Capítulo 50.

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Jesús Oviedo

Lunes 20 de Marzo. 10.00

Veo mi registro en el centro para dejar el alcohol, suspiro mirando a mi hermano, el cual está derrotado de la hora que llevamos en ave, y me mira.

-Me he inscrito en terapias para dejar el alcohol. -anuncio.

Se sorprende y me abraza sonriendo.

-Sabía que podías, te volverás uno nuevo. -dice sonriendo.
-He pedido que sean individuales, pues no quiero que nadie me vea, que vergüenza. -susurro.
-Tranquilo, si así crees que es mejor para ti, adelante. -aconseja.
-Tengo miedo, me voy a ahogar en su recuerdo y sé que no voy a ser capaz de dejar el alcohol. -murmuro.
-Puedes con todo tío. -asegura.
-Me alegro de volver a ser lo que éramos. -susurro.

Jessica Jackson.

El chaval me mira fijamente pues está muy nervioso, su madre llora y yo me acerco al chico tranquilamente.

-Sabes que puedes dejar los porros, el tabaco... Adoras a tu madre. -susurro.
-Sí, pero no quiero hacer esas mierdas de estudiar ¡no! -alza la voz.
-Es tu obligación hasta una cierta edad, tu madre tiene muchos problemas y a ti te ama con su corazón ¿por qué no le das una alegría? -pregunto dulce.
-Yo la quiero pero... -mira a su madre.

Ella llora, el chaval la abraza y me mira.

-Lo haré, supongo. -susurra.

Se marchan y mi compañera me da un "caso" de un nuevo paciente, un hombre de unos veintidós años que es alcohólico pues a ahogado sus penas en las bebidas. Me siento mareada al recordar a Jesús, exactamente su mismo perfil.

-No puede ser. -digo seria.

Mi corazón da un vuelco al ver su imagen y rompo en llanto.

-Estoy tan orgullosa y tan preocupada por ti, mi capullo. -murmuro viendo su imagen.

Una compañera me pregunta pero esquivo el tema cerrando la carpeta, seco mis ojos decidida a hablar con mi jefe y así hago.

-Señorita usted es la mejor en estos casos. -dice seguro.
-Señor, yo conozco a este hombre y... Por favor, no puedo ser yo. -insisto.
-Por favor, jamás me ha dado problemas, cumpla mis órdenes Jackson. -suplica.

Y sí, seré la doctora de Jesús Oviedo en su lucha contra el alcohol.

La oscuridad de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora