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—¿Y? ¿Y? ¿Dónde está?

Mark rió levemente, mirando el estado de impaciencia de su madre, esperando a que Donghyuck apareciera tan emocionada como un niño al que le dan juguete nuevo. El alivio recorría cada centímetro de su cuerpo pues, pese a que estaba decidido a marcharse en cuanto viera que algo malo pasaría, no quería que su relación con su progenitora acabara mal. Y ver que todo salió mejor de lo que había esperado... Era un gran alivio.

—Ya te he dicho que está con papá— respondió el canadiense con calma, sin ser capaz de dejar de sonreír, mucho menos al tener los brazos de la mujer que le dio la vida envolviéndolo en un abrazo. No lo había soltado desde que le vio —aunque, de nuevo, no se estaba quejando—.

La pelinegra abrió la boca, luciendo indignada. —¿Me estás diciendo que Soohyun lo conoció antes que yo?— Mark asintió, dudoso—. ¡No hay derecho!

—¿Yo qué?— se escuchó la voz del susodicho, atrayendo la atención tanto de la mujer como de los otros dos chicos en la sala. La señora Lee se levantó de inmediato, acercándose, a lo que Soohyun sonrió—. ¿Qué ocurre?

La pelinegra fue a dejar un beso en los labios de su esposo, antes de susurrar en su oído: —¿Es lindo?

Lee rió, asintiendo. —Bastante— respondió de igual manera. Su vista pasó a los más jóvenes, sin percatarse de la expresión consternada de cierto peligris—. La comida está lista.

Con eso dicho, todos se dirigieron al comedor, donde todo ya estaba servido, y también estaba Donghyuck esperándolos con una pequeña sonrisa adornando sus labios. Sin poder evitarlo, Mark miró a su madre mientras se sentaban, misma que no apartaba la mirada de ambos.

—¿Entonces son novios?— preguntó en un murmullo, a lo que Mark asintió, tomando la mano de Donghyuck por debajo de la mesa—. A ver, cojan.

Mark casi se atragantó. —¡Mamá!— reclamó, viendo como su pobre novio ocultaba su sonrojado rostro entre sus manos.

—¿Qué?— preguntó la mujer con inocencia—. ¿Un besito, al menos?— pidió, con un puchero.

—Ya lo intenté— intervino Eunsang con expresión tristona—. No funcionó.

La pelinegra bufó. —Aburrido.

Soohyun rió por el comportamiento de su esposa. —Supongo que te estarás preguntando el por qué del cambio de tu madre, ¿no?— le preguntó a Mark, mismo que asintió, aún dando caricias a la espalda de un avergonzado Donghyuck.

La mujer rió, rascándose la parte posterior del cuello. —Es una larga historia.

—Ya que estamos aquí puede decirle— dijo Hangyul con una sonrisa—. Él en verdad estaba muy asustado por cómo iba a reaccionar.

—¿Recuerdas a Hyungwon?— preguntó Soohyun, a lo que Mark asintió—. Su relación con Minhyuk quizá fue uno de los factores, con lo que empezó todo.

—Pues sí— aceptó la mujer. No le gustó estar tanto tiempo alejada del que ha sido su mejor amigo desde la infancia por cosas que ella creía correctas—. Pero no del todo. Tu padre me llevó a albergues y cosas así, por la organización de la que Hyungwon es parte, y me ayudó a darme cuenta de que los híbridos en realidad son... maravillosos.

Mark sonrió por lo que su madre dijo, mirando hacia Donghyuck, quien luchaba con una sonrisa también. Aún no le había dicho que su madre ya sabía que era un híbrido, pero al parecer estaba mucho menos nervioso que cuando habían llegado.

—Anda, dile lo otro— animó Soohyun.

La pelinegra bufó. —Ahora soy parte de esa misma organización— dijo, bajito.

—Y...— dijo su esposo, emocionado.

—Y...— repitió, avergonzada—. Es mejor que lo vea por él mismo, ¿no?— preguntó, a lo que Soohyun asintió. Mark simplemente podía ver la emoción en el rostro de su padre sin comprender nada, su confusión aumentando cuando su madre lo único que hizo fue silbar hacia las escaleras.

Mas todo cobró sentido, cuando un pequeño cuerpo se asomó en la cima de éstas. Mark no pudo evitar poner toda su atención en las cositas peluditas que caían a los costados de su rostro por lo largas que eran.

—Nayeon, ven aquí— habló con voz dulce, a lo que la pequeña se apresuró a acercarse hacia Soohyun. El mismo la cargó en brazos, y la mirada curiosa de la infante se posó sobre el pelinegro.

—¿Mamá?— cuestionó Mark, mirando de igual manera a la pequeña híbrido de conejo.

—Sí, bueno...— la señora Lee rió con nerviosismo—. Era demasiado linda para dejarla ahí. No sé si debamos llamarla tu hermana, pero... Mark, ella es Nayeon.

—Ve a saludar, anda— animó el hombre en voz baja. La pequeña asintió y se liberó del agarre, llegando hasta Mark y extendiéndole una de sus pequeñas manos con una sonrisa. El canadiense la tomó, sacudiéndolas un poco, antes de que la pequeña soltara una risita y volviera a su lugar con Soohyun.

—Ahora que estamos todos, a comer, que se va a enfriar— declaró Soohyun aplaudiendo un par de veces.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora