus ojos impresionada, sonrio dulce y agarra mi mejilla.
~
-¿Qué ha pasado? -pregunta dulce.
-Ni mi madre quería traerme al mundo. -lloro.
-Pero aquí estas y eso es por algo. -dice sonriendo.
-Por nada, solo fumo, follo y molesto. -digo serio.
-No, nena. -susurra tomando mi mano.
~
Sostiene mi mejilla dulce, muerde su labio de un manera demasiado tierna y sonrio.
~
-No sé que me haces pero jamás dejes de hacerlo. -suplico.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora