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Hyung.

Miró hacia ambos lados de la calle, sonriendo ligeramente al notar que no había absolutamente nadie además del chico del que percibió ese aroma. Ahora miró hacia la entrada, tampoco había nadie. Es como si el escenario se hubiese preparado solito para su escape perfecto.

Subió la capucha de la sudadera, ajustándola para que no cayera por el viento. Él y su hermano eran especiales. Podían ocultar lo que les distinguía como híbridos como por arte de magia, dándoles la posibilidad de andar por ahí sin correr el riesgo de sufrir algún accidente por el simple hecho de ser lo que son. No sabía cómo, cuándo, ni por qué. Simplemente podían hacerlo.

Aunque no podían abusar mucho de esa capacidad, pues les dejaba cansados al pasar mucho tiempo así; mucho más si era con ambos partes: orejas y cola. Así que, solamente lo hizo con su cola, siendo que las orejitas podían pasar desapercibidas si las mantenía bajas dentro de la capucha de la sudadera.

Sin perder un segundo más, comenzó a seguir al chico, su nariz picando cada vez que el olor llegaba a él. Sabía que podía estar equivocado, lo sabía muy bien. Después de todo, la emoción podría estar haciéndole imaginar cosas y pensar que ese era verdaderamente el olor de su hermano.

Le siguió por unas calles más. Miró otra vez hacia atrás, sin saber exactamente porqué, y cuando regresó su vista al chico, este ya no estaba. Se maldijo por distraerse. No pudo haber ido muy lejos.

Con esa esperanza, avanzó un poco más, sin escuchar nada más que el sonido de sus pisadas perturbando el silencio de la solitaria calle. Iba a regresar, hasta que un gritó escapó de sus labios cuando sintió que alguien le arrastraba dentro de un callejón, cubriendo su boca con un pañuelo y tomándolo por el cuello

No debí salir del edificio.

•°•°•° 🐈 °•°•°•

Mientras se dirigía a casa, Mark tuvo un mal presentimiento. No sabía porqué, así que decidió ignorarlo. Debo estar imaginando cosas.

Eso pensó, mas la sensación se quedó ahí incluso mientras abría la puerta del departamento. Entendió una vez estuvo adentro. Todo estaba en silencio, demasiado extraño considerando que había dejado a Haechan solo. Debería haber encontrado mínimo un par de platos vacíos en la mesa ratona y un desastre de envoltorios, pero no había nada. Sólo silencio, un extraño, y para nada agradable silencio que solamente incrementó esa fea sensación.

Revisó por todo el departamento. Tampoco encontró nada. Todo estaba en su lugar. Todo, excepto Haechan. Eso le alarmó de sobremanera. Sabía que algo estaba mal desde que entró, pues él habría tardado más en entrar que Donghyuck en ir a recibirlo. No quiso pensar mucho en eso, simplemente pudo haberse quedado dormido mientras esperaba. Después de todo, ya era entrada la noche, y había tardado más de lo que esperaba.

No pudo salir del edificio, pensó, sintiendo un nudo comenzando a formarse en su garganta, impidiéndole respirar correctamente. La sensación se hacía cada vez más y más intensa. Optó por ir y preguntarle al portero, pues a veces solía pararse en la entrada solamente para ver a las personas pasar cuando estaba un poco cansado de estar dentro del departamento por tanto tiempo. Siempre sin salir, cumpliendo su promesa.

—No lo sé, chico— respondió el hombre con una mueca—. Cuando fui a revisar algo en la parte de atrás todavía estaba en la entrada. Supongo que habrá vuelto a casa.

Mark apretó sus labios en una fina línea, murmurando un "gracias" y regresando a su piso. Comenzaba a desesperarse. Le quedaban únicamente tres opciones: Chanyeol, Minho y Hyunjin.

—Hyuck no se ha aparecido por aquí en todo el día— le respondió Baekhyun en forma de queja—. Hasta creo que ya se olvidó de mí.

Bueno, dos opciones.

—¿Qué?— exclamó Minho, adormilado. A veces se preguntaba si todo lo que el chico hacía era dormir. Algún día le preguntaría. Concéntrate, Lee—. ¿Estás seguro de que no está en casa?— Mark asintió—. Eso es raro. Te avisaré si me entero de algo.

Bien. Ahora sólo le quedaba Hyunjin.

Si no estaba ahí, podría llorar. De verdad. Comenzaba a tener miedo.

—¿Ah? Donghyuck no ha venido aquí, ¿o sí?— preguntó hacia Jeongin, preocupado, la misma aumentando al recibir una negación de su pequeño, pensando en algo que no quería ni imaginar. Ellos no pueden estar libres, ¿cierto? Es imposible—. ¿Dices que no está?— Mark asintió, tragando, a nada de estallar en llanto. Hyunjin se percató de lo brillantes que estaban los ojos de Mark por las lágrimas—. No te preocupes, te ayudaré a buscarlo.

Mark asintió otra vez. No dijo nada. Realmente no creía poder hacerlo sin que su voz temblara.

¿Dónde puede estar?

Luego de un rato de haber buscado, sin encontrar nada, regresó a su departamento. En cuanto cerró la puerta las lágrimas de pura preocupación y miedo escaparon, siendo imposible detenerlas ahora. Sacó su teléfono, llamando a la única persona con la que podría hablar mientras inundaba el departamento sin sentir una pizca de vergüenza.

—Jeno— dijo en cuanto respondió, su voz ahogada por el llanto—. Jeno.

—¿Mark? ¿Qué ocurre?— habló, preocupado por el tono de la voz de Mark. Sus ojos se abrieron al escuchar lo que había dicho, comprendiendo porqué su amigo estaba llorando después de tanto tiempo.

—Donghyuck no está.

cat || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora