🍉; O33.

850 126 16
                                    

Al final, Jeongin resultó ser demasiado bueno como para salir del apartamento sin avisarle a su dueño. No podían culparlo. No quería que se preocupara de más siendo que Hyunjin era demasiado bueno con él. Se sentiría mal si lo hacía.

Así que acabaron pidiendo permiso a sus respectivos dueños con todo el temor del mundo. Grande fue su sorpresa cuando ambos aceptaron, solamente pidiendo que no salieran del edificio y que regresaran no muy tarde. Agradecieron, despidiéndose de ellos con un besito en la mejilla y dejándoles conversar a gusto.

Donghyuck miró hacia ambos lados, revisando que no hubiera nadie antes de caminar un par de puertas después de la del departamento. Sonrió cuando encontró la indicada, tocando un par de veces antes de alejarse. Jeongin se escondía tras su espalda, temeroso y algo curioso de lo que harían ahí.

Grande fue su sorpresa al ver a Minho, otro de los que también iban al club de baile con su Hyunjinnie.

—¿Hyung?— susurró el cánido, viendo la expresión adormilada/molesta del humano.

—¿Haechan?— musitó con los ojos entrecerrados—. ¿Qué haces aquí?

—¿Puedo ver a Sung? Es importante— pidió.

Minho asintió, ahora echando un vistazo atrás de él. —¿Jeongin? ¿Qué haces acá?— preguntó, suspirando antes de que el híbrido de zorro pudiese responder—. Da igual, Jisung estará encantado de ver a ambos. Pasen— se hizo a un lado, tallando uno de sus ojos para quitar el sueño. Y podré dormir más. Una sonrisa surcó sus labios ante el pensamiento.

El peliazul los dejó a solas en la sala. Jisung apareció por el pasillo, sonriente, sin rastro de Minho por el lugar.

—¡Hyuckie! ¡Innie!— exclamó, acercándose para abrazar a los otros dos—. Hace mucho que no los veía, me sentía solito— hizo un puchero.

—Nos vimos hace dos días, Sung— recordó Donghyuck con una ceja alzada.

—Mucho tiempo— asintió, solemne.

Los híbridos se sentaron sobre la alfombra (¿será una costumbre el sentarse en el suelo?), y entonces Donghyuck y Jeongin procedieron a contarle su "problema" a Jisung.

El rubio chasqueó la lengua, asintiendo. —Sé lo que les pasa. Y no, no están enfermos— se apresuró a decir, al ver que Jeongin hizo el amago de decir algo.

—¿Entonces?

Jisung inhaló hondo. —No es algo que pueda explicar, pero sí sé quién podría hacerlo— habló, levantándose y sacudiendo el poco polvo en sus pantalones—. Podemos ir, si quieren— sonrió cuando vio a los otros dos asentir efusivamente—. Sólo debo avisarle a Minnie, ¿está bien?

Dicho esto, Jisung se dirigió a la habitación, donde sabía perfectamente que su dueño estaría durmiendo. Comprendía sus razones, sumándole el hecho de que el peliazul disfrutaba de la suavidad de la cama cuando se le presentara la oportunidad. Atrás, los dos híbridos iban siguiéndole en silencio.

Cuando entró al dormitorio, se encontró con todo a oscuras, sin embargo pudiendo vislumbrar el cuerpo de su dueño desparramado en la cama. Por el movimiento de su pecho, y los suaves suspiros que escuchaba, supo que estaba profundamente dormido. Hizo una mueca. No quería despertarlo, pero tampoco podía salir del departamento sin avisar.

Dejó la puerta abierta, y se acercó a la cama lo más silenciosamente que pudo. Una vez estuvo cerca, una sonrisa adornó su rostro mientras se subía a horcajadas al cuerpo del mayor. El mismo, que aparentemente dormía, sonrió al sentir el peso de su pequeño sobre él. Sus manos estrecharon la pequeña cintura, asustando a Jisung, al tiempo que sus ojos se abrían.

—¡Tonto! Me asustaste— chilló el otro, dándole un pequeño manotazo y mirándolo de mala manera.

Minho rió. —¿Necesitabas algo? No sueles irrumpir cuando estoy durmiendo— preguntó en voz baja, sus cejas moviéndose en un gesto sugestivo—. ¿Quieres-?

—¡No!— chilló, apoyando sus manos en el pecho de el peliazul—. No lo digas, ellos están fuera— masculló entre dientes, bajo, para que solo Minho escuchara—. Quería decir que iba a lo de Baekhyun. ¿Puedo?

—Está bien, bebé— aceptó, sin poder resistirse a la mirada del rubio. Todo él era su debilidad, pero, ¿acaso podían juzgarlo?—. Eso sí, vuelve pronto.

Jisung asintió, feliz, yendo a dejar un beso que se suponía era corto en los labios de Minho, mas se alargó más de lo que planeaba por la mano del peliazul atrayéndolo hacia él. Luego de un rato, Minho finalmente le dejó ir, acomodándose para seguir durmiendo.

—¿Qué?— preguntó Jisung cuando cerró la puerta, siendo que se encontró con la mirada estupefacta de los otros dos híbridos.

—T-Tú...— balbuceó Jeongin. Inhaló hondo—. ¿Besaste a hyung?

—¿Sí?— respondió, siendo más una pregunta que una afirmación, sin comprender a qué venía la sorpresa—. ¿Ustedes no lo hacen?

Jeongin negó con ganas. —Sólo aquí— señaló su mejilla—. Jinnie me dijo que esos son besos de grandes. ¿Por qué lo haces?

Jisung rodó los ojos. —Porque lo quiero. Eso hacen dos personas que se quieren mucho— respondió. Jeongin soltó un quedito "oh", comprendiendo—. ¿Y tú, Hyuck?

Donghyuck carraspeó, alzando un dedo. —Una vez— Jisung iba a aplaudir, cuando el moreno le interrumpió—. Estaba dormido, así que no cuenta.

Y sí, era más que verdad. Fue en una de esas noches en las que no podía dormir con tanta facilidad, así que se quedaba despierto mirando al techo, entre los cálidos brazos de su dueño, hasta que el sueño decidiera apoderarse de él. Esa noche en particular, sus labios hormigueaban por probar los de su dueño. Había visto esa acción cientos de veces cuando iba a ver dramas con Baekhyun, le fue inevitable sentir curiosidad.

Entonces se acercó, primero siendo un roce apenas perceptible para luego convertirse en una suave presión que ejercía sobre los belfos contrarios. Se sintió bien, extraño, pero bien. Y a pesar de que se encontró queriendo más, la vergüenza inundó su sistema. Sospechaba que debido a ese acontecimiento empezó a sentirse extraño cuando de Mark se trataba.

Afortunadamente, Mark tenía el sueño pesado.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora