Capitulo 115

3.6K 91 0
                                    

Daniel Oviedo.
Viernes 6 de Octubre. 19.00
°
Suspiro mirando al ordenador, tecleo la respuesta al correo y una llamada de mi hermano me interrumpe.
~
-¿Qué? -pregunto.
-Nose si te interesa pero Elisabeth está de parto. -anuncia.
-¿Puedo ir? -pregunto.
-Ven, ella decidirá una vez de a luz. -comenta.
~
Salgo corriendo de mi casa tras vestirme veloz, conduzco hasta el hospital y siento unos nervios que jamás sentí antes. Las manos me sudan, tengo el abdomen empapado y el corazón me va a mil.
Mi hermano me abraza al ver mi estado y Jessica opta por no saludarme.
~
-Te guarda mucho rencor. -susurra.
-Lo comprendo. -encojo los hombros.
~
Me siento en la sala de espera, suspiro y Jessica se sienta a mi lado.
~
-Ella te ama pese a todo. -susurra.
-Es fantástica. -murmuro.
-Va a necesitarte, solo depende de ti estar o no. -advierte.
-Estoy dispuesto a ser padre por tal de verla feliz. -aseguro.
-Debes amar a tus hijos, ahora son dos. -asegura.
-Me he perdido su embarazo y... -me frena.
-Estás a tiempo de no perderte el crecimiento de tus hijos. -dice dulce.
~
Escucho sus gritos pues está empezando a dar de luz y suspiro, Jesus sale fuera con la bebé pues está llorando y Jessica se mantiene en silencio nerviosa por su amiga.
El llanto de un bebé rompe la sala y tras cinco minutos de más gritos otro llanto me hace sonreír.
El doctor tras varios minutos sale de la habitación y nos mira.
~
-¿Quien va a entrar? -pregunta.
~
Jess me mira asintiendo y paso a la habitación viendola, se sorprende al verme ahí.
~
-Los bebés están limpiandose, enseguida los traen. -comenta el doctor.
~
Asiento acercandome a Eli y agarro su mano.
~
-Si quieres me marcho. -murmuro.
-Has venido. -sonrie.
-Acaban de nacer tus hijos, que menos. -sonrio triste.
-Nuestros hijos. -me corrije.
~
Niego y acarició su mejilla.
~
-Son tus bebés, yo los rechace y no tengo derecho a nada más. -murmuro.
-Daniel... Quedate con nosotros, en casa, los cuatro, te necesito conmigo. -suplica.
~
El doctor entra en la habitación con los bebés y yo cojo a uno mientras ella coje a otro.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora