Para cuando salieron del cementerio, la fea presión en su pecho había desaparecido totalmente, siendo reemplazada por la calidez que sus manos entrelazadas le hacía sentir, acompañado de la brillante sonrisa que el canadiense le dedicaba y las leves caricias que dejaba en el dorso con su pulgar.
Caminaban tranquilamente hacia cual quiera que fuese el lugar al que el humano lo llevaría ahora. Mark sentía como un peso había caído de sus hombros al finalmente haberle contado la razón de sus últimas penas al moreno, mirando hacia el cielo con esa expresión brillante, sabiendo muy bien que ella estaría orgullosa de lo próximo que haría.
Luego de un rato caminando llegaron a lo que Donghyuck percibió como una escuela, entrando por la parte trasera que, por alguna razón, se encontraba abierta pese a que los estudiantes probablemente estarían en sus hogares a esas horas, andando un rato más hasta detenerse frente a un gran árbol que había en el patio, donde una manta y una cesta de picnic les esperaba sobre el césped.
Donghyuck miró al canadiense, extrañado, mas aún así obedeciendo cuando el mismo le indicó que se sentarse frente a él, comenzando a sacar la comida. —¿Qué es todo esto?— cuestionó, nervioso por el ambiente romántico que se notaba debido a las estúpidas —y bonitas, pues todo lo que viniera de parte de Mark le parecía bonito, fuese lo que fuese— velas que estaban cuidadosamente colocadas tanto sobre la manta como en los alrededores.
—Estamos en mi antigua escuela— respondió el canadiense, tranquilo, pasándole uno de los sándwiches que probablemente había preparado Hangyul, pues, aunque fue a Eunsang a quien le había pedido ayuda, él y la cocina no congeniaban tan bien como querría, aún así fuese un tazón de cereal y leche—. ¿No te gusta? Si quieres podemos irnos.
—No, no— se apresuró a negar, masticando lentamente, observando como las tonalidades naranjas comenzaban a mezclarse en el azul del cielo por el horizonte—. ¿Por qué estamos aquí?
Ante la interrogante, Mark se levantó con el único propósito de acercarse a él, arrodillándose justo al frente y volviendo a acunar su rostro entre ambas manos, sorprendiéndolo.
—Yo estaba un poco más emocionado incluso antes de que Jeno te llevara a casa, aunque tuviera básicamente cero experiencia en esto de cuidar de otra vida. A duras penas puedo con la mía— rió avergonzado, aún más al ver que Donghyuck asentía, confirmando lo que había dicho aunque no había necesidad de hacerlo—. Como dije antes, tú eres la luz que ilumina cada uno de mis días, Hyuck. Cuando te vi por primera vez en tu forma humana, sentí como si el más pequeño e importante fragmento perteneciente a ese astro estuviera ante mí, dispuesto a acompañarme y sacarme del abismo en el que yo mismo me había hundido y del que no creí poder salir jamás— se acercó un poco más, al punto en que sus narices se rozaban y sus respiraciones se mezclaban. Donghyuck podía sentir como los latidos de su corazón se hacían más rápidos, pese a que no entendía del todo a donde quería llegar Mark exactamente.
»—Y aunque al principio habían momentos en los que no tenía ánimos ni para verte, tú seguiste ahí. Te quedaste a mi lado aunque fácilmente podrías haber huido cuando perdía los estribos. ¿No te sentías asustado?
Donghyuck negó ligeramente. —Me pareció extraño.
Mark rió, apenado. —Fuiste la compañía que no sabía que necesitaba, y poco a poco volví a ser yo gracias a ti. Me diste el amor que después del accidente creí no merecer, y sigues haciéndolo a pesar de todo. Yo quiero mejorar, quiero ser alguien que esté a la altura de tan bella estrella como tú. Alguien que te trate a como se debe, que te de todo el amor y cariño que se te ha negado injustamente, aunque sea un tonto y a veces no sepa cómo demostrarlo. Puedo ser un idiota a veces, pero es porque estoy enamorado— tomó las manos del felino, dándoles un suave apretón antes de volver a conectar sus miradas.
—¿Vas a pedirme matrimonio o qué?— susurró abochornado, sin ser capaz de ocultar el sonrojo en sus mejillas por la palabrería de Mark. ¿Qué mosca le había picado?
