Capitulo 105

3.1K 92 0
                                    

Jessica Jackson.
Sábado 15 de enero. 10.00
°
Salgo de la ducha escuchando la risa de la bebé y la voz de Jesús hablando con ella. Entró en la habitación de Jesús viéndolo jugar con ella en la cama haciendole cosquillas, rio viendole y me mira.
~
-Hola. -sonrie.
-Pobrecita la nena, querrá dormir. -me acerco a ellos.
-Ella estaba despierta, la he cogido y pues... ¡Joder! Dejame jugar con mi hija. -dice riendo.
-Yo te dejo, pero tu hija tiene dos semanas. -digo sonriendo.
-Tú estás celosa. -acusa bromeando.
-Que mentiroso, si eres mi amigo. -digo alzando la voz riendo.
-¿Y qué? Estas celosa de tu hija. -acusa.
-¡Qué no! -insisto.
~
Siento su mano en mi espalda, sus labios en mi cuellos mientras, con suavidad, me pega a su espalda.
~
-Amigos, solo amigos. -me convezco.
-Sabes que no. -murmura.
-Callate. -digo seria.
~
-
Suspiro excitada al sentir sus dedos arrebatar me la toalla, comienzo a jadear cuando siento sus manos palpar mi espalda con detalle y precisión, bajando suavemente en busca de lo prohibido.
~
-Debo irme. -la voz ronca no me ayuda.
-Quedate. -suplica.
-No podemos hacernos esto. -digo.
-Nos lo merecemos. -insiste.
~
Sus labios rozan los mios pero la bebé llora cortando toda la calor del momento y aprovecho para vestirme.
~
-¡Pero bueno! Tenemos algo que acabar. -dice alzando una ceja.
-Ya claro. -digo riendo.
-¿Cómo que "ya claro"? -pregunta riendo.
-Tengo que irme, a las doce regreso. -beso su mejilla.
~
Salgo de camino a la cafetería, veo a Alfonso ahí, esperándome.
~
-Siento el retraso, la bebé se ha puesto a llorar. -miento encubriendo el calentón.
-Es normal, no te preocupes. -dice dulce.
~
Pedimos el mismo café cada uno, lo miro y me pongo nerviosa pensando en las explicaciones que le debo.
~
-Mi comportamiento aquellos años no era totalmente tu culpa, la situación de aquella mujer que tenía por madre y tu manera tan cutre de encubrir la mierda que había en casa no ayudaba. -comento.
-Te pido disculpas por todo eso, sé que no hice bien quise encubrir en vez de arreglar y no debí hacer eso. -explica
-No te guardo rencor, mi madre es un caso a parte, aún no consigo comprender que pretendidas con ella. -digo seria.
-Amaba a tu madre, estaba ciego y le perdonaba todo ¿acaso tu no le perdonarías todo a Jesus? -pregunta.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora