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Mark tomó una respiración profunda, aún debatiéndose en si debía tocar la puerta o ir de vuelta a su cálido hogar junto a su minino.

Ese día no tenían clases y el clima estaba terriblemente frío; un día perfecto para quedarse en casa bajo las sábanas. Pero había decidido hablar con el tal Chani para ver si quería cuidar a su gatito, y pensó en aprovechar ese mismo día para hacerlo. Baekhyun le había dicho el día anterior que su dueño estaría todo el día en casa, y que no habría problema en recibirlo si decidía ir.

Y ese era su plan. Aunque llevaba unos veinte minutos muriendo de frío frente a la puerta tomando una decisión.

Luego de pensarlo un rato, dió tres toques suaves a la puerta, alejándose un poco después. Escuchó un "¡ya voy!" que venía del interior y se dedicó a esperar, frotando sus manos entre sí para mitigar aunque sea un poco el frío.

La puerta se abrió unos momentos después, encontrándose con un chico que era como kilómetros más alto que él, muy sonriente. Lo primero que Mark pensó al verlo fue que sus orejas eran un poco raras.

Pero bueno, no podía juzgarlo. Lo primero que Jaemin le había dicho cuando se conocieron fue que tenía cejas de gaviota.

—¿Se encuentra Park Chanel? — preguntó. El gigante lo observó como si le hubiera salido una cabeza adicional. —El dueño de un minino llamado Baekhyun. — aclaró al no obtener respuesta.

Ambos chicos escucharon una carcajada venir del interior, siendo Baekhyun riéndose del error del canadiense. Repitiendo una y otra vez "Park Chanel" en voz alta.

El más alto cerró los ojos, negando con una sonrisa. —Pasa. — habló dirigiéndose al pelinegro, haciéndose a un lado para que el mismo pudiera pasar. —Y mi nombre es Chanyeol. Un gusto.

Mark soltó una risita incómoda, avergonzado por lo que había dicho. En parte era su culpa por no prestarle atención a Baekhyun cuando había dicho el nombre de su dueño.

—Tú debes ser Mark, ¿cierto? — volvió a hablar el pelirrojo. —Baekhyun me habló de ti el otro día.

—Espero que fueran cosas buenas. — masculló, viendo al felino con una mirada de advertencia.

Después de que lo había encontrado, a Baekhyun parecía importarle bastante poco si le molestaba que estuviera en su casa sin su permiso y seguía visitándolo. Durante todo ese tiempo aprendió lo malévolo que puede ser un animal inofensivo.

—Claro. — rió Chanyeol, pensando exactamente lo mismo que el canadiense. —Estaba a punto de ir a tu lugar. — comentó, mirando al menor e indicándole con una seña que se sentara, cosa que Mark hizo. —Quería disculparme por dejar que Baekhyun entrara sin autorización.

—No te preocupes. — tranquilizó Mark con voz calmada, Chanyeol sonrió agradecido. —De hecho, venía a pedirte algo también.

—Soy todo oídos.

Literalmente, pensó. Aunque eso no era algo que pueda decir en voz alta. No era correcto.

El pelinegro le explicó la situación, incluyendo sus pensamientos, y el temor que las palabras de Jeno habían implantado en él.

El pelirrojo asintió. —Comprendo. ¿Si acepto tu petición estarás más tranquilo?

—¿Y es que todavía lo estás pensando? — reclamó el híbrido, cruzándose de brazos y haciendo un puchero. —Acepta, Channie. — pidió, batiendo sus pestañas hacia su dueño.

Chanyeol mordió su labio inferior. —No sé si deba... ¿Y si hacen un desastre?

Baek abrió su boca, ofendido. —¡No lo haremos! — chilló, haciéndole ojitos de cachorro (lo que era irónico porque, bueno, es un gato). —Lo prometo. Acepta, porfis, porfis, porfissssss. — rogó, sus orejitas haciéndose hacia atrás.

A Mark le recordó mucho al gato de Shrek. Versión negra, pero era igualito.

Chanyeol sonrió enternecido. —Está bien, confiaré en ti, gatito.

Baekhyun gritó un "¡sí!", aplaudiendo, dando pequeños saltitos de la emoción.

¡Tendría a su bebé en casa! ¡Y sin tener que ocultarse!

Mark se fue, satisfecho y aliviado de que el gigante aceptara.

Lo que ninguno de los dos sabía, era que Baekhyun todavía es muy malo cumpliendo promesas.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora