Capítulo 43.

4.3K 124 1
                                    

Elisabeth Gómez.
Miercoles 22 de Marzo. 9.00
°
Camino hacia las oficinas de la inmobiliaria que nos ha ayudado a encontrar el piso en Madrid, fuera de Sevilla, se acabaron los Oviedo, los agobios y los llantos, una nueva vida en Madrid está por comenzar.
Miro mi teléfono viendo la infinidad de llamadas perdidas replanteandome cambiarme el número, no puedo seguir así, Jess lleva toda una semana recibiendo cartas, mensajes y flores de Jesús ¿no entienden que no queremos más sufrimiento?
Me agarran del brazo parandome de golpe, me giro maldiciendo el momento pues un Daniel lleno de ojeras me mira dolido.
~
-Mi muñeca, que alegría, joder. -dice sonriendo.
-Sueltame. -murmuro.
-¿Cómo estás? -pregunta.
-Daniel, no quiero saber de ti. -ataco.
-Lo siento, muchísimo, cada día estoy más destrozado, te echo más de menos... -lo corto.
-Buscate otra puta para saber de tu hermano, no me creo nada, eres un monstruo Daniel ¿a quien se le ocurre hacerle tanto daño a un niño tan pequeño como lo era él? -pregunto seria.
-He cambiado, juro que he cambiado y que no soy ese Daniel, estaba manipulado cariño. -suplica.
-Que te vaya bien en la vida. -susurro.
~
Jessica Jackson
°
Mi padre se sorprende al verme, me niego a pasar por los malos recuerdos de esta casa y me mira dulce.
~
-Vengo a despedirme, me voy en muy poquito y sé que tú no tienes la culpa de nada de lo que sucedió aquí en casa, esa mujer fue la mala. -murmuro.
-¿Te vas sola? -pregunta preocupado.
-No, con una amiga, tranquilo, me apuntaré tu número y te hablaré cuando cambie de número, solo venia a despedirme. -explico.
-Siempre fuiste mi niña pequeña pese a todo. -llora.
~
Lo abrazo como jamás pensé que lo abrazaría, sonrio dolida alejandome y choco con alguien.
~
-Mi angelito. -su voz me pone nerviosa.
-Oviedo. -me alejo.
-Prometo que no te seguía, caminaba a la oficina. -me agarra del brazo para evitar que me vaya.
-Sueltame, me marcho ya. -susurro.
-¿De que trabajas? Puedo pasarte todo el dinero necesario si así deseas. -dice nervioso.
-Me marcho lejos en poco tiempo, encontraré trabajo. -digo seria.
-No, porfavor... Si te vas me ahogaré en el alcohol para siempre y... Nena, porfavor. -suplica.
-Deja de beber, ya te lo advertí. -digo seria.
-Te amo. -susurra.
-Adiós, Oviedo. -digo seria.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora