un brillo propio

Sueños

𝓙𝓸𝓪𝓺𝓾𝓲𝓷

No recuerdo nada, ni siquiera como es que llegue aquí, por alguna razón me encuentro en el jardín, es de noche aún, el cielo tiene una oscuridad profunda en donde solo tiene la compañía de una brillante y enorme Luna, junto a pequeñas estrellas adornando un poco más la oscuridad haciéndole parecer menos tenebroso.

Había silencio, uno un tanto tranquilizador, parecía encontrarme solo, comencé a caminar sin alejarme demasiado, hay tantos recuerdos aquí, decidí sentarme bajo aquel árbol que ha sido testigo de tantas y distintas muestras de amor. Tantas cosas vinieron a mi cabeza, tantos recuerdos a los que realmente quisiera regresar, de los que no cambiaría nada pues han sido simplemente perfectos.

Era como si una película se comenzara a reproducir frente a mis ojos, en donde había dos protagonistas, y nos contaban su historia de amor, éramos Emilio y yo.

Una lágrima bajo por mi mejilla mientras una sonrisa boba se dibujaba en mi rostro, tantas cosas en que pensar, tantas que quisiera volver a sentir.

Crei que estaba solo en aquel lugar, hasta que escuche como cortaban unas flores, me puse de pie para acercarme a la fuente del sonido, pude notar que provenía del pequeño jardín de girasoles, había un muchacho cortando unas cuantas, crei reconocerlo pero no estaba seguro, me acerque lentamente a él para estar a una distancia razonable.

— ¿Emilio? — fue lo único que pude decir, considerando que es el único que sabe de este lugar — ¿Qué haces aquí?

Al escuchar mi voz giro casi de inmediato, parecía analizar mi rostro con la mirada, no pude descifrar muy bien la expresión de su rostro, parecía ser sorpresa.

— Joaco.... No lo sé..... — dijo entre pausas en sus palabras — Quería regalarte girasoles, se que te encantan.

Se acercó un poco a mí y me entregó un pequeño ramo de girasoles recién cortados, no sé que sucede pero realmente me agrada, no pude evitar sonreír ante tal gesto de atención, al oler el aroma de los girasoles más recuerdos vinieron a mi mente, como cuando ambos decidimos confesar lo que sentíamos, cuando me pidió ser su novio, cuando nos dimos nuestro primer beso, eran tiempos increíbles, y no puedo negar el extrañar todo eso, el extrañarlo a él.

— Son realmente nostálgicos — dije riendo levemente — Los extrañaba tanto.

— Yo te extraño a ti — tomó mis manos — te amo tanto.

Sentí como esas palabras se apoderan de mí, por que realmente me siento de la misma manera.

— Yo también te amo.....

— Crei que me habías olvidado, que el sol y la luna se habían separado.

— Solo la luna sabe cuántas veces mire el cielo pensado en ti.

Solo ella había sido mi gran confidente en esta lucha contra mi corazón, contra lo que siento, tratando de matar el amor que siento por Emilio e intentar amar a Andrés, sin embargo no lo he logrado, lo quiero demasiado, lo quiero como a nadie, pero no lo amo, no he podido olvidar lo que realmente siento.

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𝓐𝓷𝓭𝓻𝓮𝓼