—Aún no— contestó, socarrón, su sonrisa ampliándose al ver como el moreno jadeaba, sorprendido—. Me siento realmente afortunado cuando te veo a mi lado al despertar, también cuando te escucho tararear cualquier canción que hayan pasado en la radio mientras estás en la cocina. Y me sentiría aún más afortunado si me concedes el honor de poder llamarte mi novio.
La boca del moreno se entreabrió una vez terminó de decir lo último, balbuceando cosas ininteligibles con la mirada perdida. —¿Tu qué?
Mark alzó las manos del moreno, acercándolas a sus labios para besar ambas con delicadeza, antes de inclinarse un poco más hacia el rostro contrario. —Tú, Lee Donghyuck, ¿aceptarías ser el novio de este idiota?
Otro jadeo se escuchó, Donghyuck lo miraba incrédulo. ¿En verdad eso estaba ocurriendo? El híbrido soltó una risita nerviosa, desviando su mirada, ligeramente avergonzado. —¿No lo éramos ya?
Mark ladeó la cabeza ante la respuesta, sin comprender. —¿A qué te refieres?
—Bueno...— Donghyuck se odiaba por estar tan nervioso ante una pregunta tan simple como esa. Pero no podía evitarlo, él estuvo esperándolo, y aún así lo tomó por sorpresa—. Tú le dijiste a esa chica...
—Ah— el pelinegro rió, comprendiendo—. Bueno, sí. Pero no te lo había pedido correctamente— Mark pensaba que pronto le dolerían las mejillas de tanto sonreír—. ¿Aceptas?
Donghyuck tragó, jugueteando con los dedos del mayor entre los suyos. Luego de unos segundos de silencio, lo único que el minino hizo fue acercarse más de lo que ya estaba para dejar un casto beso en los finos labios del pelinegro, antes de volver la vista a su regazo, sintiendo sus mejillas arder.
—¿Eso es un sí?— indagó el extranjero, emocionado.
Donghyuck bufó, ligeramente avergonzado. —¿Tú qué crees?
El tono inocente del mayor al hablar solamente le confirmaba que estaba molestándolo. —Puede significar muchas cosas, amor. No lo sabré si no me lo dices.
«Sólo di que sí, por una mierda», se regañó mentalmente. Y díganle loco, pero la voz de su subconsciente era muy parecida a la del chico ese... ¿Eunsang?
Decidiendo ignorar lo extraño que eso era, repitió la acción anterior, ahora sí pronunciado las palabras que Mark tanto ansiaba escuchar. —Sí quiero.
E inmediatamente después de eso, el grito de Eunsang se escuchó cerca del lugar en el que estaban. —¡Por fin! Creí que estaríamos aquí hasta la próxima semana, cielos— suspiró, recibiendo un manotazo de Hangyul, quien venía tras él—. ¡Oye!
—Déjalo— masculló hacia el menor que tenía su mano en la zona afectada, haciendo una mueca—. Es bueno verte de nuevo, Mark.
—¡Pero hyung!— lloriqueó el de cabellos cenizos—. ¡Si seguía así iba a pedírselo cuando tuvieran cinco mini Marks en el departamento!— chilló, alzando sus brazos, exasperado, recibiendo la mirada interrogante de Mark, mientras Donghyuck se tapaba el rostro con las manos, abochornado—. Jeno me lo ha contado— respondió a la pregunta silenciosa, moviendo sus cejas sugestivamente—. Esa no me la esperaba de ti, eh.
El canadiense decidió ignorarlo, pensando en hablar con Jeno más tarde. En su lugar, se enfocó en su minino, atrayéndolo en un abrazo que provocó que Eunsang soltara otro gritito. Ahora que habían oficializado, se venía lo más complicado. Tendría que ir lo más pronto que pudiera, pues, como Yeri ya sabía sobre su presencia, su madre estaría enterada con más rapidez de la que habría deseado.
En verdad esperaba que todo saliera bien.
♡˖꒰💌꒱
nadie:
absolutamente nadie:
yo: /traer dos capítulos más de los acostumbrados por no haber podido traer capítulo de sublime dominación.
ESPERO MEPER DONEN. LA PRÓXIMA SEMANA TENDRÁN DOBLE ACTU DE SUBLIME DOMINACIÓN 🤧👊🏼
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cat || markhyuck
FanficMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.