Esa mañana al despertar Emilio sintió un vacío dentro de él como si algo le faltará, específicamente alguien, Joaquín, su Joaquín. No pudo evitar la acción de llevar sus dedos hacia sus labios, pues justamente antes de despertar en su sueño sus bocas acababan de tocarse después de tanto tiempo. Lo creyó tan real, lo sintió tan real que le dolió darse cuenta de que tan solo era un sueño, darse cuenta de que eso no estaba sucediendo, y de que tal vez no sucedería, o por lo menos no pronto.
Miro hacia la ventana, los rayos del Sol se hacían presentes iluminando la habitación, parecía ser un día hermoso, como esos que solía haber cada que tenía un momento nuevo con Joaquín. Ver ese cielo soleado y hermoso lo hizo extrañarlo aun más.
Bajo hasta el comedor tras escuchar como su madre lo llamaba, no parecía muy entusiasmado o del mejor humor, pues en realidad no lo estaba, sino todo lo contrario, ese sueño había sido un golpe duro para él, por que como lo dije, lo sintió tan real, por un momento creyó que lo tenía de nuevo entre sus brazos, que sus labios se habían vuelto a unir, que sus miradas habían vuelto a conectar, que sus palabras habían vuelto a meterse en su ser, que de nuevo lo había escuchado decir te amo.
— Buenos días — dijo sin ganas mientras se sentaba.
Esa actitud les parecía extraña a sus padres, pues usualmente él siempre era positivo, tratando de sacarle el mejor lado a las cosas, pero hoy parecía hacer todo lo contrario, y esto no pasó desapercibido ante ellos.
— ¿Ocurrió algo? — dijo Juan.
— Sí, bueno no, es que no lo sé, es tonto — dijo mirando su plato.
— Si es importante para ti no es tonto — dijo Liz — puedes contarnos.
Lo pensó un poco, siente que necesita hablar con alguien, y fuera de ellos no tiene con quien hacerlo, nadie a quien confiarle plenamente como a ellos, comenzó a contarles todo respecto a su sueño, tratando de recordar hasta el último detalle, mientras escuchaban con atención y analizaban cada una de sus palabras.
— ¿Y como te sientes? — dijo Liz.
— No lo sé, me duele que mi cabeza haya jugado de esa manera conmigo — dijo Emilio — en cierto punto estoy decepcionado, por que fue solo un sueño, uno hermoso, para después despertar en la realidad, una dolorosa.
— ¿Quien te dice cual es cual? — dijo Juan — los sueños pueden hacerse realidad, tal vez es una señal para que luches por el tuyo.
Esas palabras lo dejaron pensando un poco, estuvo en un sueño para volver a la realidad, pero tiene razón ¿Quien le asegura cual es cual? Después de un desayuno interminable totalmente en silencio, lleno de pensamientos intentando ordenarse, decidió salir a caminar un poco, tal vez a despejarse, podría hacerlo continuando con su investigación.
Tomó su laptop y salió de la casa directo a ese lugar que con el tiempo se ha vuelto tan mágico como doloroso para él, que sin embargo no cambiaría por nada. Después de unos minutos de caminar llegó a su destino, nuevamente estaba frente a esa entrada que lograba transportarlo a lo que el consideraba otro mundo.
Hace tiempo que no iba ahí, específicamente desde la última vez que hablaron Joaquín y él en ese lugar, todo parecía más hermoso de costumbre, el verano hacia efecto en el jardín, tal como en su sueño pudo notar que los girasoles estaban cada vez más grandes, cada vez más lindos, corto unos cuantos y los llevó consigo para sentarse debajo del árbol, su intención era continuar su investigación sobre Humberto, para después llevarle esos girasoles a Joaquín. La última vez que estuvo en la Oficina de aquel hombre logró dejar un pequeño micrófono, con la esperanza de poder escuchar algo. Puede que así sea.
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un brillo propio
Random- ¿Sabes por que el sol y la luna son tan hermosos? - Por que tienen un brillo propio, el cual los hace únicos, como tú...... ¿Joaquín será capas de enfrentar a sus padres por amor? ¿El amor que sienten podrá soportarlo? ¿El sentimiento es real? Son...