La oscuridad de tus brazos

Capítulo 30

Elisabeth Gómez.
Jueves 9 de Marzo. 2.00
°
Recibo su llamada mientras termino de cambiarme, se lo cojo nerviosa pues tengo a Jess junto a mi y no quiero que sepa nada.
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-Te estoy esperando girando la calle a la derecha. -susurra.
-En cinco minutos estoy. -digo nerviosa.
-¿Estás bien? -pregunta.
-Claro. -murmuro.
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Cuelgo, Jess me mira y alza una ceja.
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-Hoy me llevan a casa. -anuncio.
-¿Algo que contarme? -pregunta.
-Aún no. -susurro.
-Me iré con Oviedo. -comenta amable.
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Salgo del prostíbulo chocando con el señor y sonrie amable.
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-¿Dónde está Jess? -pregunta.
-Dentro, creo que lo busca. -digo.
-Gracias bonita. -dice entrando.
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Camino hasta el coche de Daniel viendole fumando apoyado en este con una camisa gris medio abrochada.
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-Que sexy. -agarro su camisa.
-¿Qué tal la noche? -me besa.
-Normal. -murmuro.
-¿Muchos clientes? -alza una ceja.
-Normales, supongo. -lo abrazo.
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Busco el refugio en sus brazos tras toda una noche de besos y caricias ajenas, odio sentir como otras manos me tocan.
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-Vámonos, porfavor. -suplico.
-Entra al coche, nena. -susurra.
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Entro, sale de ahí rápidamente y veo como conduce a su casa.
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-Mañana trabajarás, ¿no? -pregunto.
-Mañana no. -dice serio.
-¿Qué ocurre? -susurro.
-Pensar que has estado conmigo esta mañana y ahora te habrás follado a más... Joder. -murmura.
-Llévame a casa. -suplico.
-No, quiero que vengas conmigo. -asegura.
-Somos desconocidos Daniel, solo follamos y ya. -digo seria.
-Dirigeme a tu casa. -dice serio.
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Le dirigo hasta llegar a mi bloque de pisos, hago por bajarme cuando agarra mi brazo.
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-Llamame para cualquier cosa que necesites, por favor. -suplica.
-De acuerdo. -susurro.
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Bajo del coche y suspiro dolida pero segura de cortar la "relación" nadie podría estar con una prostituta.