Capítulo 47

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Daniel Oviedo

Jueves 16 de Marzo. 12.00

Regreso a casa pues otra vez he tenido que darle una excusa en la oficina sobre su ausencia, suspiro al verle tirado en el sofá, aún vestido y con una peste a alcohol que nadie aguantaría.

-Arriba. -digo serio.
-Déjame. -gruñe.
-Jesús, arriba, ya. -ordeno.
-Que me dejes, joder. -protesta.
-¿Así vas a estar? Llevas un año bebiendo sin parar porque una tía te rompió el corazón. -ataco.

Se sienta en el sofá gruñendo, me mira suspirando y me saca el dedo.

-Déjame mandar mi vida a la mierda. -protesta.
-No quiero que mandes tu vida a la mierda. -digo serio.

Tiro de él hasta subir arriba y le empujo a su habitación.

-Una ducha y al gimnasio. -ordeno.
-Pesado. -murmura.
-¡Hazme caso! -le alzo la voz.

Miro el correo pues tengo que mantener mi prostíbulo en Madrid desde la distancia, aún no lo he visto desde que se abrió hace meses por órdenes de mi hermano. Él intenta trabajar como arquitecto pero sé que no puede, es un alcohólico que no acepta su problema con el alcohol y cree que es la mejor manera de ahogar sus recuerdos de Jess. Miro en su mesita la foto de ella que tiene, la agarro y suspiro preocupado.

-Suelta esa foto. -dice serio.

-Deshazte de esto. -aconsejo.
-Tira tú la foto de Elisabeth. -ataca.
-Yo no bebo todas las noches para ahogar su recuerdo. -reprocho
-Es mucho mejor matar un saco de boxeo y follarse a todas las putas del prostíbulo. -dice irónico.

Suspiro bajando hasta el salón, me siento y suspiro mirando sus fotos, tiene razón, ahogarse en otro cuerpo no me hace bien, matar el saco por rabia tampoco, pero su higado le hará pasar una mala jugada como siga así.

-Me voy al gimnasio. -dice serio.
-Adiós. -respondo.

En cuanto sale por la puerta recibo un mensaje: "debes marcharte a Madrid, el prostíbulo necesita tu presencia y lo antes posible"

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora