Narra Joaquín:
Cuando íbamos de regreso a casa eran casi las cinco de la tarde, ya me sentía un poco mejor, bastante a diferencia de esta mañana. El camino iba en silencio a excepción de la música proveniente del estéreo del auto. Pensaba en lo que me dijo Guzmán, no podía dejar que Emilio se enterará de todo por alguien más y no por mí, pero no sabía cómo decirle que he estado mintiendo, apresar de decirle que ya no lo hacía.
Cuando menos me di cuenta ya habíamos llegado, ya me podía sostener de pie por mi mismo, o en su mayoría. Bajé del auto con una enorme carpeta en mis manos, me adentre en la casa y fui directo a la cocina, allí estaba Renata, comencé a preparar un café sin prestarle atención.
— ¿Donde estuviste? No dijiste nada, Emilio te estuvo buscando.
— ¿Donde esta? — dije ignorando su pregunta.
— No lo sé, salió temprano, no me cambies el tema Joaquín, estaba preocupada por ti — apartó la taza de mí y me miró — ni siquiera deberías tomar eso.
— Ya estoy aquí, ¿sí?
— ¿No lo entiendes? No estás bien Joaquín y quiero ayudarte.
— ¡Estoy perfectamente bien!
¿Es que acaso no lo ven? Estoy de maravilla. Tome de nuevo la taza dispuesto a salir.
— ¿A donde vas? Tenemos que hablar.
— Quiero estar solo Renata, mañana hablamos.
Salí de ahí sin decir nada más. El patio trasero seguía igual de lindo que como lo recordaba, al menos había algo en esta casa que me agradaba, me senté bajo aquel gran árbol y comencé a examinar los estados de cuenta, poco después llegó Emilio. Estaba molesto y no quería desahogar mi molestia en él, me limité a pequeñas respuestas. Después de hablar un poco lo lleve a mi pequeño secreto.
Una pequeña casa que Guzmán construyó para mí aislada de la principal, de la que sólo nosotros conocíamos su existencia.
Y ahí estábamos ahora, sentados sobre ese césped verde, cubiertos con una manta, observando al sol dar sus últimos rayos de luz, mientas daba paso a la llegada de la luna y las estrellas.
Mantenía mi vista al frente sin decir nada, pude notar como de vez en cuando Emilio me miraba decidiendo en su interior si decir algo o no.
— Estoy preocupado por ti. — lo miré casi al instante — y no quieres decirme que pasa contigo, ¿No confías en mí?
— Confío en ti — lo hago, en verdad lo hago, pero hay cosas que prefiero no contar.
— Entonces dime qué te pasa, quiero saber cómo te sientes, por qué te fuiste sin decir nada.
Me quedé callado un momento mientras él aún me miraba en espera de una respuesta. Ya no quiero mentirte y ya no lo haré, pero no me pidas que te diga todo de golpe. Por qué no puedo hacerlo, por qué no voy a hacerlo.
Tome su mano mientras jugaba con ella, aún permanecía en silencio, escuché como decía mi nombre llamando mi atención.
— No me siento bien, al despertar sentía que todo me daba vueltas, Guzmán me acompaño a que me hicieran una revisión, no quería despertarte, no después de lo de ayer — rei sin gracia — cuando terminamos le pedí que me llevará al hotel, estaba dispuesto a trabajar pero me quedé dormido, estaba demasiado cansado por alguna razón.
— ¿Cómo te sientes ahora?
— Un poco mejor. — dije con media sonrisa.
Y por primera vez en mucho tiempo era vez no te había mentido, está vez te dije la verdad, la primera de muchas.
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un brillo propio
Random- ¿Sabes por que el sol y la luna son tan hermosos? - Por que tienen un brillo propio, el cual los hace únicos, como tú...... ¿Joaquín será capas de enfrentar a sus padres por amor? ¿El amor que sienten podrá soportarlo? ¿El sentimiento es real? Son...