Narrador:
Guzmán no parecía estar muy contento de que le dieran el alta tan rápido a Joaquín, creyendo que sería mejor que esperarán a que los resultados estuvieran listos, pero el castaño tenía prisa por salir de allí, aquel olor a medicamentos le causaba náuseas, tenía asuntos que atender.
Su madre parecía más tranquila después de verlo más tranquilo, se había asustado bastante, pero todos sabían que a quien había golpeado más fuerte, con mayor brusquedad, fue a Emilio. Aunque no quisiera hacerlo solo podía pensar en lo que había dicho el doctor, le aterraba el simple hecho de que existiera la posibilidad de que toda aquella situación con su salud empeorará y lo perdiera para siempre.
En el auto tomaba su mano, en silencio, nuevamente reteniendo todo lo que realmente estaba sintiendo, por qué no quería darle más preocupaciones, creyendo que era lo mejor para ambos cuando únicamente se estaba lastimando.
Todo estaba bien hasta que se dió cuenta de que Joaquín miraba paranoico todo a su alrededor, a los autos que iban detrás así como los que pasaban a sus lados, no sabía por qué lo hacía, pero no era nada bueno, de eso estaba seguro, el mayor pudo verlo desde el retrovisor, esa situación no le gustaba, terminaría con la poca cordura que le quedaba al menor.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Guzmán viéndolo desde el retrovisor.
— Nada.
Volvió a incorporarse tratando de evitar su evidente paranoia, Emilio lo observaba confundido.
El castaño pudo notarlo, se acercó a él susurrandole lo mucho que lo amaba, pequeños hilos de voz para que fuera el único que los escuchara, por qué esas palabras serían solo para él.Al llegar a casa ya todos parecían más tranquilos excepto Joaquín quien solicitó una junta con todos sus hombres de seguridad, tenía que hablar con Emilio, pero también necesitaba aquello. Se encontraba en la sala de juntas rodeado de aquellas personas, Guzmán comenzó a explicarles la situación, hablaba con tanta tranquilidad que comenzaba a desesperarse, su vista permanecía baja, sus codos estaban apoyados sobre la mesa mientras sus dedos se encontraban entre su cabello tirando de este, alguna miradas estaban sobre él mientras escuchaban lo que el mayor decía. Jamás habían visto a Joaquín de esa manera, estaba al borde de colapsarse de nuevo, la desesperación parecía correr por sus venas. Estaba harto de la calma con la que Guzmán estaba hablando, diciéndole que hacer con tanta serenidad como si no estuviera ocurriendo nada, golpeó la mesa con fuerza, no parecía feliz.
— Cierren la boca, quiero que todos aquí me escuchen con atención. — se puso de pie, sonaba furioso, estaba perdiendo la cordura, sostenía un vaso de cristal repleto de vodka, temblaba en su mano, su mirada parecía haberse oscurecido, lucia como un completo desquiciado. — Reyes está detrás de Emilio pero no vamos a permitir que llegue a él, los adoro chicos, saben que lo hago, somos un equipo. — intento tranquilizarse pero no lo consiguió, comenzó a caminar por la habitación, tomó el pica hielo que se encontraba en la barra de bebidas, jugaba con el entre sus manos, controlándolo con agilidad, en esos momentos parecía ser peligroso, todos allí sabían que de ser necesario no dudaría en clavarlo en el cuello de alguno de ellos, estaba enloqueciendo lentamente. — pero Emilio es mi vida entera. — rió amargamente siendo el único sonido en la habitación. — Lo sé, lo sé, muy cursi, ¿Cierto? — su actitud conseguía asustarlos, incluso a Guzmán, ya no parecía él. — ¿Saben lo que eso significa? Que si le pasa algo, terminaré de romperme, enloquecere por completo, estaré furioso y eso no es bueno, me dolera mucho aquí. — acercó el pica hielos a su pecho del lado izquierdo, justo sobre su corazón haciendo una pequeña presión, Guzmán intento acercarse para quitarselo antes de que se hiciera daño, pero Joaquín retrocedió volviendo a reír mientras los señalaba a todos con el objeto, sí, había enloquecido, dejo aquel vaso sobre la mesa. — diré esto de la manera más cordial que puedo, como el equipo que somos, quiero hacerles una advertencia. — su sonrisa desapareció, sus ojos miel eran completamente negros, la cordura y amabilidad ya no existían. — si le ocurre algo, la mínima cosa, haré de sus vidas un infierno, se arrepentirán de haber nacido, absolutamente todos en esta habitación saben que papel juegan en este equipo, si están aquí es por que saben lo que estan haciendo, no necesito decirles que hacer, si quieren conservar sus cabezas sabrán protegerlo, ¿Está claro? — asintieron en silencio logrando enfurecerlo más, el pica hielos fue a parar en la mesa, clavándose profundo en su cuidada madera. — ¡Les hice una pregunta! — gritó.
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un brillo propio
Random- ¿Sabes por que el sol y la luna son tan hermosos? - Por que tienen un brillo propio, el cual los hace únicos, como tú...... ¿Joaquín será capas de enfrentar a sus padres por amor? ¿El amor que sienten podrá soportarlo? ¿El sentimiento es real? Son...