si hay algo diferente en el título, significa que es un recuerdo, o algo parecido.
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El centro de adopción era aburrido.
No es que él fuese un gato antisocial, o arisco, o algo por el estilo, pero simplemente no le encontraba nada interesante al lugar. Ni siquiera porque ha estado ahí durante un largo tiempo.
Había llegado con su hermano. Pasaba pegado al mayor todo el día. Hacían todo juntos. Se cuidaban y protegían, como debería ser. Al menos hasta ese día.
Pero esa era historia aparte.
Por supuesto, él tenía muchos amigos. Uno de ellos era Taehyun, un lindo híbrido de roedor (una ardilla, según le habían dicho) un par de años menor que él. La forma en la que se hicieron amigos era un tanto curiosa, siendo que antes de siquiera cruzar palabra él había intentado cazarlo. Sin embargo, como bien había dicho el castaño, lo que en el pasado está, en el pasado se queda.
También estaban Minhee y Dongpyo, un conejo y un hámster, respectivamente. Desde su llegada pasaron mucho tiempo juntos, pero ya habían sido adoptados hacía un tiempo.
Por otro lado, también estuvo Jeongin. Un híbrido de zorro que había llegado sin que nadie supiera, escondiéndose por todo el albergue. Donghyuck lo había encontrado, y aunque el más pequeño le pidió que no le dijera a nadie, lo hizo. Mas fue bien recibido por todos.
Jeongin fue adoptado por un lindo chico hace unos pocos días. Se le notaba emocionado, y Donghyuck creía que era un suertudo. El chico se veía amable, y lo había tratado con cariño desde que le había visto, alegando que fue "amor a primera vista".
Ahora era el turno de Taehyun.
—¿Estarás bien? — preguntó por milésima vez, mirando al moreno con ojos de cachorro.
Donghyuck no sabía cómo sentirse. Por un lado, estaba feliz, su mejor amigo finalmente saldría de ese lugar, que, aunque no era malo, tampoco era como estar bajo el cuidado de una familia. Habían demasiados de ellos como para recibir la atención necesaria por parte de los cuidadores, aunque ellos hacían lo que podían, y era valorado.
Por otro lado, una pequeña, pequeñísima parte de él sentía unas terribles ganas de llorar. Iba a quedarse solo, otra vez. Estaba acostumbrado, y llevaba una buena relación con todos ahí. Pero no sería lo mismo. No quería admitirlo, su orgullo no se lo permitía. Iba a extrañar a Taehyun, pero eso no es algo que diría en voz alta.
No iba a ser egoísta. Sabía muy bien que el menor se quedaría si así se lo pidiera. Pero no podía, no debía. Lo había visto lo más feliz y radiante el día anterior hablando de que alguien quería adoptarlo. No iba a quitarle esa felicidad.
—Lo estaré, ¿sí? No te preocupes. — tranquilizó, esbozando una sonrisa lo mejor que pudo. Esperaba que no se viera tan forzado.
Pero por la expresión del castaño, pudo ver que así era. —Hyuck...
—Vamos, ya dije que voy a estar bien. — interrumpió, tragando con la mínima esperanza de disipar el nudo que empezaba a formarse en su garganta. —No todos los días encuentras a un dueño tan lindo como Yeonjun.
El menor mordió su labio, mirando al moreno con preocupación latente en sus ojos achocolatados. —¿Seguro?
Donghyuck soltó un suspiro tembloroso, negando con una sonrisa. —Ven aquí. — pidió, extendiendo sus brazos.
Taehyun, entiendo inmediatamente, se acercó a él, apoyando la cabeza en el pecho del moreno a la vez que el mismo le rodeaba con sus brazos en un cálido abrazo. —Voy a extrañarte. — murmuró, apretando el agarre.
—Yo no. — espetó, ganándose una mala mirada del contrario. —Bromeo.
—¡Taehyun, ya es hora!
El aludido le dió una última mirada al moreno, dándole un último apretón. —Vendré a visitarte.
—¿Acaso no fue suficiente con verte todo los días? — se quejó, ganándose un golpe en el brazo, de parte de Taehyun. —Ya, ya. No es como si fueras a otro país, Hyun. Andando, Yeonjun te espera. Y cuida que nadie quiera comerte.
—El único que intentó eso fuiste tú. — recordó, recibiendo un encogimiento de hombros como respuesta.
Ese día, Donghyuck se quedó en la puerta viendo a la pareja alejarse hasta que los perdió de vista.
Qué hay sobre él, se preguntarán. Bueno, ya había sido adoptado dos veces. En ambas fue devuelto porque esas personas querían un gato normal. No se necesita una explicación tan elaborada.
¿Que si le entristecía? La primera vez sí, incluso admitía (muy a pesar de su dignidad) haber llorado en brazos de Minhee. Ese día sus amigos lo habían consentido mucho, tanto que por su cabeza pasó el típico pensamiento de no sé qué sería de mí sin ellos. La segunda vez sólo se sintió un poco mal, preguntándose qué estaba mal con él. También fue consentido en esa ocasión.
Y ahora estaba solo.
Bueno, no literalmente. Pero ustedes entienden.
—Ay, amor. — escuchó que alguien decía, al mismo tiempo que sentía unos delicados brazos rodearle. Era Wendy, una de las cuidadoras del lugar. —Ya verás que un día vendrá la persona correcta para ti. Sólo es cuestión de esperar. — Donghyuck asintió sin decir nada, emitiendo un leve ronroneo por las caricias que dejaba la chica en sus orejitas.
Lo sabía. Wendy le había dicho eso varias veces, curiosamente siendo cuando alguno de sus amigos se iba. Él siempre respondía lo mismo, que era nada más que un asentimiento o un encogimiento de hombros.
Aunque una minúscula parte de él, la más pequeña y en lo más recóndito de su corazón, ansiaba que lo que decía su cuidadora se hiciera realidad.
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cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.