No me agradas

80 14 0
                                    

Humberto le había prestado el coche a los chicos para que éstos salieran, y poder pensar un poco, no sin antes hacerle una advertencia al novio de su hijo, algo que jamás se molesto en ocultar era su indiferencia hacia Emilio, ahora que estaba recuperando el amor de su hijo no se arriesgaría a perderlo de nuevo, después de una batalla mental consigo mismo decidió apoyarlo aún así tuviera que tragarse su orgullo, sin embargo eso no cambiaba su postura, aunque al tratarse de su hijo haría cualquier cosa, es increíble lo que sería capas de hacer un hombre por su familia, al punto de cometer cosas inimaginables, y él no sería la excepción. Después de un momento de haber meditado a solas, decidió hablar con Elizabeth, no habría mucho problema en eso, ellos siempre habían sido un equipo y sabía que apoyaría cualquier cosa decidiera su esposo. Ella también haría cualquier cosa por sus hijos, parece ser una mujer dulce, muy dulce, y claro que lo es, pero las apariencias engañan, ninguno de ellos dos se tocaron el corazón antes con alguien que quisiera dañarlos, no lo harían ahora, así que todo dependería de como marcharan las cosas, pero, nada de esto será necesario, ¿cierto? Fue a la cocina y ahí encontró a Elizabeth y Renata preparando la cena, comenzó a contarles lo ocurrido.

- Debemos a apoyar su decisión - dijo Renata - yo entiendo que debíamos guardar la compostura, pero ya no estamos en California, creo que merecemos ser libres.

- Hay una línea entre la libertad y el libertinaje - dijo Elizabeth - Humberto, sabes que yo apoyaré la decisión que hayas tomado al respecto, pero, Emilio no ha sido exactamente tu persona favorita.

- Lo sé, no pienso mentirte, esto no me agrada en lo absoluto y Renata tiene razón, los traje aquí para tener un poco más de libertad.

- Papá, debemos apoyarlo, es su hijo, es mi hermano, ser bisexual no tiene nada de malo, lo importante es que él sea feliz.

- No estoy de acuerdo, pero le dije que lo apoyaría, comienzo a recuperar el amor de mi hijo, no pienso dejar que se aleje de nuevo - sonrió mientras hablaba - me llamo papá, después de tantos años, me dijo: papá te amo. Quiero que sean felices, son mi familia, pero no permitiré que nada los dañe.

Después de esa plática se acerco a abrazar a las únicas mujeres de su vida, solo faltaba Joaquín, quien se encontraba feliz con Emilio, el sol comenzaba a ocultarse, decidieron ir a cenar, después se detuvieron en un mirador, bajaron del auto y comenzaron a contemplar las estrellas y las luces de la ciudad, todo se veía tan hermoso. Ambos sentían un poco más de libertad, como si les hubieran quitado un gran peso de encima, ahora no habria razones para esconder lo que sienten.

- No creí que lo fuera tomar así, en verdad no lo esperaba, sé perfectamente su forma de pensar, pero esto me sorprendió bastante - miro a Emilio - te prometí que dejaríamos de escondernos, y hoy lo hicimos realidad.

- Estaba listo para tomar tus maletas y escaparme contigo - dijo riendo - es bueno que te haya aceptado, ¿sabes? Me dijo que eres su orgullo, la luz de sus ojos y lo único que quiere es que seas feliz, aunque creo que no le agrado.

- Tenía planeado lo mismo, es bueno saberlo - dijo con una sonrisa - no digas tonterías claro que le agradas, mañana ve a casa, quisiera presentarte oficialmente como mi pareja.

- Me encantaría, tú y yo estaremos juntos por siempre por que te amo.

Sellaron ese bello momento con un beso, para después regresar a la privada, antes de que se hiciera tarde, no querían tener razones para que Humberto cambiara de opinión, la cual por cierto tomo por sorpresa a ambos chicos, pues ellos estaban preparados para ser brutalmente rechazados por él, pero no fue así. Al final de cuentas lo importante era lo que sentía su hijo. Están en ciudad de México para poder ser libres, sin los medios detrás de ellos, pues no tienen idea de que los Bondoni se encuentran ahí, aunque eso puede cambiar en cualquier momento.

El día siguiente Joaquín la paso preparando todo para hacer una comida con su familia y la de Emilio, para así presentarse oficialmente una pareja, aunque los padres de Emilio ya lo sabían, quería que estuvieran presentes en un momento tan importante, pues ya los consideraba su familia también. Antes de que llegaran Joaquín fue a vestirse, pues quería estar presentable, minutos después tocaron la puerta ya todos estaban listos.

Todo transcurría bien, entre platicas y risas, aunque de vez en cuando Emilio podía sentir la pesada mirada de su suegro, después de un rato llego el momento.

- Ahora que sé que tengo su apoyo, quiero presentarles oficialmente a mi novio.

Todos comenzaron a darles sus felicitaciones, y a desearles lo mejor, ambos se encontraban felices por ello, era lo que más querían, ser libres.

- En serio se los agradezco, se que no es fácil. En verdad deseo que volvamos a ser una familia.

- Por supuesto que somos una familia - dijo Humberto. - Respetaré tu felicidad, te amo.

Todos se unieron un cálido abrazo, una lágrima corrió por las mejillas de Joaquín, pero esta vez eran de felicidad, su deseo por fin se estaba volviendo realidad, estaban volviendo a ser una familia, la familia que creyó destruida hace años, y ahora de la mano del causante de su felicidad, todo era perfecto. Hubo un momento en el que Joaquín fue al baño, y Humberto miro serio a Emilio.

- No voy a mentirte, no me agradas para nada - Emilio sintió una presión en su pecho, no sabía precisamente que era lo que trataba de decir con eso - Pero mientras hagas feliz a mi hijo bastara para soportarte un poco.

- Amo a Joaquín, y me encargaré de que sea feliz, conmigo.

- Humberto, ya habíamos hablado, no espantes a mi hijo ¿quieres? - dijo Juan riendo. - quisiera decir eso de tu hijo y asustarlo un poco, pero es un chico genial.

Eso hizo que Emilio quedara un poco desconcertado, Juan y Humberto siempre fueron muy buenos amigos, jamás imaginó que su padre supiera que a él no le agrada en lo más mínimo, ni siquiera por hecho de ser hijo de su gran amigo, eso lo tomo por sorpresa, no tenía idea de por que no se lo había dicho antes.

Después de que por fin hicieran oficial su relación pudieron comenzar a amarse libremente, ha pasado un tiempo desde que pasara esto. En la preparatoria ya todos saben de su relación debido a la popularidad de ambos, no solo disfrutaban su amor, sino su vida social, después de tanto tiempo podían ser chicos normales. Sin embargo, eso podría cambiar en cualquier momento y aquí es donde entra la pregunta que desde el inicio de esta historia ha invadido la mente de ambos chicos ¿El amor será suficiente? No lo saben, pero deberían disfrutar el momento juntos, pues como lo he dicho antes, esto puede cambiar en cualquier momento, como dijo una persona muy sabia, a veces para siempre es solo un segundo. Esperemos que no sea tarde cuando se den cuenta de esto. El amor joven puede ser bastante ingenuo.


-----------

Es algo corto por que tenía un rumbo fijo para la historia, pero no se si meterla por otro camino. No vendrían mal ideas.

un brillo propioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora