Narra Emilio.
Entonces.
Las aves creando hermosas melodías con su alegre canto, los brillantes rayos del sol atravesando las cortinas para reflejarse en el rostro de Joaquín interrumpiendo sus sueños, su nariz arrugandose por el desagrado de aquello, sus lindos ojos miel abriéndose para encontrarse con los míos, una pequeña sonrisa sobre sus labios rosados que hacían juego con sus mejillas, un "buenos días, mi amor" con la voz ronca y adormilada mientras sus párpados luchaban por no cerrarse de nuevo, un par de caricias en la mejilla, un beso torpe y tierno para iniciar el día.
La cocina inundada por el embriagante olor del café recién preparado, unos brazos rodeando mi cuerpo por detrás, dulces palabras siendo susurradas en mi oído, pequeños besos aterrizando en mi piel.
Tardes juntos, tomados de las manos, contando nuestro día, saliendo junto, sentados a fuera viendo el atardecer, abrazados, en silencio, simplemente disfrutamos de nuestra compañía.
Noches profundas, con una brillante luna dando una iluminación tenue al gran cielo, su sonrisa brillando más que las estrellas, las constelaciones reflejadas en su mirada, un «te amo» en un dulce susurró sobre mis labios, escuchando el día del otro, ambos entrando juntos a la cama, un par de pequeñas e inofensivas caricias, un lindo beso de buenas noches, las luces se apagan, los dos descansando entre los brazos del otro, compartiendo nuestro calor, durmiendo en su pecho, escuchando lo latidos de su corazón.
Sonrisas. Amor. Felicidad.
Por un instante creí que eso sería nuestra vida de casados. Ahora ya no estoy tan seguro, en ocasiones creo que es una visión demasiado alejada de la realidad, volviéndose únicamente un sueño ficticio.
Tres meses de matrimonio. Todo es tan diferente. En ocasiones extraño nuestra vida de novios, puedo asegurar que las cosas eran mejores, incluso en ese mundo de fantasía en el que nos había metido, todo era completamente distinto, falso o no, al menos en esa realidad parecía importarle.
Recuerdo perfectamente nuestra relación como simples novios, sin un compromiso tan serio como el que nos une ahora.
Siempre fuimos muy distintos. Si yo caminaba, él corría. Si yo me quedaba quieto, él se movía. Si yo callaba, él hablaba. Si yo decía sí, él decía no. Si yo decía blanco, él decía negro.
En ocasiones nuestras diferencias chocaban entre sí, discutíamos por pequeñeces, la mayor parte del tiempo eran cosas sin sentido que podían arreglarse fácilmente, al final del día parecía que nada había ocurrido, ambos liberados de ese arranque de enojo.
Las cosas cambiaron. Nuestras discusiones son cada vez más frecuentes. Siempre creí que nuestras diferencias se unían entre sí, tomándose de la mano para complementar al otro, mostrándole la vida desde su propia perspectiva. Esos mundos distintos han comenzado a chocar, el impacto es cada vez más fuerte, en verdad me causa terror que uno de ellos pueda destruir al otro, pero me causa aún más pánico que se destruyan juntos, tan rotos que no podrían repararse tomando la mano del otro, sino que la única solución sería que lo hicieran por su cuenta.
Temo profundamente que ese miedo que me ataca constantemente se vuelva realidad, pero temo aun más el saber que ya está ocurriendo y me niego a aceptarlo.
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un brillo propio
Random- ¿Sabes por que el sol y la luna son tan hermosos? - Por que tienen un brillo propio, el cual los hace únicos, como tú...... ¿Joaquín será capas de enfrentar a sus padres por amor? ¿El amor que sienten podrá soportarlo? ¿El sentimiento es real? Son...