Estoy seguro de que lo amo

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Joaquín y Emilio llevaban algunos días en California, cada vez se acercaba más el día de irse. Emilio hoy no tenía ganas de salir así que se quedo en la habitación del hotel, así Joaco salió con Nikolas. Emilio fue quien decidió quedarse, a pesar de que sabía que Nikolas y Joaquín eran los mejores amigos habían unos celos que aparecían repentinamente para apoderarse de él cada que veía como Niko lo abrazaba. Sin contar como lo invadía este sentimiento tratándose de Andrés, él podría jurar que siente cierto interés sobre Joaco, su Joaco. No era necesario decir una sola palabra para que su novio se diera cuenta de este sentimiento, simple y sencillamente pareció ignorarlo restándole importancia.

¿Por que Emilio habria de sentir celos? Nikolas es su mejor amigo, pero, ¿y Andrés? ¿A caso debería preocuparse? El no tener ganas para salir había sido solo una excusa para poder quedarse y pensar las cosas, se encontraba en el sofá haciendo eso, pensando. Varias teorías comenzaron a contarse solas por su cabeza. Una de ellas era que quizá no fue buena idea quedarse en casa mientras ellos salían solos. Lo único que lo tranquiliza era que ya casi se irían de vuelta a Ciudad de México.

Por otro lado, Joaquín y Nikolas estaban en un café charlando. Sólo ellos, poniéndose al corriente de todo lo que había ocurrido estos últimos meses con la ausencia de Joaco en California. Al parecer los rumores sobre su padre aumentaron con su partida, eso no parecía importarle en lo más mínimo, a pesar de haber quedado involucrado gracias a los medios, al final de cuentas ese no era problema suyo. La conversación dio un giro cuando Nikolas comenzó a cuestionar sobre su actual relación.

- Realmente aún no asimilo que ese tal Emilio y tú sean novios. - dijo Nikolas.

- ¿Hay algún problema con eso? - dijo mientras tomaba de su café.

- Claro que no, solo que creí que después de Leo no volverías a darte una oportunidad con alguien, claro que con Zoé fue diferente, yo sé perfectamente que con ella lo que buscabas era una distracción, pero a lo que me has contado vas en serio, ¿cierto?

- Vaya que voy en serio, no insinuó que llegaré y le pediré matrimonio, sino que no lo quiero para pasar el rato, ¿me entiendes? - nikolas asintió - Leo es parte de mi pasado, ahora Emilio es mi presente y quiero disfrutarlo.

- ¿Ya se lo has dicho a tu padre? - Joaquín no dijo nada, solo nego con la cabeza - Quisiera decirte que contaras con su apoyo, pero sabes que al igual que tú yo siempre he sido muy directo, después de como reaccionó al enterarse de Leo dudo mucho que esta vez lo tome de buena manera, o quizá no lo hara pronto. Pero no puedes simplemente ocultar a tu novio, llegara un momento en que se cansara de esto. 

- Creeme que estoy conciente de eso, Humberto aún amenaza con enviarme a un internado en Londres, en unos meses cumpliré la mayoría de edad y seré yo quien se lo diga, no podra mandarme a ningún lado.

- Aún falta bastante para eso ¿Realmente lo que sientes por él es tan fuerte para enfrentar a Humberto? Siempre fue un hombre muy duro.

- Esto que siento es real, nuevamente estoy amando a alguien, estoy dispuesto a enfrentarme a él si es necesario, no estoy dispuesto a permitir que me vuelvan a separar de mi felicidad - su voz era seria, su rostro parecía indescriptible para niko - Humberto siempre ha sido un maldito bastardo, pero yo también lo soy, quizá más, él me enseño a ser un hombre duro, es una de las pocas cosas que puedo agradecerle.

Joaquín tenía razón en sus palabras, años atrás después de haber roto cada vinculo que tenía con Emilio, este se la pasaba llorando, triste por toda la casa. Lo cual generaba desesperación en su padre, él no quería un hijo débil y Joaquín lo estaba siendo, era débil. Humberto se encargo de matar a aquel niño débil y frágil que yacía en su hijo, su niñez paso de ser una etapa inocente a ser un campo de guerra, debía aprender a ser fuerte, duro y recto. Su padre lo obligo a deshacerse de la inocencia que lo caracterizaba, para reemplazarla con una actitud más ruda e intimidante. Esto no fue fácil para él, fue una etapa difícil, aún más por que en el fondo Joaquín sabía que su padre tenía razón, él era un niño demasiado débil y sentimental, pero esto fue corregido por medio de violencia, tanto como verbal, mental y física. Elizabeth creía que era algo demasiado cavernícola tratar de corregir a su hijo de esa manera, a pesar de no estar de acuerdo jamás hizo nada para evitarlo, solo observaba como su hijo se convertía en un hombre. A pesar de lo duro que fue todo esto para Joaquín, funciono. Aquél niño débil había desaparecido, ahora se encontraba su nueva versión, una fuerte, a la que nadie volvería a lastimar. "Hago todo esto por que te amo, te estoy enseñando a se un hombre, te enseño a ser fuerte" era lo que escuchaba cada que su padre comenzaba a golpearlo en espera de que Joaquín se defendiera. Después de lo que pareció una eternidad, tenía razón, lo enseño a ser fuerte, era una de las pocas cosas que realmente le podría agradecer.

un brillo propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora