Aléjate.

64 9 0
                                    

Parte 2/?

Narra Joaquín:

Salimos de la oficina sin decir una sola palabra de lo ocurrido, no necesitaba que lo supiera, no tenía que hacerlo.

Tome las llaves de la camioneta diciéndole a Raúl que podía tomarse el día libre, a lo que acepto contento para poder ir a visitar a su familia. Subimos al auto y lo encendí para salir de la casa, manejando sin rumbo alguno, realmente no sabía a donde ir, únicamente sabía que quería salir con él, pero en ningún momento me detuve a pensar en algún posible destino.
Pude sentir su mirada en mí mientras reía, se había dado cuenta de ello como si pudiera entrar en mi cabeza y escuchar  mis pensamientos.

— No sabes a dónde ir, ¿Cierto?

— ¿Qué? Claro que sí, pero te dejare escoger.  — detuve el auto para poder mirarlo, había una sonrisa burlona en su rostro. — ¿Por qué no buscas algo en internet? Quizá allá un sitio que e agrade para que pasemos a desayunar.

Asintió. Comenzó a buscar en su celular algunos sitios mientras yo hacía lo mismo para que tuviera más opciones de donde escoger. Estuvimos así unos minutos mientras yo lo miraba de reojo, no parecía muy convencido con lo que veía, hasta que después de un par de minutos lo vi detenerse en una opción mientras sonreía al hacerlo, leía la información del lugar con detenimiento, al mismo tiempo que veía fotos del lugar, parecía agradarle.

— ¿Qué ves? — pregunté curioso.

— Se llama gold restaurant. — dijo mostrándome la imagen, y sabía perfectamente que sitio era.

— Ese lugar es increíble, como no lo pensé, ¿Te gustaría ir allí?

— Aquí dice que las reservaciones se hacen con días de anticipación. — su mirada seguía en el aparato mientras seguía leyendo, parecía decepcionado y no lo permitiría. — quizá luego.

— De eso me encargo yo.

Me miró confundido pero no decía nada al respecto, cambie mi ruta hacia el restaurante que escogió, todo el camino el miraba los alrededores mientras yo le explicaba un poco de toda esta ciudad, de todo lo que veía. Esperando que algún día pudiera amarla tanto como yo lo hago.

Me escuchaba con atención mientras respondía sus preguntas al respecto, parecía contento de hacerlo y eso me hacía creer que lo haría, que podría amar esta ciudad tan importante para mí, o que quizá ya comenzaba a hacerlo.

Cuando por fin llegamos estacione el auto y al bajar estábamos frente a un enorme y precioso establecimiento, el interior era mucho mejor que lo que se veía desde afuera.

Cada centímetro del lugar estaba detalladamente definido a la perfección, haciéndolo uno de los mejores restaurantes de la ciudad, uno en el que yo no podía faltar.

En la recepción se encontraba el gerente recibiendo a las personas con una sonrisa, cuando llegamos hacia él parecía bastante sorprendido de verme aquí, cuando siempre venía alguno de mis hombres, y yo solo hacía acto de presencia cuando las cosas eran más serias, intentaba decir algo pero las palabras no le salían. Y al igual que la primera vez que regrese a la ciudad con Emilio, veía la escena completamente confundido.

— ¿Cómo estás, Mike? — dije sin quitarle la vista de encima, él me miraba intimidado sin saber que decir, sabía que no estaba bien, pero una parte de mí extrañaba esto. — Cuanto tiempo sin verte.

— Yo.. yo no esperaba verlo por aquí, señor Bondoni. — respondió nervioso. — s-sé que no retrasamos con el pago, p-pero solo necesito un poco más de tiempo.

un brillo propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora