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Esperaron en silencio a que el del lunar hablara. Tenían curiosidad sobre lo que pudo alterarle en ese momento. Después de todo, es verdad que a veces solía ser un dramático de primera, pero no en ocasiones serias como lo sería esta.

Jeongin comprendió enseguida lo que su dueño había querido transmitirle con esa mirada, por lo que se acercó al mismo, dispuesto a sentarse a su lado, siéndole impedido por el alto al tomarle con cuidado para que lo hiciera sobre su regazo, acercándolo a él y acariciando el cuello del cánido con la nariz, inhalando su aroma, el mismo logrando tranquilizarle.

Ignorando las miradas interrogantes de los demás chicos, se dirigió únicamente a Yukhei. —¿Acaso dijiste Park?

Yukhei asintió, extrañado. —¿Por qué preguntas?

Hyunjin ignoró su pregunta, inclinando su cabeza hacia el tacto de las caricias que su híbrido dejaba en su cabello. —¿El símbolo era un triángulo con rosas dentro?

El chino ladeó la cabeza, pensando.

—¿Tú sabes lo que ocurre?— se escuchó el susurro de Felix hacia Changbin. Ciertamente, le había causado curiosidad la seguridad con la que el castaño había dicho tal cosa. Pero, como todos, prefirió quedarse callado.

Seo negó. —Ni puta idea— susurró de vuelta, encogiéndose de hombros—. Pero si escuchamos quizá podamos comprender.

Luego de unos segundos de silencio, Yukhei volvió a hablar. —Eh... Algo así— soltó, dudoso—. Aunque más que un triángulo, era parecido a una brújula. No sé. Tengo mala memoria— sonrió apenado, saliendo de su escondite.

Hyunjin suspiró. —Ah, qué alivio— murmuró, levantándose y tomando la mano de Jeongin—. Tengo que irme— avisó, dando una sonrisa en respuesta a todas las miradas confundidas sobre él. Jeongin sonrió, despidiéndose de los demás híbridos articulando un "nos vemos luego" con los labios y agitando sus manitos—. Quiero averiguar un par de cosas. Nos vemos, chicos.

Y, antes de que nadie pudiese decir nada, el alto ya había salido por la puerta, dejándolos aún más confundidos que antes.

—¿Ustedes saben lo que acaba de pasar?— se escuchó la voz de Felix luego de unos minutos. Los demás negaron, incluidos Jungwoo y Yukhei—. ¿Deberíamos preguntar?

—Creo que lo mejor es darle su espacio— una voz dijo. Todos se giraron hacia el lugar del que provenía, encontrándose con Woojin, seguido de Chan, llevándose un par de galletas a la boca. Minho asintió, de acuerdo con lo que el pelinegro había dicho, sintiéndose un poco mal por dejar a los demás con la incertidumbre. No era algo de lo que ellos tuviesen el derecho de contar.

—Sí— acotó el australiano mayor, siguiendo a su novio de cerca y robándole una de las galletitas—. Sólo es cuestión de esperar. Eventualmente, Hyunjin les contará todo.

Eso no les había quitado la curiosidad, pero asintieron, decidiendo hacer caso a las palabras de los dos mayores. Nada se podía hacer.

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Por su lado, Jeongin le dedicó una mirada preocupada a su dueño. —¿En verdad crees que...?

—Estaba seguro— lo cortó, haciendo una mueca—. Pero ahora tengo mis dudas. Por lo que me han dicho, él sigue siendo custodiado con sumo cuidado. Aunque todo es posible. Por eso mismo quiero investigar.

Jeongin apresó su labio inferior entre sus dientes, acurrucándose contra el cuerpo de su dueño, sintiendo el pequeño temor asentarse en su pecho. —No quiero que eso vuelva a pasar, mucho menos a Sunnie— se lamentó, cerrando los ojos.

Hyunjin lo miró, antes de dejar un beso en los oscuros cabellos. —No lo permitiré, ya te lo dije— tranquilizó, un brillo distintivo podía apreciarse en su mirada—. Si pude hacerlo una vez, podré hacerlo otra.

Ante las palabras de su dueño, el cánido alzó su vista alarmado. —Tampoco quiero que te arriesgues, Jinnie. Nadie asegura que no pueda pasarte nada. No quiero perderte...

Hyunjin sonrió, una sonrisa que disipó toda inseguridad y temor en el sistema del más pequeño. —No pasará, Innie. Sabes que no estaré solo, y no por nada llevo tanto tiempo en esto— bromeó, dejando otro besito en su frente—. Si vuelve a suceder, volveré a tu lado, tenlo por seguro. Es una promesa.

Jeongin dudó, mas todo sentimiento negativo fue abolido por la brillante sonrisa que le dedicaba el mayor. Esa sonrisa que podría tranquilizarle en los peores momentos, esa que le aseguraba que todo estaría bien; siendo acompañada por un tierno beso depositado en sus labios.

—Sólo no te arriesgues mucho, ¿sí?— pidió como último recurso, dándole una mirada suplicante.

Hyunjin asintió, volviendo a unir sus labios, asegurando su promesa. Una promesa que, costase lo que costase, cumpliría.

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¿te0ríAs?

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora