Capitulo 84

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Elisabeth Gómez.
Jueves 5 de junio. 9.00
°
Salto de la cama pues un fuerte pinchazo en mi cabeza me azota, veo a Daniel salir del baño con una toalla en su cadera pues he gritado y me abraza muy fuerte.
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-Tranquila. -murmura.
-No aguanto más Daniel, pinchazo tras pinchazo y yo no recuerdo nada. -digo desesperada.
-¿Para que quieres recordar? Te estás adaptando muy bien y sabes todo lo sucedido, cariño. -susurra.
-Pero yo no se quien soy, no me conozco Daniel, sé que os conozco a todos vosotros pero de que me sirve si no se quién soy yo. -explico.
-Cariño... Llevas semanas encerrada sin salir con la escusa de cuidar a Jess ¿Qué ocurre? -pregunta poniendose en pie.
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Me sonrojo al darme cuenta que esta en toalla, me giro incomoda y escucho su risa.
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-Ya me has visto desnudo más de una vez ¿por qué esa vergüenza? -siento sus manos en mis hombros.
-Te recuerdo que no sé nada. -murmuro vergonzosa.
-No me importa que te gires nena. -murmura.
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Me niego a girarme, él dice que me vista para acompañarle al supermercado y me meto en el baño sin mirarle.
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9.40
°
Salimos de casa, él agarra mi mano mientras conduce y la besa con una expresion algo extraña en su rostro.
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-Se que no me perdonarás jamás. -dice serio.
-Daniel ¿ocurre algo? -pregunto.
-No tiene importancia. -susurra.
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Continúa agarrando mi mano, suspiro sin comprender nada y me mato interiormente a sabiendas que la anterior Elisabeth sabría que le podría suceder ¿por qué jamás le perdonaré?
Bajamos en el supermercado y comenzamos a caminar por las calles cogiendo todo lo necesario para este mes, él no suelta mi mano desde que entramos hasta que alguien le da un toque en el hombro.
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-¿Qué quieres Ruth? -pregunta serio.
-Daniel, ha pasado muy poco tiempo. -dice sonriendo pícara.
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Lo miro confundida, ella rie mirando nuestras manos y las separo de inmediato.
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-¿Cómo está tu amiguita? Pobre me pilla follando con su novio y encima la deja con bombo. -se rie.
-¡Déjanos en paz! -Daniel alza levemente la voz.
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Me alejo pues la situación me agobia, Daniel la empuja alejando levemente a Ruth tras susurrar le algo e intenta volver a sostener mi mano.
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-¿Qué ha pasado? -pregunto.
-Nada cariño. -comenta nervioso.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora