No voy a dejarte

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Después de que los papás de Joaquín se lo llevaran a recojer unos supuestos análisis me quede muy inquieto. Él no me mencionó nada de ningunos análisis, al contrario, me dijo que estaba mejor y no los necesitaba. Casi inmediatamente después de que se fue le mande varios mensajes preguntándole que pasaba, pero no me contestaba o me dejaba en visto. No me quedaba más que esperar, pase la tarde mirando por la ventana hasta que lo vi llegar con sus papás y hermana en el auto. Le envie un mensaje y su respuesta fue "Luego hablamos, quiero estar sólo" algo anda mal, no puedo dejarlo así. Sali lo más rápido que pude y toque su puerta, pero me abrió su papá.

- Buenas tardes don Humberto, disculpe que llegue así pero me quedé muy inquieto por que Joaquín no me dijo nada de sus análisis, ¿puedo verlo?

- Creo que le hará bien estar con su mejor amigo, pasa. - pude notar preocupación en su mirada.

- Que bueno que vienes Emilio - dijo su mamá - Joaquín necesita compañía pero es un necio, sube a verlo, esta en su habitación.

- Gracias, iré a verlo.

Subí las escaleras y antes de abrir la puerta pude escucharlo llorando, ¿Qué sucede? ¿Por que esta llorando mi solecito? Estaba por tocar la puerta pero Renata salió de su habitación.

- No toques, no va a abrirte, no le gusta que lo molesten - saco una llave y me la dio - solo entra, sé que le hará bien estar contigo, se perfectamente cuanto lo quieres.

Fue lo último que dijo antes de bajar con sus papás, por un momento creí que exageraba, así que toque la puerta al mismo tiempo que intentaba abrirla, en efecto esta estaba cerrada con seguro, lo único conseguí fue escuchar a Joaquín gritar "¡No me importa quién seas lárgate! ¡Déjenme en paz de una vez!"

No entiendo que esta sucediendo, decidí usar la llave que me dio Renata, entre y volví a cerrar la puerta con seguro. Las luces de su cuarto estaban apagadas, ahí estaba él, sentado recargado en su balcon, llorando, jamás lo había visto hacer eso.

- ¡Renata lárgate y deja aquí esa maldita llave! - su voz comenzaba a cortarse - ¡Les dije que quiero estar sólo!

Realmente me dolía verlo y escucharlo así, me acerque a él, me agache para poder abrazarlo por detrás.

- No soy Renata.

Joaquín se soltó de mi abrazo y se limpio las lágrimas.

- No quiero ser grosero, no contigo, por favor vete. - dijo mientras se levantaba, pero en ningún momento volteo a verme. - Emi vete.

- No, no me voy a ir, no pienso dejarte solo. - hice que me mirara.

- ¡Que te largues! - su voz volvía quebrarse mientras contenía las lágrimas - ¡Con un demonio déjenme solo! ¡Vete! ¡No quiero ver a nadie! 

No dije nada, solo lo abrace, al principio fue difícil, pues él ponía resistencia, al final termino abrazándome mientras se rompía en llanto, sin decir una sola palabra. Se encontraba muy mal, su respiración se sentía cada vez más pesada, recorde lo que ocurrió aquella noche así que trate de tranquilizarlo, tome una cobija de su cama y sin soltarlo de mi abrazo nos sentamos en la terraza del balcón, él tomo mi mano y la apretó, ahí fue donde supe que estaba peor de lo que creía.

un brillo propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora