Mientras iban hacia el departamento de Hyunjin, algo muy extraño ocurrió. Más bien, se encontraron con un par demasiado extraño.
Mark llevaba a Haechan en sus brazos, como el minino había pedido sin decir palabra, hablando con él de vez en cuando, pese a que como respuesta solamente recibía uno que otro maullido, mirada o ronroneo.
Caminaba con lentitud, después de todo no tenía prisa alguna. En lo que iba por la segunda puerta, un par de chicos se le quedó mirando mientras hablaba con su minino.
—Mira, otro que habla con su mascota— oyó que uno de ellos decía.
—Ya, no es como si tú no hicieras lo mismo con Dori.
—Deja a mi pez en paz. Está de lo más tranquilo en casa de mamá como para que le estés molestando.
—Pero si no nos escucha... Ni nos entiende.
Mark decidió ignorarlos, siguiendo con su camino hacia la puerta de Hyunjin.
Se detuvo al oír que alguien le llamaba.
—Oye, tú— volteó a ver al rubio. A pesar de que Mark se mantenía impasible, no podía negar que la grave voz del chico y la expresión con la que le miraba le había intimidado. En serio daba miedo. Y si no, pues intimidaba bastante bien. Ya saben, esas miradas perfectas para hacer prácticamente morir a alguien (como siempre, dependiendo del contexto y del punto de vista de cada quien).
Y al parecer el más bajito lo notó, porque su mano arremetió contra la nuca del más alto, dándole un certero golpe.
—Tarado, lo asustas— regañó antes de volverse hacia él, dejando al rubio con un puchero en sus labios mientras acariciaba la zona adolorida—. Discúlpalo, su única neurona se ha ido de vacaciones hasta nuevo aviso, por eso está así— dijo con una sonrisa avergonzada.
Mark sólo se quedó en silencio, viendo la expresión indignada del más alto.
—¿Estás insinuando que soy tonto?— indagó mirando al más bajito.
El otro lo miró, indiferente. —No, lo estoy afirmando. Es más, eres el más idiota en la historia de los idiotas.
—Idiota tú.
—Estúpido.
—Feo.
—Asqueroso.
—Adefesio.
—Cara de mono.
—Aborto de orangután.
—Cara de culo.
—Pulga.
—Poste con patas.
—Así te gusto.
—No es verdad.
—Así me quieres.
—No.
—Te quiero.
—Yo también.
—Está bien, les perdono— interrumpió el canadiense, entre extrañado y divertido por la repentina discusión del par, en especial por el final. Eran realmente extraños—. Más bien, ¿necesitaban algo?
—¡Ah! Sí, disculpa— exclamó el rubio, sonriendo adorablemente. Mark se vio un poco aturdido por la dualidad del chico—. Quería decirte que tu gato es muy mono. ¿Dónde lo compraste?
Mark miró hacia su minino, que estaba casi hipnotizado viendo al par frente a él. —Lo adopté.
—Aw, eso es mucho mejor— felicitó el rubio. El bajito (que suponía era su pareja) se mantenía impasible mirando a su minino.

ESTÁS LEYENDO
cat || markhyuck
FanfictionMark no sabía que realmente necesitaba compañía, hasta que conoció a Donghyuck.